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Artes y Culturas

Edificio de Enfermería, gran ganador en la Bienal de Arquitectura

  • El edificio de la Facultad de Enfermería consta de 14 salones, nueve laboratorios y cuatro auditorios.

  • Leonardo Álvarez, arquitecto egresado de la U.N.

  • La construcción tiene 7.000 metros cuadrados.

  • El diseño está pensando para ahorrar electricidad con amplios ventanales que dejan entrar luz natural.

  • Ricardo Daza, docente de Arquitectura de la U.N.

  • El edificio de ingeniería recibió mención por su recuperación y remodelación.

El edificio de la nueva Facultad de Enfermería de la Universidad Nacional y el libro Tras el viaje de oriente fueron los proyectos ganadores de la versión XXV del certamen arquitectónico, en las categorías de Proyecto Arquitectónico y Divulgación y Publicaciones.

Así lo señala la profesora Karoll Gómez, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), y agrega que uno de los aspectos que sí ha cambiado en este tiempo es que la ciudadanía tiene una mayor capacidad de indignación frente a hechos de corrupción, al reconocer que este fenómeno es un problema de todos.

Sin embargo, entre la sociedad sigue habiendo un gran desconcierto relacionado con la ausencia de sanciones efectivas ante situaciones de abuso de poder y desviación de recursos públicos.

Al respecto, la docente recuerda que, según la Corporación Transparencia por Colombia, la corrupción está determinada por varios factores, incluso las normas y leyes con las que funciona el país, como por ejemplo la débil o nula separación de poderes, el juego político para acceder a cargos públicos, la insuficiente rendición de cuentas y la contratación pública, entre otros.

En ese sentido, afirma que aunque el hecho generador no ha cambiado, lo que sí ha cambiado es cómo se da esta relación; por ejemplo, el caso de Odebrecht puso en evidencia la enorme capacidad de viciar procesos de contratación pública en varios países del América Laina de forma simultánea.

Para contextualizar sus afirmaciones, la profesora Gómez retomó algunos de los principales hallazgos de un estudio coordinado por ella en 2002, el cual se basó en información estadística provista por la Contraloría General de la República, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Para ello, realizó un análisis econométrico de corte transversal entre países empleando los índices de corrupción de Transparencia Internacional y del Grupo de Servicios de Riesgo Político en la última década del siglo XX.

Al respecto, afirma que “aunque los resultados de la modelación se hicieron con datos de 1990 a 2000, el fenómeno de la corrupción no ha cambiado mucho en los últimos 20 años”.

Según la docente, un elemento que evidenció su estudio es que la corrupción actúa como un impuesto que disminuye los incentivos a invertir, desvía el gasto del Estado hacia proyectos improductivos, distorsiona la localización de los recursos en términos de la reducción de la inversión privada y del capital humano, y aumenta la inflación, ya que los sobornos se toman como un precio extracargado por los burócratas a los consumidores privados.

Así mismo, dicho fenómeno es el resultado del manejo discrecional que funcionarios públicos les dan a los recursos del Estado: “los corruptos se apropian de una porción del gasto público, lo cual causa una reducción en la tasa de crecimiento de una economía”.

En este momento de confinamiento obligatorio, en el que se han destinado recursos para atender la emergencia por coronavirus, información oficial indica que cerca de 12 billones de pesos se encuentran en la mira de las entidades de control –Fiscalía y Procuraduría– para que no sean desviados mediante estrategias corruptas.

Según la profesora Gómez, para garantizar que los recursos del Estado se destinen a los proyectos previstos para afrontar la pandemia es necesario fortalecer continuamente las instituciones y las sanciones legales, además de que exista un rechazo social cada vez más generalizado.

Se trata de la construcción de más de 7.000 metros cuadrados liderada por el arquitecto Leonardo Álvarez, docente de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), que servirá como centro de formación e investigación para más de 700 estudiantes de pregrado y posgrado, así como sede para el personal administrativo.

El edificio está pensado para dar óptimas condiciones de luz y confort ambiental. Tiene un sistema de ventilación en las aulas que permite controlar de manera pasiva los flujos de aire, que también se renueva gracias a un muro central hueco, a través del cual se extrae el aire caliente y viciado del interior de los salones para dirigirlo hasta la parte superior del edificio.

Según explica el arquitecto Álvarez, el edifico tiene muchas áreas para estudiantes y profesores con los mejores estándares en auditorios y laboratorios.

"Es un edificio que autorregula el manejo lumínico. Está pensado para que sea energéticamente eficiente. Es un espacio agradable para los estudiantes y los invita a quedarse. Es confortable estar allí, por eso tiene un reconocimiento y un merito", comentó el docente Álvarez.

Con una inversión de 34.255 millones de pesos, se logró consolidar un espacio que cuenta con 14 salones, nueve laboratorios, cuatro auditorios (uno de ellos con capacidad para 240 personas), 21 baños y áreas para oficinas, distribuidos en cinco pisos.

Libro premiado

Por su parte, Ricardo Daza, docente de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la U.N., fue ganador en la categoría de Divulgación y Publicaciones con el libro Tras el viaje de oriente, resultado de su tesis de doctorado en la Universidad Politécnica de Cataluña (Barcelona, España).

Esta investigación narra un viaje que emprendió el arquitecto suizo Le Corbusier cuando tenía 23 años, en el que recorrió toda Europa (Austria, Hungría, Serbia, Rumania, Turquía, Grecia, Italia).

"Este viaje es una de sus grandes enseñanzas y en donde aprende muchas de las cosas que desarrolló durante su vida. En el libro reconstruí esta experiencia para demostrar que fue esencial en su trabajo y fue realmente su escuela", anotó el docente Daza.

A medida que va narrando este viaje, el arquitecto muestra cómo influyeron las diferentes ciudades en las obras y proyectos de Le Corbusier. Por ejemplo, temas como la composición con la luz, la relación con la naturaleza y la importancia de la vivienda popular y campesina.

Los arquitectos Guillermo Restrepo Valencia (q.e.p.d.) y Alberto Corradine Ángulo también recibieron una mención por el reforzamiento estructural y la actualización integral que realizaron al Edificio Insignia Julio Garavito Armero de la Facultad de Ingeniería de la U.N.

La U.N. Sede Bogotá, además, fue reconocida en esta versión de la Bienal con los trabajos adelantados por Pablo Gamboa "Alojamientos Femeninos y Edificio, laboratorios y centro de simulación", y Camilo Avellaneda, con "Edificio de aulas y Graderías de Campos de Parada".

Adicionalmente, Jorge Galindo, docente del Departamento de Arquitectura Sede Manizales sobresalió en la categoría Investigación, Teoría y Crítica con la obra "El puente Ortiz, historia de su construcción y su papel en la transformación urbana de Cali".

En esta edición el jurado calificador estuvo integrado por Rodolfo Ulloa Vergara, María Elvira Madriñán, Carlos Morales Hendry, Fabio Ramírez, Felipe González Pacheco, José María Ezquiaga (España) y Sergio Padilla Galicia (México).