Diagnóstico tardío de aneurisma aórtico duplica riesgo de muerte en Colombia
La ruptura de un aneurisma aórtico abdominal ocurre cuando la pared de la aorta se rompe y la sangre se derrama hacia el abdomen. Fotos: Archivos Unimedios
Esta condición representa un evento catastrófico en la atención clínica, con un índice de mortalidad mundial del 80 % en promedio.
Los protocolos de manejo de esta condición no contemplan el proceso de atención de enfermería en el cuidado de los pacientes que la presentan.
El estudio se basó en 69 historias clínicas de un hospital de Bogotá, de enero de 2017 a diciembre de 2023.
Para diagnosticar esta condición por lo general se consideran síntomas como presión arterial baja, dolor abdominal o lumbar, y pulsaciones en el abdomen.
En su investigación, José Alejandro Cárdenas Arias, estudiante de la Maestría en Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), observó que “algunas historias clínicas reportaban que el paciente sufrió pérdida de sangre durante cuatro días mientras le hacían varios exámenes, hasta que incidentalmente, por una imagen de abdomen, se descubrió que tenía un aneurisma roto, pero para entonces ya era demasiado tarde”.
Los pacientes analizados fueron hombres y mujeres de entre 65 y 75 años, con antecedentes de hipertensión y tabaquismo. En muchos casos, consultaron entre tres y cuatro veces en el mismo mes por síntomas iniciales como dolor abdominal, punzadas que se extendían hasta la espalda, mareos y náuseas. Sin embargo, estos se confundieron con problemas más comunes, como la gastritis o colon irritable.
“Aun con toda la tecnología disponible para llegar a ese diagnóstico –como la tomografía y la ecografía abdominal–, los pacientes con aneurisma aórtico abdominal roto mueren porque confunden los síntomas con una gastritis, por ejemplo”, advierte.
En medio de la búsqueda de estas causas, el enfermero identificó lo que denomina “fallas críticas” en el sistema de salud colombiano. Mientras existen protocolos claros para emergencias como infartos o accidentes cerebrovasculares, en su estudio reporta que la mayoría de las instituciones carecen de guías de práctica clínica específicas para el manejo de aneurismas aórticos.
Para entender la magnitud de este problema es importante comprender que los estándares internacionales establecen que las personas con esta condición deben recibir atención en imágenes diagnósticas en un máximo de 60 a 90 minutos, y ser trasladados a cirugía en ese mismo lapso. Sin embargo, el magíster Cárdenas documentó en su estudio casos de pacientes que tuvieron que esperar hasta 8 horas para recibir atención quirúrgica, tiempo durante el cual la pérdida de sangre continuaba.
Esta condición es sumamente compleja, ya que es como intentar reparar una tubería rota mientras el agua sigue fluyendo. Cuando la aorta se rompe, los médicos trabajan en controlar la presión lo suficiente para mantener los órganos vitales funcionando, pero sin aumentar el sangrado.
En estos casos el tiempo es oro, pues la diferencia entre la vida y la muerte puede radicar en minutos. Por ello, el estudiante de la UNAL reitera la importancia de establecer un protocolo de atención específico que incluya la evaluación inmediata de los signos vitales –presión arterial, frecuencia cardiaca y pulso–, además de implementar una “hipotensión permisiva”, es decir mantener una presión arterial entre 70 y 90 milímetros de mercurio (mmHg), lo cual reduce el sangrado mientras se prepara la cirugía.
“No necesitamos entrenar a más cirujanos vasculares; ellos ya saben operar. Lo que requerimos es mejorar los tiempos de atención y la capacidad de diagnóstico del personal de urgencias desde el primer contacto que se tiene con el paciente”, enfatiza el investigador.
Con ello hace énfasis en que algunas asociaciones de enfermería estadounidenses ofrecen un modelo a seguir, con guías completas que abarcan todas las fases del proceso perioperatorio, desde la identificación inicial hasta el cuidado postoperatorio. Esto, según el experto, profundiza la importancia de incorporarlos en el sistema de salud colombiano para acelerar el diagnóstico y el tratamiento.