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Ciudad y Territorio

Digna y segura, así es la apuesta de vivienda para los habitantes de Nueva Esperanza

    En la vereda Colombia, adyacente al río Cauca –kilómetro 41 de Manizales–, se encuentra el asentamiento informal Nueva Esperanza, al que hace 10 años llegaron personas víctimas del conflicto buscando preservar su vida; sus precarias viviendas, construidas con tablas, latas y tejas, son vulnerables a emergencias ambientales. Para mejorar su calidad de vida, la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales propone un diseño modular de casa de 36 m2 elaborada con madera aglomerada reforzada y seis muebles interiores adaptables.

    Aunque dicho terreno de cerca de 1 hectárea –también se conocido como invasión Potrerillo– se encuentra en proceso de extinción de dominio, 500 familias han parcelado lotes, el 80 % de los cuales son usados exclusivamente como vivienda. La mayor parte de esta población no ha finalizado el bachillerato, son madres cabeza de hogar y su subsistencia económica se basa en el comercio y en pequeñas tiendas locales conocidas como chazas.

    En el creciente proceso de urbanización se han implementado servicios como la recolección de basura y el suministro de electricidad –aunque intermitente–, y el agua se obtiene a través de mangueras o la recojen en tanques.

    Según el Ministerio de Justicia, si una persona habita por 10 años una propiedad o terreno, como asentado o inquilino, tendría derecho a reclamar propiedad sobre el bien ocupado. En el Plan de Ordenamiento Territorial 2027-2031, Nueva Esperanza se identifica como “centro poblado especial”, y un informe de la Alcaldía de Manizales señala que allí faltan parques infantiles, una sede de acción comunal y espacios para actividades comunitarias.

    A través de los programas de extensión solidaria de la UNAL, desde 2019 se desarrolla el proyecto “Hábitat sostenible – Nueva Esperanza”, que mediante el método de investigación acción participación caracterizó el grupo, generó cartografía de la región y e hizo propuestas arquitectónicas de vivienda para que la comunidad mejore su calidad de vida, legalice los predios y acceda a recursos de financiamiento gubernamental.

    Arquitectura pasiva

    Un aporte reciente del grupo de investigación “Arquitectura, medioambiente y sostenibilidad”, de la Escuela de Arquitectura de la Sede –liderado por el profesor Gustavo Agredo Cardona–, es el diseño de una vivienda de 36 m2 que considera los preceptos de la “arquitectura pasiva”, en la cual se prioriza la eficiencia energética como la luz del sol y la ventilación natural, y además su interior debe permitir una calidad de vida digna en espacios que no necesariamente tienen que ser amplios.

    “Es un espacio suficiente para tener un antejardín, patio, cocina, sala, baño, comedor, dos habitaciones y una zona de recolección de agua, todo esto en un solo piso o nivel”, menciona Valentina Valencia Velásquez, estudiante de último semestre de Arquitectura, quien trabaja en este diseño modular de vivienda de bajo costo.

    La propuesta versátil y fácil de construir se adapta a las necesidades del lugar, y su costo –estimado en 30 millones de pesos– se podría cubrir mediante subsidios de vivienda. El diseño permite alojar entre 4 y 7 personas, las casas tendrían 3 m de alto y 8 m de ancho y de fondo.

    “Las vigas y muros estarían conformados por 10 pivotes de madera de pino de 10 x 10 cm, sujetados con ángulos como refuerzo; las paredes, suelos y cielo raso se construirían con madera aglomerada tipo RH, la más resistente a presión, humedad y temperatura, ideal para climas cálidos; el techo tendría un 27 % de inclinación en forma trapezoidal para permitir el ingreso de la luz y el aire durante el día para mantener la casa iluminada y fresca, y en la noche solo requerirá dos bombillas led. Además la teja en PVC es termoacústica, translúcida y amortigua el ruido, y para la recolección de agua se propone un tanque de agua de unos 500 litros”, específica la estudiante.

    Sistema modular

    Por otro lado, los 6 elementos internos del mobiliario estarían fabricados con madera aglomerada recubierta con melamina, un papel decorativo altamente resistente a la presión. Se propone:

    1. Mueble para almacenar elementos de aseo y herramienta que incluye una silla que se puede utilizar como escritorio.
    2. Closet, que además de servir como base o mesa para el televisor en la habitación, también se puede desplegar para transformarse en una segunda cama.
    3. Mesa de comedor de dos plazas, con una barra interna que se puede desplazar para aumentar la capacidad de comensales.
    4. Patio de ropas, con un mueble empotrado a la pared diseñado para albergar el lavadero, la lavadora y proporcionar espacio de almacenamiento.
    5. Cama desplegable de forma lateral.
    6. Segundo estante con silla plegable que se puede usar como área de estudio, entre otras funciones.