El egresado más entusiasta con la sede de la U.N. en el Cesar

A sus 93 años, este egresado ilustre de la Facultad de Derecho de la U.N. Sede Bogotá, ha participado en el proyecto con el mismo entusiasmo que cuando formó parte de la Junta Administradora de la fundación del departamento del Cesar, en 1967.

El doctor Araujo, quien tuvo entre sus maestros a Alfonso López Michelsen ^_ que más tarde se convertiría en su gran amigo ^_ es uno de los abanderados en promover nuevas oportunidades de educación superior en la Costa Caribe.

Por eso, después de una extensa vida profesional llena de aprendizajes, gratas experiencias y significativos aportes a la transformación del país, sigue impulsando apuestas en beneficio de su comunidad.

"La presencia de la U.N. en esta región para mí es muy grato y tiene un gran significado, porque mi alma máter ha sido todo para mí. Yo estudié allá, me regaló la posibilidad de ser profesional, no gasté un peso y fui educado con las más altas condiciones intelectuales acompañado de grandes profesores", cuenta el también ex congresista.

Precisamente, esa gratitud que siente por la institución de educación superior más importante del país es su mayor motivación para apoyar este proceso.

"La descentralización de la U.N. con su proyecto de La Paz es un hecho de trascendencia única en la  Costa Caribe, pues abre nuevos horizontes hacia el porvenir y desarrollo de nuestra comarca. Debemos reconocer un gesto de humildad, pero también de valoración espiritual y trascendental que los miembros del Consejo Superior Universitario hayan pensado en aceptar que se descentralice finalmente la Universidad", señala el egresado de la U.N.

Cesar, cuna de hijos ilustres

Este departamento ha crecido de la mano de grandes dirigentes y personas que encontraron allí su cuna y razón de vivir. Gente con amplio sentido de pertenencia por el departamento que les ha dado su identidad cultural bajo el lema Libertad y Justicia.

Y no podría ser otra la consigna, pues el primer gobernador, nombrado por decreto, fue Alfonso López Michelsen. Un año más tarde lo sucedió en el cargo su alumno y amigo, Alfonso Araujo. Ambos fueron abogados íntegros, líderes y defensores de la educación como vía para transformar la sociedad.

La amistad de estos hijos ilustres de la U.N. nació en el aula de clase mientras Alfonso Araujo cursaba Introducción al Derecho. Sobre este lazo de amistad, el ex gobernador del Cesar recuerda una anécdota: "el primer día de clase, él leyó el nombre "Alfonso Araujo Cotes" y dijo " ¿tú de dónde eres? Yo le respondí que de Valledupar, a lo que él sorprendido me dijo " ¿tú qué eres de Fina Cotes? " Soy su nieto, comenté. " ¡Ah caramba! Tú eres de mi familia, de ahora en adelante vamos a estar en contacto para recordar los tiempos estos de mi tierra, comentó López Michelsen".

Tras graduarse y ser representante a la Cámara por el Magdalena y gobernador del Cesar en dos ocasiones, Alfonso Araujo se desempeñó como embajador en Panamá.

La cruzada en pro de la educación es su gran legado. De hecho, hoy en su departamento existen lugares dedicados a esta importante tarea que hacen honor a su nombre, entre ellos, la Institución Educativa Alfonso Araujo Cotes en Valledupar, la Escuela Alfonso Araujo Cotes del barrio Jorge Eliécer Gaitán de La Paz en Cesar y la Concentración Escolar Alfonso Araujo Cotes en el municipio de Pelaya, del mismo departamento.

Su compromiso sigue tan vigente como en su primer trabajo como profesional. El amor que le profesa a su tierra y a la Universidad han dado el mejor fruto: tener una sede de la U.N. que espera se convierta en un lugar de formación de los nuevos líderes de la paz.