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Política y Sociedad

En Colombia urge estrategia para el abordaje sectorial y territorial de la corrupción

    La corrupción es una acción que no solo implica ilegalidad, sino que también es compatible con el ámbito legal, pues existe una movilización coordinada del poder institucional, de funcionarios públicos, de agentes de control, de partidos políticos y de élites, entre otros agentes. Por eso, la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) prepara un documento que sirva como insumo para que el Plan Nacional de Desarrollo que construye el Gobierno incluya acciones de prevención, seguimiento y sanción de este fenómeno.

    Durante la reciente sesión de Diálogos Convergentes –iniciativa de la UNAL– realizada en la Sede Medellín, un grupo de académicos de la Institución presentó los avances del trabajo que vienen realizando en torno al desarrollo de una propuesta interinstitucional que sirva para frenar y combatir la corrupción en el país.

    En su elaboración participan expertos tanto de la UNAL como de Transparencia por Colombia y de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), entre otras instituciones.

    El médico Eduardo Rueda, director de la Cátedra Colombiana Ciudadanía, Integridad y Lucha contra la Corrupción, organizada por el Instituto de Liderazgo de la UNAL, la Red para la Formación Ética y Ciudadana, y la Procuraduría General de la Nación, manifestó que “el objetivo es dar a conocer los puntos de vista de los expertos”.

    “La intención es enriquecer con sus aproximaciones críticas esta propuesta, para que sea robusta y podamos dirigirla al Gobierno nacional, con el fin de aportar al Plan de Desarrollo”.

    Entre los aspectos que aborda el documento está la concepción de la corrupción no solo como una acción que implica ilegalidad, sino que también trabaja de forma compatible con la legalidad, esto en vista de que en torno a ella “hay movilización coordinada de poder institucional, de funcionarios públicos, de agentes de control, partidos políticos, élites, etc.”.

    Datos del Monitor Ciudadano de la Corrupción de Transparencia por Colombia 2016-2020 muestran que entre los sectores más impactados por este fenómeno se encuentran: defensa, infraestructura, educación y salud. Por ejemplo, el 73 % de los hechos afecta a entidades de la Rama Ejecutiva.

    Además, indica que “las principales víctimas de la corrupción son niños, niñas y adolescentes, seguidos por los estudiantes y la población en condición de vulnerabilidad socioeconómica”.

    Así, entre las conclusiones a las que llegaron los autores del documento está que en el país falta una estrategia para el abordaje sectorial y territorial de la corrupción; también, urgen acciones concretas para promover la participación ciudadana y la garantía de la protección a los denunciantes.

    Más allá de una política pública

    Los expertos invitados a la sesión de Diálogos Convergentes, centrada en el tema de “Una propuesta interinstitucional para combatir la corrupción en Colombia” fueron Gerardo Andrés Hernández Montes, director de Transparencia por Colombia, y los profesores Max Yuri Gil Ramírez y Luis Giovanni Restrepo Orrego, de la UNAL Sede Medellín.

    Durante su intervención coincidieron en elogiar la propuesta, señalando que esta es clara en su método, coherente y pertinente.

    Con respecto a la pertinencia, el profesor Gil precisó: “la corrupción es uno de los principales problemas de la sociedad colombiana, no solo por su magnitud y el impacto que tiene sobre los recursos públicos, sino también por la manera como impacta a la sociedad, lo que significa afectar las relaciones de confianza entre el Estado y la ciudadanía”.

    Para el académico, es evidente la necesidad de que haya un conjunto de acciones que tengan incidencia en la prevención, el seguimiento, la sanción y el ajuste en materia de corrupción.

    “No se trata solo de diseñar una política pública, se trata de elaborar una acción institucional transversal”, subrayó.

    En ese mismo sentido, el profesor Restrepo agregó que la transformación cultural debe ser parte fundamental y articuladora de las propuestas, con el objetivo de generar cambios reales, aunque sean paulatinos.

    “Si estos cambios no se centran en el ciudadano, difícilmente se producirá una transformación”, afirmó.

    Según el docente, lo importante es llevar al sujeto a que se sienta activo frente a la interacción con las instituciones del Estado, de manera que no solo recurra a ella por necesidad, sino que esté atento a cómo funcionan.

    Frente a este punto, el profesor Juan Camilo Restrepo Gutiérrez, vicerrector de la UNAL Sede Medellín, apuntó que “no hay que perder de vista que la corrupción pasa por todos los ámbitos de la sociedad”.

    “No solo está entre los políticos, también entre quienes no respetan las normas, entre quienes pasan por encima de la autoridad, cubren la placa de la moto, sale sin casco”.

    Así mismo, los expertos opinaron que deberá actuarse en doble vía, tanto en el sector público como en el privado.

    Para Hernández, director de Transparencia por Colombia, “anticorrupción y transparencia no son fines en sí mismos, también son herramientas para propósitos más amplios como la paz, la igualdad y la construcción de bienestar”.

    Según el experto, existe un conjunto de elementos estructurales fundamentales difíciles de lograr: sistema judicial y de control independiente; empleo público meritocrático e independiente; y sistema público transparente. “Estos tres puntos deben ser el propósito del sistema democrático”.