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Política y Sociedad

El Archipiélago: del diferendo al consenso

  • Para los raizales no hay fronteras, pues el mar ha sido amplio y nunca los ha limitado. Fotos: Archivo Unimedios

  • Lo que está en mora de constituirse es una diplomacia cultural que esté acompañada de una diplomacia académica.

  • Los únicos que pueden superar el diferendo de soberanía sobre la zona económica exclusiva entre Nicaragua y Colombia son los que viven de sus recursos.

  • Se debería garantizar la supervivencia de uno de los pueblos del mar más marginados: el pueblo creole anglófono del Caribe occidental.

Guardadas las proporciones, las reacciones patrióticas que suscitó el reciente fallo de la CIJ de La Haya no parecen diferenciarse mucho de las ocurridas cuando Panamá se separó de Colombia.

El 3 de noviembre de 1903 hubo protestas, llamados a filas de la juventud bogotana, discursos encendidos y un intento de invasión a Panamá que terminó en Titumate (Chocó).

Hoy, 109 años después de la separación de Panamá, los editoriales y columnas de opinión van desde la protesta abierta contra "el fiasco de la Cancillería colombiana, que entregará una vez más otro pedazo del territorio colombiano a uno de nuestros vecinos" (Hermes Tovar Pinzón, "El país sin su mitad", El Espectador, 25 de noviembre de 2012), hasta el reconocimiento de que "los resultados en La Haya son mejores de lo previsible; y ahora ese nacionalismo de banderitas está excitado y pide que no obedezcamos la decisión de la Corte, como si fuéramos un país de matones, donde la ley se cumple solo cuando le sirve a uno" (Jorge Orlando Melo, "Nacionalismo depresivo", jorgeorlandomelo.com, 23 de noviembre de 2012).

Entre uno y otro extremo, los comentarios tienen un sabor a épocas pasadas, pues todos se refieren a la defensa de la soberanía a punta de cañones. Solo se exceptúan algunos comentarios de orden técnico que muestran que el fallo fue un error de la Cancillería desde tiempos del excanciller Guillermo Fernández de Soto, que manejó el pleito "como una política de Estado", según declaraciones de la canciller María Ángela Holguín (El Espectador, 25 de noviembre de 2012, p. 4).

Sin dejar de agregar que "fue la Corte la que no falló en derecho". Es decir, el que se equivocó fue el Tribunal, no la estrategia de defensa de la misión diplomática colombiana en La Haya, que desde el año 2001 admitió su competencia en el litigio, pero se equivocó de puerta, pues no se dio cuenta de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) falla en justicia, no en derecho internacional.

Diplomacia cultural y academia

Los únicos que pueden superar el diferendo de soberanía sobre la zona económica exclusiva entre Nicaragua y Colombia son los que viven de sus recursos, los pueblos creole anglófonos, mediante una ampliación franca y eficaz de su autonomía.

Por eso, lo que está en mora de constituirse es una diplomacia cultural que esté acompañada de una diplomacia académica que apoye la explotación racional y sostenible de los recursos de una de las reservas de biósfera de la Unesco más grandes del mundo y mejor conservadas, hasta ahora.

No solo para evitar el saqueo de las empresas extractivas, que solo piensan en los beneficios de los accionistas, ni para defender soberanías de otros siglos ya pasados, sino para garantizar la supervivencia de uno de los pueblos del mar más marginados: el pueblo creole anglófono del Caribe occidental.

Para hacer posible este apoyo, la Universidad Nacional de Colombia debe ofrecer, en colaboración con la Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense (URACCAN) y la Universidad de las Regiones Autónomas de Zelaya Sur y Norte, entre otras instituciones, su concurso para tejer los lazos culturales que las soberanías a ultranza han destruido.

Para esto, deben utilizarse los medios disponibles, como avaluar la conservación de los recursos que serían destruidos con la explotación de petróleo, por ejemplo, para volverlos acciones en la bolsa, como hace Costa Rica con sus selvas tropicales.

Lea el artículo completo en UN Periódico n.º 162:

http://www.unperiodico.unal.edu.co/dper/article/del-diferendo-al-consenso.html