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Educación para salvar a San Andrés

  • La UN ofrece 64 carreras dentro de un programa especial de admisión que les permite a los jóvenes cursar los primeros semestres en San Andrés y, posteriormente, continuar sus estudios en las sedes andinas de Bogotá, Medellín, Manizales o Palmira. - F

Una decidida política para ofrecer a las siguientes generaciones de isleños una educación que los saque de los últimos niveles de educación del país y les ofrezca la opción de formarse en todas las áreas del conocimiento sería la mayor apuesta para salvar al Archipiélago de la indiferencia y el abandono en que ha permanecido. Las acciones que propone la UN, lideradas por la Rectoría, y las que ha adelantado en San Andrés podrían ilustrar a los Gobiernos sobre cómo rescatar e integrar a la población.

Los expertos afirman que Colombia ha perdido el derecho sobre 80.000 kilómetros cuadrados de territorio marítimo (el 54% del área marítima protegida), lo cual podría generar una inestabilidad económica mayor a los pobladores de territorios colombianos de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

Aun cuando la Corte Internacional de Justicia de La Haya reafirmó la pertenencia a Colombia de los cayos e islotes en disputa, debo confesar que la primera sensación que suscitó esta noticia es la de un golpe al orgullo nacional. Sin embargo, el desafortunado fallo ha traído un brochazo de cultura geográfica a la mayoría de los colombianos y nos ha permitido conocer el nombre de cayos que estuvieron en disputa, tales como Albuquerque y Bajo Nuevo.

Creo que en el interior del país sabemos muy poco de esta región de playas paradisíacas: que los raizales tienen una cultura religiosa, que uno de sus platos típicos es el rondón y que su lengua es el creole. También es conocido que los isleños han perdido lentamente la posibilidad de vivir del turismo, toda vez que las grandes empresas ofrecen al turista planes "todo incluido" que lo poco que dejan en la isla es un volumen nada despreciable de basura y desperdicios.

La sensación de estar perdiendo a San Andrés nos invita a preguntarnos si ha hecho parte integral del país y ha participado en sus decisiones. Creo que el Archipiélago deberá ser salvado de la pobreza ofreciendo oportunidades diversas y reales a sus habitantes, especialmente a los jóvenes. Estoy plenamente convencido: la mayor apuesta que se puede hacer para salvar a San Andrés de la indiferencia y del abandono del Estado y del resto de los colombianos es la educación.

Quisiera estar seguro de que en el plan especial mencionado por el presidente Santos, además de buscar soluciones al problema económico, se incluya una decidida política para ofrecer a las siguientes generaciones de isleños una educación que los saque de los últimos niveles de formación del país y les ofrezca la opción de formarse en todas las áreas del conocimiento, para ser competitivos en un mundo globalizado.

Las condiciones de abandono en que ha permanecido el departamento deben ser corregidas, pues San Andrés, Providencia y Santa Catalina podrían estar en riesgo de perderse, no solo por demandas de Gobiernos vecinos, sino por la decisión de sus propios habitantes de no querer seguir siendo parte de un país que no los integra.

UN, presencia real en San Andrés

La Universidad Nacional de Colombia, en un intento por integrar regiones de frontera al sistema de educación superior del país, creó desde hace quince años sedes en Arauca, Leticia, San Andrés y Tumaco. En el caso de San Andrés, la sede demuestra una presencia real, que ha sido fortalecida por todas las direcciones de la Universidad desde su creación.

Actualmente, se desarrollan allí programas de posgrado: Maestría y Doctorado en Biología Marina, Maestrías en Estudios del Caribe, en Administración de Empresas y en Medioambiente y Desarrollo.

Aun cuando el número de nuevos bachilleres anuales de la isla no sobrepasa los 700 y solo el 10% opta por adelantar estudios universitarios, la Universidad les ofrece a estos jóvenes la posibilidad de elegir entre 64 carreras distintas. Se trata de un programa especial de admisión que les permite cursar los primeros semestres en San Andrés y, posteriormente, continuar los estudios en las sedes andinas de Bogotá, Medellín, Manizales o Palmira.

Este audaz y exitoso programa es la mejor opción de educación superior en el Archipiélago y se complementa con verdaderos programas de bienestar universitario, para que los jóvenes puedan sostenerse hasta culminar sus estudios. La meta actual es llegar a cubrir, al menos, al 30% de los bachilleres. Me sorprende saber, por ejemplo, que solo cinco jóvenes de Providencia solicitaron admisión.

Adicionalmente, la Institución construyó en San Andrés el Jardín Botánico, que actualmente administra. Este espacio posee la más significativa muestra de especies nativas y sirve de centro de investigación en biología y áreas afines, así como, por supuesto, de atractivo turístico.

La nueva directora de la sede Caribe, la profesora Johannie James, de origen raizal, se formó en la sede Bogotá gracias a otro importante programa de la Universidad que admite a los mejores bachilleres de municipios pobres. Su formación doctoral posterior en el exterior y su vinculación como profesora y ahora directiva es garantía de inclusión y equidad para el desarrollo.

El ejemplo de la Universidad Nacional de Colombia, como acción compensatoria del Estado para San Andrés, debe ilustrar a los Gobiernos sobre cómo rescatar e integrar a la población del Archipiélago.