Elementos de dotación: de desechos, a ladrillos, bolsas, o bancas para parques
Se trata de seis propuestas realizadas por 30 estudiantes de sexto semestre de Diseño Industrial de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá para desarrollar el proyecto “Hacia elementos de dotación y protección personal circulares”, que se realiza en la cátedra Práctica Proyectual VI.
El profesor Paulo Romero, de la Facultad de Artes, coordinador de la cátedra y director del Grupo de Investigación en Ecoinnovación, señala que “este es un proyecto que integra empresa, gobierno y academia, representados por la EAAB, la Secretaría de Ambiente y la UNAL; en él se juntan la economía circular y el emprendimiento”.
El problema fue identificado por la Red de Moda Circular de la Secretaría, que estableció el puente entre la EAAB y el profesor Romero para definir un proyecto de estas características.
La EAAB tiene alrededor de 3.000 empleados, y por norma debe dar 3 dotaciones al año (9.000 dotaciones), que después de su uso se incineran porque se asumen como residuos peligrosos, en muchos casos sin serlo.
Esto implica gastos considerables que requieren un manejo estratégico, tanto económico como ambiental, que puede ser solucionado con un proyecto de diseño industrial apoyado en ecodiseño.
Así, se propuso convertir esos gastos en una inversión, con un proyecto de economía circular que genere ganancias económicas y ambientales.
El profesor Romero afirma que “a partir de un proyecto de ecodiseño se pueden reutilizar y transformar artículos, a través de la integración de las experiencias, el conocimiento, y las ideas”.
Es una prenda utilizada por el personal de mantenimiento para obras de reparación en alcantarillas; consta de dos piezas confeccionadas con 0,90 kg de algodón, y se estima que su elaboración contamina en 17,19 kg de CO2 equivalente.
“Después de varias propuestas, el grupo Acotados decidió convertirlo en bolsa reutilizable de algodón de 50 cm x 50 cm, resistente hasta 30 kg, que se podría utilizar en supermercados”.
“Para obtener la bolsa, el uniforme entra a un proceso de desinfección en una lavadora industrial, luego es desfibrado y posteriormente la bolsa se teje en telar. Luego de su vida útil podría ser utilizada como contenedor de plantas para el Jardín Botánico de Bogotá, por ejemplo”, explica el estudiante Miguel Navarro.
De otra parte, el Grupo Plan–S propone Eco-Qui, “un sistema de producto-servicio de maniquíes resistentes, ligeros y fabricados a partir de prendas desechadas del algodón que, al ser mezcladas con el almidón de yuca como aglutinante, da firmeza y estructura al maniquí”, explica Giuliana Mestre, integrante del grupo.
Después de 4 años de uso se podrían utilizar en proyectos de construcción como agregado.
Utilizada por el personal administrativo en la supervisión de obras, la chompa está elaborada en poliéster y tiene un año de vida útil. El Grupo Tarantela planteó “transformar esta prenda en fibras de poliéster que, combinadas con arena y cemento, generen un concreto reforzado que hace que la mezcla rinda un 30 % más, y con el cual se pueden hacer ladrillos y rejillas, o después convertirlos en pavimento. Otra innovación con este material sería la elaboración de alcantarillas con duración mínima de 6 años” señala la estudiante Laura Rojas.
Utilizada por el personal de la empresa durante las temporadas de invierno, está elaborada con material térmico y botones de nylon. El Grupo Abotonados propone que “cuando termine su ciclo de vida se remanufacturen para fabricar elementos de camping como el sleeping-bag “estilo sarcófago”, con varias capas que el usuario puede graduar según el ambiente donde se encuentre”, explica Karina Grimaldo, integrante del grupo.
Para esta dotación, que se utiliza en funciones diarias en campo, el grupo Parche propone someterlas a un proceso de triturado y granulado. La estudiante Valeria Sierra menciona que “el resultado serviría como materia prima que, agregada al hormigón, permitiría elaborar mobiliario urbano para parques, como sillas o bancas”.
La cátedra Práctica Proyectual VI, que se dicta en la carrera de Diseño Industrial de la Facultad de Artes, es codirigida por la profesora Jessica Nomesqui.