Correo Electrónico
DNINFOA - SIA
Bibliotecas
Convocatorias
Identidad UNAL
Esta edificación, construida, en parte, gracias a la generosidad y a las donaciones de sus egresados, es ejemplo de modernización.
Su reestructuración cuenta con dos características importantes: un reforzamiento que permitió su actualización a las normas de sismorresistencia vigentes y una restauración que respeta su estructura original.
El edificio, con 70 años de antigüedad y orgullo de la comunidad de ingenieros de la U.N., cuenta con tecnología de punta. Algunas de sus mejoras consisten en redes de banda ancha con 10 GB de velocidad, iluminaciones led que dejan atrás las fluorescentes, salones equipados con equipos para teleconferencias y otras novedades que lo posicionan como uno de los mejores del campus de la U.N. Sede Bogotá.
José Ismael Peña, decano de la Facultad de Ingeniería de la U.N., se mostró orgulloso del trabajo realizado por la comunidad de la Facultad, en especial sus egresados.
"Estamos muy emocionados con esta reinauguración después de tres años de trabajo arduo de profesores, estudiantes y egresados, quienes contribuyeron, de alguna manera, a que hoy podamos contar con esta edificación que aportará muchísimo a los futuros ingenieros del país", destacó el decano.
Otro de los trabajos realizados fue la restauración del paraninfo original y la construcción de uno nuevo, con capacidad para 120 personas cada uno. Estos espacios serán de utilidad no solo para la Facultad de Ingeniería sino para toda la comunidad universitaria.
El evento inaugural fue también escenario para que los dos paraninfos recibieran sus nuevos nombres, en honor a dos de los egresados que lideraron todo el proceso arquitectónico, de donaciones y de construcción.
De esta manera, desde hoy se conocerán como Auditorio Carlos Barberi y Auditorio Juan B. Gómez, en honor a estos ingenieros ilustres que hicieron posible que el antiguo edificio 401 se convirtiera en una moderna estructura.
El ingeniero Carlos Alberto Barberi Perdomo, egresado de la Universidad en 1970, expresó la emoción que siente al ver culminado un trabajo que realizó con el corazón. Para él es un orgullo que hayan bautizado uno de los auditorios con su nombre.
"Siempre tuve presente que los egresados debíamos devolver algo a la universidad en agradecimiento a lo que ella ha hecho por nosotros. Por eso, y gracias a la idea del profesor Diego Hernández, vicerrector de la Sede Bogotá, se emprendió la iniciativa de buscar donaciones que permitieran reforzar nuestro edificio", explicó el egresado.
El reforzamiento y la restauración tuvieron un costo de 10.000 millones de pesos, de los cuales el 23 % se obtuvo gracias a los aportes de egresados, quienes, además del dinero, pusieron trabajo y materiales. El proyectó generó la primera fiducia de donaciones hecha en el país.
El resto de la inversión salió de recursos propios de la Facultad, fruto del trabajo de los profesores que adelantan trabajos de extensión e investigaciones que representan capital.
Por su parte el profesor Diego Hernández, vicerrector de la U.N. Sede Bogotá y gestor de esta iniciativa, afirmó que la idea de actualizar el edificio no se hubiera podido hacer sin la participación fundamental de los egresados y sin el trabajo de diseño de profesores y estudiantes.
"El aporte de la comunidad es emblemático, por eso debemos celebrar el esfuerzo de muchos para el bien de muchos", resaltó el vicerrector, quien agregó que el resultado supera las expectativas.
Según el profesor Hernández, este es un ejemplo y referente para que los demás edificios de la Universidad logren las mismas o mejores características.
Otra novedad del Edificio Insignia Julio Garavito Armero es la nueva plazoleta y una cafetería, bautizada como Café de "El Viejo", para el disfrute y bienestar de toda la comunidad universitaria.