"Los factores que definen la producción agrícola son complejos de medir, especialmente los relacionados con la interacción planta-medioambiente, que el productor no puede modificar; sin embargo, existen variables tecnológicas o factores de producción de café limitados al cultivo, que sí pueden cambiar" así lo explicó el profesor Hernando Duque Orrego, de Ingeniería Agronómica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales.
La productividad está definida por el potencial de producción de una planta, el cual está en función de su interacción con el ambiente (suelo y clima), la genética de la planta (variedad), y las prácticas de cultivo (agronomía del cultivo). Estos dos últimos elementos se consideran como la tecnología del cultivo.
El productor de café puede influir directamente mediante decisiones y acciones sobre la variedad y la agronomía del cultivo, e indirectamente en el momento de decidir la siembra sobre el suelo y el clima.
"La efectividad de la interacción del productor para influir en estos aspectos contribuye a determinar la productividad del cultivo, por lo cual, el análisis de las diferentes variables asociadas con estos elementos es esencial para poder mejorar la productividad", explicó el investigador.
En el estudio realizado por el profesor Orrego en más de 100 fincas cafeteras de Caldas, Quindío y Risaralda se encontró que los caficultores pequeños y medianos son ineficientes técnicamente: "la eficiencia técnica promedio para pequeños cafeteros fue de 36,8 %, medianos de 51,71 %, y todo el sector de 42,38 %, mientras que los grandes cafeteros presentaron eficiencias técnicas del 60,15 %".
También se determinó que el 41 % de la productividad depende de variables como trabajo (jornales/cantidad de trabajo), densidad de siembra, edad del cafetal, usos de fertilizantes, nivel educativo del productor, terreno de menor pendiente e infraestructura vial.
La investigación muestra los bajos niveles de eficiencia que se presentan en los pequeños y medianos productores, lo cual puede influir negativamente en la productividad nacional. "Todo esto se da a pesar de los esfuerzos que se hacen por incorporar nuevos desarrollos tecnológicos, como variedades resistentes a la roya, técnicas para el mejoramiento de la fertilización y mejoras en los niveles de tecnificación como edades y densidades de cultivo", agrega el investigador.
Para llegar a esta conclusión se realizaron encuestas a los propietarios de las fincas, con el fin de identificar los componentes socioeconómicos y las prácticas agronómicas que realizan los productores, las cuales fueron aplicadas por profesionales del Servicio de Extensión del Comité Departamental de Cafeteros de Caldas.
A partir de dichas encuestas se encontró que la edad promedio de los caficultores es de 53,95 años, característica que puede dificultar la incorporación o promoción de nuevas tecnologías tendientes a mejorar la productividad entre los productores, especialmente las relacionadas con las tecnologías de la información y comunicaciones.
Por otra parte, la productividad promedio fue de 142,95 arrobas/hectáreas/año, "el promedio anual para el país es de 80 arrobas/ha/año, con lo cual se muestra que las fincas encuestadas manejan altos niveles de productividad".
Según el estudio, una de las variables que más afecta la productividad del cultivo del café es la densidad de siembra, por su dificultad para ser intervenida por el productor: "esta dificultad nace del hecho de que solo se puede mejorar en el momento de la siembra del cultivo, pero como el café es un cultivo perenne que tiene un periodo de vida en campo alrededor de 20 años, su cambio está sujeto a esta restricción".
"Teniendo en cuenta la dificultad de cambiar la densidad de siembra, los productores deben abordar el manejo de esta variable como estratégica para su empresa cafetera, y lo deben hacer con una visión de largo plazo para evitar impactos negativos en la productividad", puntualizó el investigador Orrego.