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Medioambiente

"El río Bogotá, un afluente olvidado"

  • Carlos Caicedo, profesor de la Universidad Nacional de Colombia. Fotos: Unimedios

  • Jorge Emiro Pinzón, director del Observatorio Urbano del Río Bogotá, de la Universidad Nacional de Colombia.

  • Guillermo Rueda, profesor de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Así lo aseguraron los expertos en el diálogo sobre el río Bogotá y sus condiciones actuales en el programa UN Análisis de UN Radio.

"El río Bogotá nace al nororiente del municipio de Villa Pinzón, y desemboca en el río Magdalena. Su recorrido drena las aguas de 6 mil km2 que llegan a 42 municipios y a 8,4 millones de habitantes. Sin embargo, desde 1906 la contaminación que llena su cauce se ha convertido en motivo de preocupación por el deterioro en el que se encuentra la calidad de su agua y los perjuicios que genera a los 8 millones de personas que viven a su alrededor", dijo Jorge Emiro Pinzón, director del Observatorio Urbano del Río Bogotá, de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.

Igualmente, Carlos Caicedo, profesor de la Universidad Nacional de Colombia, afirmó que "para combatir este problema hay que comenzar por cambiar la visión ciudadana de que este afluente es un gran hoyo negro, al que pueden lanzarse todas las basuras".

Por su parte, el profesor Luis Alejandro Camacho señaló que uno de los factores que perjudican al río es que en el primer municipio al que llegan sus aguas "no existe una planta de tratamiento residual y muy cerca hay industrias de curtiembres, que contaminan aún más. Podríamos decir que este río es como un cadáver que recibe únicamente tratamientos parciales y solo necesita un tiro de gracia para morir".

Asimismo, Guillermo Rueda, docente de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, dijo que "la gente no entiende ni conoce la importancia del río, por eso se ha convertido en un objeto de uso económico que favorece únicamente a los megaproyectos de construcción, los cuales generan inundaciones".

Rueda denunció que las inversiones históricas para descontaminar al río Bogotá suman los 15 billones de pesos, que han sido invertidos en proyectos que no se ven. Al mismo tiempo, agregó que en los últimos 50 años se han destinado 14 billones de pesos sin propósitos claros, con la paradoja de que las instituciones que intervienen en su recuperación trabajan con estrategias del siglo XIX.

Desde esta misma mirada, Camacho aseguró que los mayores tropiezos para descontaminar el río Bogotá han sido la ausencia de una coordinación efectiva en las estrategias técnicas de las entidades que se ocupan de su manejo y la falta de voluntad política de los gobernantes.

Finalmente, Caicedo concluyó que "el problema del río Bogotá no es solo el ataque a su cauce, sino también la desecación de los humedales y el mal uso de zonas acuíferas, que dan cuenta del modelo depredador de desarrollo que actúa en contravía de la naturaleza".