Dislexia en niños se detectaría con método de aprendizaje estadístico
La dislexia es un trastorno neurobiológico no relacionado con la inteligencia del individuo. Fotos: archivo Unimedios.
Para niños con dislexia, la enseñanza de la lectura y escritura del español se debe dar de forma explícita.
Cifras internacionales estiman que en las aulas de clase entre el 3 y 5 % de la población presenta esta condición.
Con las tareas de aprendizaje estadístico, el estudio predijo la condición de más del 80 % de los niños participantes.
Esta herramienta permitirá hacer ajustes educativos para esta población.
En los niños con dislexia la enseñanza de la lectura y escritura del español se debe dar de forma explícita, es decir, cuál es el sonido y cuál es la representación de la letra, pues aunque la información se repita, ellos presentan fallas en el aprendizaje de patrones.
“Es posible que en las aulas de clase se tengan varios niños con dificultades del lenguaje y los maestros no lo sepan, pues no es algo fácil ni rápido de identificar, por lo que a nivel educativo es importante ajustar la enseñanza a su condición”.
Así lo recomienda en su investigación la fonoaudióloga Angélica Mateus Moreno, magíster en Neurociencias del Departamento de la Comunicación Humana de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
El estudio, que se realizó en el Laboratorio de Neurociencia Cognitiva y Comunicación de la Facultad de Medicina de la UNAL, contó con la participación de 50 niños (25 con dislexia y 25 del grupo control), entre los 9 y 12 años. Se escogió este rango de edades porque entre los 6 y 8 años pueden mostrar fallas en la lectura debido a mala instrucción, pero a los 12 ya se ha debido superar cualquier dificultad.
Se aplicaron pruebas tanto estandarizadas como de inteligencia no verbal para medir el nivel cognitivo y las tareas de lectura, escritura y lenguaje oral.
Las tareas de lectura se analizaron con la ayuda de un equipo de rastreo ocular del Laboratorio, que permite mirar la actividad de los ojos del niño durante la lectura, es decir, dónde está fijando la mirada cuando está leyendo y por cuánto tiempo.
“Construimos cuatro áreas experimentales en dos modalidades (visuales y auditivas), las cuales seguían el mismo patrón. Estas tareas tenían una fase de familiarización en la que el niño solo miraba y nosotros controlamos aspectos como la atención, y una fase de elección forzada, en la cual les dábamos dos opciones”, explica la magíster.
Según la investigación, con las tareas de aprendizaje estadístico (AE), el estudio predijo más del 80 % de los niños participantes, lo que evidenció la importancia de evaluar estas tareas en menores con dislexia y así determinar las oportunidades o ajustes educativos que se deberían hacer para esta población.
La dislexia es un trastorno neurobiológico no relacionado con la inteligencia del individuo; las personas que la padecen tienen dificultad para leer con fluidez y sin errores. Según cifras internacionales, se estima que en las aulas de clase entre el 3 y 5 % de la población presenta esta condición.
Pese a que los casos son más regulares de lo que se cree, en Colombia no existen datos exactos sobre cuántos niños padecen de esta discapacidad ni existen muchas investigaciones al respecto.
“Es común que en el aula haya niños con dislexia que no se identifican; los profesores los tildan de ‘perezosos’ o niños que ‘no quieren aprender’, pero cuando hacemos el estudio encontramos que tienen esta condición que no es estudiada, en parte porque el diagnóstico es difícil”, señala la investigadora.
Según la investigación, los niños con dislexia tienen mayores dificultades para ejecutar otras tareas, independientemente de si son visuales o auditivas.
Además, los menores mostraron un desempeño más pobre, no solo en habilidades de lectura, sino también de escritura. “Según los patrones del equipo de seguimiento ocular, en el que se ve la duración total de la fijación y el número de fijaciones, los niños con dislexia tuvieron mayor duración en la palabra y necesitan volver más veces a ella, por lo que tienen mayor duración en la fijación y mayor número de fijaciones, a diferencia de un niño con una lectura dentro de lo esperado”, detalla la magíster.
Agrega que “es probable que al inicio de su aprendizaje los niños con falla lectora no se equiparen rápidamente a los buenos lectores, pues esas diferencias se van ampliando a medida que avanzan en su educación, por lo que el estudio también invita a cerrar esa brecha entre buenos y malos lectores, a través de un test de identificación temprana”.