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La importancia de este proyecto es que estudiantes en el área clínica aprenden cómo es la alimentación en personas con complicaciones de salud, además son responsables del cumplimiento de los estándares del manual de dietas y la supervisión de la calidad que presta el servicio de alimentos, que generalmente es realizado a través de contratación externa (outsourcing).
Este grupo de 16 estudiantes vela por la calidad de los alimentos que reciben los pacientes, uno de los factores claves para la pronta recuperación de los enfermos.
La aplicación de este convenio, entre el Departamento de Nutrición de la Facultad de Medicina de la U.N. y el Hospital de Engativá, se presenta teniendo en cuenta que las enfermedades y necesidades de los pacientes deben ser tratadas también desde la parte nutricional, con el suministro de alimentos específicos.
Aspectos como el tipo de dieta, cantidades en las porciones, calidad de alimentos, preparaciones, temperaturas, distribución, almacenamiento y aceptabilidad de los pacientes son las funciones de estos nutricionistas con el fin de apoyar la recuperación de los pacientes.
Sandra Patricia Guevara Núñez, docente del Departamento de Nutrición Humana, es responsable del grupo de estudiantes del área clínica que rotan en el Hospital.
"Las dietas hospitalarias exigen especificaciones claras, basadas en las indicaciones de los médicos y en las necesidades de cada paciente, por lo tanto, estos estudiantes logran que el suministro de alimentos se haga de manera óptima, previniendo posibles errores que puedan complicar los procesos de recuperación", afirmó la docente.
Son diversos tipos de dietas de las cuales deben estar pendientes, por ejemplo la dieta hiperprotéica debe garantizar mayor aporte de proteína, si el paciente es catabólico (es decir que no tienen niveles de nitrógeno estables), así el estudiante debe identificar en la parte clínica su valoración, analizando posibles grados de desnutrición proteica y pérdidas de dicho elemento.
De acuerdo con la población de pacientes, también son necesarias las dietas blandas, en estas se modifican las texturas, para permitir la alimentación de personas en recuperación de cirugías o con problemas maxilares.
Por su parte, las dietas hipoglúcidas, bajas en carbohidratos, se suministran a personas diabéticas que también necesitan altos aportes de fibra.
Otros pacientes necesitan dietas líquidas, en el caso de accidentes maxilofaciales, entonces la supervisión por parte de los nutricionistas debe ser estricta con el servicio de alimentos, para garantizar una alimentación basada en líquido que ofrezca el aporte idóneo de calorías.
Un factor importante es el tamaño de las porciones y los gramajes de las comidas, un ejemplo es la dieta hiposódica renal, en la que existen alimentos restringidos a personas con dificultades para consumir proteínas, en este caso es necesario que las porciones estén entre 40 y 50 gramos, además se debe supervisar que el aporte de líquidos y sodio estén controlados.
Aunque el convenio se realiza con el Hospital de Engativá, nutricionistas de la Universidad Nacional también se encuentran en hospitales como el Méderi, el San José y la Misericordia, donde se trabaja también en la parte de pediatría. Además, es de resaltar que estos centros pueden tener entre 40 y 200 camas.