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Educación

Distrito de Innovación Agua, Territorio y Paz fue presentado a INNpulsa para su viabilidad

    En su primera fase, iniciada en 2020, el proyecto Agua, Territorio y Paz (ATP), liderado por la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), ha materializado tres prototipos con las comunidades y beneficiado a más de 300 habitantes de la Reserva Forestal del Bosque de Yotoco, en el Valle del Cauca. Ahora la Institución ha emprendido la búsqueda de recursos para empezar la segunda fase.

    Durante su visita de trabajo a la UNAL Sede Palmira, la rectora Dolly Montoya Castaño le presentó la segunda fase del proyecto ATP a Hernán Ceballos Gacharná, gerente de INNpulsa Colombia, entidad encargada de promover la innovación en el país.

    El propósito de dicha iniciativa es aportar soluciones prácticas y reales, concertadas con las comunidades, para un manejo integrado de cuencas y para responder a los desafíos ambientales, sociales y económicos del país.

    La profesora Montoya considera que “el Centro ATP le apunta al desarrollo armonioso del territorio y a la generación de ambientes de paz, en un contexto de liderazgo colectivo y transformador, a partir de la articulación de proyectos de las comunidades locales, los esfuerzos institucionales y el desarrollo de redes e iniciativas de innovación social, científica y tecnológica, dentro de un marco de estudio y manejo integrado de cuencas”.

    La primera etapa se puso en marcha en el territorio con una inversión de 1.000 millones de pesos, y para el segundo ciclo la Universidad busca trascender de proyecto a Centro de Innovación Tecnológica ATP, reto que la Rectora espera cumplir con la gestión de 50.000 millones de pesos con los que se construirá un Distrito de Innovación en Cali.

    Según la rectora, “en los últimos años se ha sembrado el proyecto ATP en la región, y con las comunidades de Yotoco se ha construido un plan estratégico en el que se tiene que seguir trabajando”. Asimismo, espera que se vinculen diferentes entidades que operan en la región y que este modelo se pueda replicar en las demás sedes de la Universidad.

    Tras la presentación del equipo de la UNAL, el gerente de INNpulsa recibió atento la información y consideró viable el proyecto, al señalar que la agencia del Estado servirá de puente para gestionar los recursos con los que esperan financiar la segunda etapa del proyecto ATP.

    El directivo insistió en que “es fundamental que el proyecto cuente con un presupuesto por años: hay que buscar nichos de trabajo y arrancar de una forma especializada con proyectos que generen ingresos a la población”.

    El Centro ATP beneficiará a más de 50 familias de la región, según informa Nelson Vivas, asesor de la Dirección Nacional de Planeación de la UNAL, quien señala que “el Plan Maestro del Distrito de Innovación que se plantea en Cali proyecta la construcción de laboratorios científicos en la Sede Palmira, en un corredor de innovación, paz y territorio”.

    ¿Cómo se materializó la primera fase del proyecto ATP?

    Los tres prototipos que se originaron con el proyecto ATP fueron posibles gracias al trabajo conjunto que se hizo con la comunidad de Yotoco.

    El primero que se cristalizó se hizo a través de la Asociación para el Desarrollo Agroambiental y Forestal (Asodafor), y consistió en la instalación de un sistema para la recolección de aguas lluvias destinadas a la fabricación de abonos orgánicos y al riego de plantas, árboles y cultivos.

    “El proyecto ATP llegó al municipio de Yotoco mediante diferentes talleres para la comunidad, luego se plantearon los prototipos, y después fue aprobado”, recuerda Marcela Hidalgo, funcionaria de Asodafor, al destacar los resultados.

    A través de esta Asociación, los habitantes de Yotoco recibieron recursos para hacer realidad el sistema con el que recogen 1.000 litros de aguas lluvias, que se filtran antes de llevarlas a dos canecas grandes, de las cuales son posteriormente distribuidas para cumplir con las actividades contempladas.

    El segundo proyecto, que también aprovecha el recurso hídrico, consiste en reutilizar el agua sobrante de la siembra de peces, para cultivos de lechuga y otras hortalizas de la zona, y el tercer proyecto es un biodigestor que permite producir gas con las heces de porcinos.

    El nicho del proyecto es el sector biotecnológico y agroindustrial, así como las empresas de base tecnológica que pueden facilitar los procesos. El objetivo principal es impactar las zonas rurales del país, empezando en Valle del Cauca, con Yotoco como experiencia inicial.

    Para la rectora Montoya, “este trabajo, que impulsará la bioeconomía en el país, es un ejemplo tangible de cómo se puede llegar a esa Colombia más profunda que no está en las grandes ciudades sino cuidando nuestro entorno; es un proyecto muy bonito de innovación social. Con el Centro Tecnológico ATP podremos trabajar en el Eje Pacífico y en el conocimiento de las comunidades y la diversidad”.