Detección de enfermedad febril aguda, reto para tratamiento de pacientes

Durante el primer encuentro de investigación del HDV, la bióloga Laura Silvana Pérez Restrepo, coordinadora técnica del Laboratorio Genómico One Health, presentó los antecedentes en Latinoamérica y Colombia para identificar la enfermedad febril aguda indiferenciada (EFAI).

Explicó que esta se conoce como “un grupo importante de enfermedades difíciles de diagnosticar debido a su similitud en los síntomas y en las manifestaciones clínicas”.

Dichos síntomas son: incremento de la temperatura sin conocimiento de causa, malestar general, escalofríos, falta de apetito y dolor de cabeza, indicios de diversas enfermedades como dengue, COVID-19 e influenza.

Sin embargo, los estudios realizados desde 2008 en diferentes países de la región muestran un porcentaje alto de “indeterminados” que no están asociados con ninguna de las enfermedades que se conocen. Por ejemplo, ese mismo año en el Urabá antioqueño se realizó una recolección de pruebas para detectar dengue, leptospirosis y rickettsia, y se encontró que aunque un 52,2 % no presentaba ninguna de estas infecciones, sí contenían un agente infeccioso desconocido.

Con la inquietud por lo que está circulando en el país causante de enfermedad febril aguda, One Health y el HDV convocaron a personas mayores de 10 años que presentaran un cuadro de fiebre y no tuvieran un foco de infección identificado, es decir, dolor de garganta, infección renal o algún síntoma asociado con una infección.

Análisis bioinformático para identificar nuevos virus

Las muestras de sangre y pruebas nasales (hisopado), tomadas a cada paciente permitió realizar el tamizaje, que consistió en pruebas por PCR (reacción en cadena de la polimerasa) y detección serológica de anticuerpos IgM e IgG (presentes en personas que han sufrido enfermedades como COVID-19).

Con las muestras que no respondieron a estas pruebas se pasó a la secuenciación metagenómica, que consiste en realizar procesos moleculares a la muestra de sangre para secuenciar y obtener el genoma desconocido, el cual se realiza mediante técnicas bioinformáticas (el análisis de secuencias de moléculas biológicas a través de robustos sistemas informáticos) que permiten identificar si se trata de un nuevo virus en el país.

A la fecha el estudio sigue en marcha con 700 muestras en Villavicencio y alrededor de 300 en Leticia, en ambos lugares con mayor participación de mujeres.

Se espera que este trabajo ayude a identificar la prevalencia de enfermedades y patógenos asociados en la región, además de visibilizar los casos de enfermedad febril aguda indeterminada para incentivar programas de prevención y proveer el conocimiento necesario para emprender acciones de mitigación.

Nace el consorcio Wisconsin One Health

El consorcio Colombia Wisconsin One Health nace como resultado de la unión de esfuerzos de diversos centros de investigación que tienen una vasta trayectoria e historial en impulsar la investigación e innovación científica y tecnológica al desarrollo de la salud.

Sus miembros incluyen la Universidad de Wisconsin Madison, la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y la Corporación Ruta N Medellín, entidades con gran capacidad de gestión de recursos tanto nacionales como internacionales.

Este busca que Colombia tenga el primer centro asociado al Instituto debido a sus características y los trabajos que viene realizando, como el expuesto en Villavicencio.

Karl Ciuoderis, coordinador científico del Laboratorio Genómico One Health, menciona que los propósitos del nuevo Centro de Investigación Colombia Wisconsin One Health son “acceder a diferentes fondos de investigación, desarrollar trabajos en red con el Instituto de Salud Global que incluya diferentes países, y algo muy relevante, ser referente para que se puedan abrir nuevos centros en Latinoamérica”.