De acuerdo con el docente, esta época siempre se ha caracterizado por una deficiencia clara de agua y una alta radiación solar debido al comportamiento climático andino, razón por la que las autoridades ya deberían tener identificados los focos de incendios y hacer campañas de prevención en estas zonas.
"Hay que educar a las comunidades, persuadirlas, como se ha hecho en el caso del uso de la pólvora, lo que ayudó a diminuir el número de personas quemadas. Debemos exigir a las instituciones que asuman con seriedad el tema y no se limiten a echarle la culpa a "El Niño"", señaló Rangel.
Así mismo, agregó que en lugares como los Cerros Orientales de Bogotá, que generalmente sufren incendios cada año, debería haber custodia policial para evitar que se repita. El docente de la UN afirmó que ni siquiera se puede afirmar con claridad que los incendios que se han presentado sean favorecidos por el fenómeno de El Niño, ya que aún no se cuenta con datos actuales de precipitación, para compararlos con los históricos.
Lo ideal, enfatizó, es hacer seguimiento a los incendios, con estadísticas e información de lo sucedido en periodos anteriores, de tal manera que se pueda planificar con base en ello, para que no se sigan viviendo quemas todos los años.
La recuperación
El profesor Rangel calificó de exagerada la suma de 80 mil millones de pesos que el Viceministerio de Ambiente dio como posible inversión para recuperar las áreas quemadas hasta ahora. Dijo que si se toman las medidas de aislamiento necesarias, como impedir el acceso de ganadería y de personas a estas áreas, la recuperación va a ser más rápida.
Aunque en algunas zonas sí se requiere invertir, sostuvo que hay otras como los páramos en que no es necesario repoblar de árboles, por las características del suelo. Es diferente en áreas de bosques.
Finalmente, insistió en que el medio natural tiene unos ciclos que es necesario conocer para prepararse frente a posibles desastres, por lo que invitó a las autoridades a documentarse y a contar con la participación de expertos para prever y planear, así como educar a la gente para que no provoque incendios o los evite, de ser posible.
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