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Salud

Ejercicio físico, la mejor terapia para el cerebro

  • El ánimo, la memoria y la atención son algunas de las funciones cerebrales que se activan cuando una persona hace actividad física. Foto: Brandon Pinto.

  • Personas con alto sobrepeso pueden desarrollar alteraciones cognitivas y mayor afectación a nivel de envejecimiento no saludable. Foto: archivo Unimedios.

  • La inactividad física se ha incrementado debido al confinamiento a causa de la pandemia. Foto: Brandon Pinto.

  • El cerebro de una persona que no se ejercita puede verse envejecido 10 años más rápido que el de una persona que sí lo hace. Foto: archivo Unimedios.

  • En Colombia, cerca de 4,5 millones de personas van a tener una alteración en su peso. Foto: archivo Unimedios.

Las personas que se ejercitan físicamente causan un efecto positivo en el sistema nervioso y en la funcionalidad de su cerebro, protegiéndolo del envejecimiento y reduciendo el riesgo de alteraciones en el sistema cognitivo.

Así lo afirma la fisioterapeuta María Andrea Domínguez Sánchez, magíster en Neurociencia y profesora del Departamento del Movimiento Corporal Humano, de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), y agrega que la actividad física, además, mejora el ánimo, la memoria, la atención y controla el apetito.

Una persona que hace ejercicio cardiovascular y de actividad enérgica de 30 a 40 minutos diarios, a intensidad moderada o alta, y al menos una o dos veces por semana, puede ver estos efectos positivos cerca de dos horas después de la actividad.

En el marco de la charla: "¿Por qué mi cerebro necesita ejercicio? Efecto del ejercicio físico en la función cerebral", la doctora Domínguez explicó que la actividad física tiene cuatro efectos sobre el sistema nervioso: neurobiológico funcional, molecular, en la secreción de neurotransmisores y en el aumento de redes neuronales.

El efecto neurobiológico del ejercicio está relacionado con características como la producción de factores neurotróficos "una serie de proteínas producidas por las neuronas que tienen diferentes actividades dentro del sistema nervioso" y cambios en el flujo sanguíneo cerebral, que son factores de crecimiento neuronal y nervioso que van a generar cambios en la arquitectura neutral, es decir, la forma como las neuronas se conectan entre ellas.

Además se ha detectado que las neuronas de las personas que se ejercitan vs. las que no lo hacen, aun siendo adultos, presentarán nacimiento de nuevas neuronas, conocido como neurogénesis.

A nivel molecular se da la secreción de factores neurotróficos (secreción de proteínas), que tiene la capacidad de atravesar la barrera craneoencefálica e irse por el sistema sanguíneo a diversas partes del cuerpo produciendo efectos en todo el sistema nervioso.

Según la fisioterapeuta, las personas que hacen ejercicio refieren que no solo su condición física los hace sentir bien, sino que también hay procesos que generan felicidad. Esto tiene que ver con la secreción de neurotransmisores, que puede llegar a generar sistemas de analgesia a través de la síntesis y la secreción de endorfinas, relacionadas con la sensación de euforia, bienestar y alegría. 

Hay una importante relación entre la conexión cerebro-cuerpo, conocida como "plasticidad nerviosa o neuronal", y se entiende como la capacidad que tiene este órgano de hacer todos los cambios, para responder a un estímulo, que en este caso caso sería el ejercicio, y así adaptarse para obtener mejores procesos de aprendizaje.

Actividad física a la medida

"Se han identificado procesos en los que se evidencia la dinámica de los efectos positivos en el funcionamiento cerebral y neuronal, después de iniciar el ejercicio físico", asegura la fisioterapeuta Domínguez.

Uno de ellos es el proceso agudo del ejercicio, que ocurre cuando el individuo se ejercita una vez por semana, de 30 a 45 minutos a moderada o alta intensidad, realizando ejercicio aeróbico o cardiovascular. Allí se da el aumento tanto de procesos neurobiológicos como de factores neurotróficos, con un efecto alrededor de dos horas después del ejercicio.

Otro de los procesos es el ejercicio crónico, entendido en el momento en que el individuo comienza a tener una rutina de actividad física, de dos a tres veces por semana, con un mínimo de duración de 30 minutos en un periodo de 4 a 12 semanas. En este proceso el sistema nervioso se adapta, por lo que se deben hacer cambios en la actividad y modificar los esquemas de trabajo, para que el sistema nervioso tenga una mayor respuesta fisiológica.

Las personas que se ejercitan con regularidad deben combinar actividades que requieran una demanda cognitiva. Un ejemplo de ello puede ser leer un libro o realizar operaciones matemáticas sencillas en paralelo al ejercicio, pues una vez el cuerpo está condicionado, el sistema nervioso comienza a tener demandas cognitivas.

También se pueden lograr espacios cognitivos enriquecidos modificando los ambientes en casa, ya que el sistema nervioso se acostumbra a esas demandas. 

Para estas personas también se recomienda incluir ejercicios que requieran alta intensidad por intervalos, como por ejemplo actividades que aumentan la frecuencia cardiaca alternadas con actividades que la reduzcan.