Escudo de la República de Colombia Escudo de la República de Colombia
/Dormir mal también le pasa factura a su salud
Salud

Dormir mal también le pasa factura a su salud

    Dormir no es un lujo, es una necesidad vital para el ser humano. A pesar de su importancia, muchas personas no le dan al sueño la atención que merece y sacrifican sus horas de descanso para cumplir con otras actividades, práctica que a la larga puede tener graves consecuencias para la salud física y mental. A propósito de la Semana del Sueño, realizada en la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá, expertos explican cuáles son dichas consecuencias y cómo se pueden prevenir.

    El cuerpo humano funciona naturalmente bajo un ciclo “circadiano”, un “reloj interno” que ayuda constantemente a regular las funciones biológicas como la forma en que el cuerpo utiliza la energía, el estado de ánimo, la temperatura corporal y también el sueño. Por eso cuando no dormimos lo suficiente, o la calidad del sueño no es buena, ese ritmo se desequilibra haciendo que durmamos mal y nos despertemos a horas inusuales.

    El sueño se compone de diferentes fases que se repiten a lo largo de la noche y que se agrupan en ciclos de entre 90 y 120 minutos. Por eso los especialistas recomiendan para los adultos dormir entre 7 y 9 horas, aunque la cantidad ideal puede variar según la edad y el estilo de vida de cada persona.

    Durante el reciente encuentro de Salud UNAL Contigo, iniciativa de la Faculta de Medicina de la Institución, esta vez centrado en el tema “Actividad física y calidad del sueño”, la fisioterapeuta de la UNAL Iris Lineros explicó que “hacia las 6:00 de la tarde el cuerpo humano empieza a producir una sustancia llamada melatonina, que juega un papel importante en la calidad del sueño, aunque aquí también se dan otros procesos”.

    “Entre las 8:00 y 10:00 de la noche la actividad de nuestro sistema digestivo se hace más lenta, por eso recomendamos evitar consumir alimentos al menos dos horas antes de acostarse, lo que ayuda a no presentar interrupciones en el sueño”, dijo la experta.

    Pero este tema tiene otras aristas: cuando no dormimos bien también aumenta de manera significativa el riesgo de tener trastornos psicológicos como la ansiedad y la depresión, por eso se dice que este es un componente fundamental para mantener la salud mental y física.

    Wilmer Yamid Orjuela, psicólogo de la UNAL y miembro del programa Vitalmente, menciona que “en un estudio realizado con estudiantes de Medicina se expuso cómo las afectaciones en el sueño -por los turnos demandantes- de alguna manera generaban implicaciones en su empatía al trabajar”.

    El psicólogo aclara que “aunque el sueño por sí solo no genera todas las problemáticas, sí influye de manera importante. Las personas con afectaciones de sueño -dificultad para dormir, para mantener el sueño o tener pesadillas- tienen más probabilidades de tener ciertos trastornos psicológicos como ansiedad, depresión y desórdenes en el estado de ánimo, entre otros”.

    Quizá todos hemos sentido en algún momento que aunque dormimos las horas suficientes nos levantamos irritables o cansados, no solo física sino también mentalmente. Según los profesionales de la UNAL, todas esas afectaciones se pueden ver reflejadas en la cotidianidad al momento de socializar, resolver problemas o tomar decisiones.

    Por eso el psicólogo manifiesta que “cuando una persona llega a una atención psicológica individual, algo que solemos revisar particularmente es cómo está su sueño: si es reparador y si se están cumpliendo o no las horas recomendadas, que son indicadores de esas dificultades”.

    Los beneficios de la actividad física

    La actividad física se ha destacado como un factor clave para promover un sueño de calidad y mejorar la salud en general. Aunque no hay una conclusión definitiva sobre la relación entre la actividad física y el sueño, varios estudios han sugerido que un nivel óptimo de ejercicio puede asociarse con una mejor calidad del sueño.

    La fisioterapeuta Karen Dayana Rodríguez, líder del Programa de Promoción de Actividad Física Vitalízate, señala que “la actividad física puede ayudar a regular los ciclos de sueño y vigilia, y también a mejorar la eficacia del sueño y reducir la latencia, es decir el tiempo que transcurre entre el momento en que apagamos la luz hasta llegar a la primera fase del sueño”.

    “Algunos estudios indican que las personas activas físicamente, aunque no tengan el tiempo de sueño suficiente, pueden dormir con mejor calidad y eficiencia del sueño y se cansan menos. También exponen que con la actividad física mejoran los trastornos del sueño”, subraya.

    Dentro de las prácticas y hábitos que recomiendan los expertos para mantener una higiene del sueño están: mantener horarios regulares de sueño, no ingerir alimentos pesados en la noche, crear un entorno propicio para dormir y limitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse.