Docente de la UNAL preside Mesa Sectorial de Biotecnología del SENA
Actualmente el profesor Mejía es coordinador de la Oficina de Gestión Ambiental (SGA) y forma parte del Departamento de Ciencias Básicas de la Facultad de Ingeniería y Administración de la UNAL Sede Palmira.
“Sueño con que esta labor sirva para resaltar el papel de la UNAL en la región. La Universidad le puede ofrecer a la Mesa de Biotecnología la formación de personas, por ejemplo en biología molecular, ingeniería genética vegetal y otras carreras o enfoques”, afirma.
El coordinador Mejía es biólogo con énfasis en Genética, magíster en Biotecnología de la Universidad de Granada (España) y doctor en Ciencias Biomédicas de la Universidad del Valle. Comenzó representando a la UNAL en la Mesa Sectorial de Servicios Ambientales del SENA, y de allí lo invitaron a formar parte de la Mesa Sectorial de Biotecnología en 2020.
En estas mesas participan voluntariamente gremios, empresarios, organizaciones, centros de investigación, oferentes educativos y funcionarios del sector público de todo el país, para contribuir en conjunto a mejorar la calidad del talento humano en todo el país, y también para resaltar la formación para el trabajo y la competitividad de los sectores productivos colombianos.
“Alrededor de 90 empresas del país participan en la Mesa. Queremos identificar cómo el tipo de biotecnología en el que cada empresa está participando y se enfoca puede aportarle al país desde la salud, la educación, el medioambiente y otros entornos”, mencionó.
Para el profesor de la UNAL Sede Palmira “este nombramiento es una puerta abierta para estimular y promover la educación en las empresas y sus equipos”.
“La UNAL puede ser considerada para proyectos con el SENA relacionados con la biotecnología, podría haber colaboraciones de investigación entre la Universidad junto con grupos de investigación del SENA; incluso las dos entidades tienen laboratorios de tecnología muy bien dotados, que se pueden compartir en convenio”.
“Estamos buscando conseguir espacios de capacitación para los técnicos y tecnólogos de las empresas de biotecnología, para que tengan un título formal a través del SENA”.
Por otro lado, el profesor resalta que la Universidad podrá acercarse más a la industria y establecer “un triángulo de colaboración industria-Gobierno-universidad” que permitiría unirse más con la sociedad, no solo a través de la academia, sino como una entidad que ayuda.
Por ejemplo, “algunas empresas farmacéuticas pueden mejorar sus procesos de producción de un medicamento a través de métodos esencialmente químicos, mientras la biotecnología puede aportar en bajar costos, acelerar procesos y aumentar la producción por procesos esencialmente biológicos”, explica.
Entre otros aportes para esta Mesa, el biólogo menciona al grupo de investigación en Bioprospección y Biotecnología, creado por profesores de la UNAL muy soñadores, con el cual buscan descubrir moléculas de interés científico, farmacéutico o agroindustrial, y alcanzar un bienestar económico a partir del uso de esas moléculas, lo que requeriría de métodos biotecnológicos”.
Por último, además de las aspiraciones institucionales, el profesor Mejía quiere –a través de la biotecnología– crear una empresa propia basada en ingeniería de proteínas. “En la pasantía de mi tesis doctoral en España participé en el rediseño de una proteína para cirugías ortopédicas que se está utilizando allí para regenerar hueso cuando hay una fractura. Al regresar al país, llegué con muchas ganas de hacer proyectos en esa línea en ingeniería de proteínas”.
“Cada empresa puede evaluar si puede adoptar procesos biotecnológicos o incluso optimizarlos; por ejemplo, empresas cafeteras son partícipes, desde la biotecnología vegetal y la ingeniería genética vegetal; empresas productoras de microorganismos de interés industrial pueden estar interesadas en nuevos hongos o nuevas bacterias, y a través de la Mesa de Biotecnología se pueden realizar colaboraciones para la investigación industrial, entre otras bondades”, concluye el docente.