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Desconocimiento de parásitos en peces de la Orinoquia preocupa a la comunidad científica

    En Colombia se conoce poco sobre la naturaleza de los parásitos sanguíneos en peces y sus implicaciones, por eso investigadores en biología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) están estudiando mojarras, cachamas y curitos, entre otras especies, para identificar la presencia y ocurrencia de estos microorganismos, lo que tendría un impacto importante en la industria pesquera y en la conservación de los ecosistemas acuáticos.

    Según la Asociación Colombiana de Productores y Exportadores de Peces Ornamentales (Acolpeces), además de las especies de consumo, los ríos Meta, Guaviare y Guainía y sus afluentes producen el 80 % de los peces ornamentales del país, lo que indica que la novedosa investigación liderada por el estudiante Carlos Arturo Vega, de último semestre de Biología de la UNAL Sede Amazonia, es pertinente y necesaria para el sector acuícola nacional, ¿por qué?

    El biólogo Andrés Felipe Aponte, profesor de la Sede Orinoquia, quien guía el proyecto aportando su experiencia científica y conocimiento del territorio, señala que “este servirá no solo para abrir nuevos espacios en el ámbito científico de la región sino también para comprender mejor las relaciones entre los parásitos sanguíneos y su influencia en el funcionamiento de los ecosistemas, en este caso de los Llano Orientales”.

    “Por ejemplo, un contagio de parásitos de la sangre se podría generar en un intercambio de los peces debido a las lluvias que conectan los cultivos acuícolas con afluentes de agua cercanos como lagos, estanques, drenajes de aguas lluvia o fincas aledañas con arroyos o charcas, influenciados por actividades como la construcción o la agricultura, pero que aún mantienen cierta biodiversidad y funciones ecológicas similares a las de los ecosistemas naturales”.

    “En este intercambio los parásitos pueden influir en la población de peces y en la salud de los ecosistemas acuáticos en general, al debilitar a los individuos afectados y disminuir su capacidad para reproducirse y sobrevivir; por eso identificarlos puede ayudar en la evaluación de su calidad y en la implementación de medidas de conservación adecuadas”, explica el docente.

    Según el estudiante Vega, “en Colombia los estudios sobre parásitos en la sangre de otros animales como aves o mamíferos tienen ciertos avances, pero con respecto a los peces este es un tema poco estudiado en el país”. Esto fue lo que lo motivó a realizar la investigación, y en cuanto a la selección de la región, anota que “la región llanera es una de las zonas de mayor producción pesquera del país”, por eso la Granja Experimental El Cairo de la UNAL Sede Orinoquia es el escenario en el que las protagonistas son las especies de cultivo como mojarra roja, coporo y cachama, y también silvestres como mojarra amarilla, curitos, abuelitas y demás especies.

    Primeros hallazgos

    En la actualidad el proyecto va finalizando la fase de campo, es decir la etapa de recolección y extracción de muestras de sangre de los peces; en esta, con la ayuda de más estudiantes se han recolectado 124 individuos de todas las especies en la zona (cultivo y silvestres) utilizando herramientas como atarrayas, redes de pescas y trampas bajo el agua.

    Una vez capturados se llevan al laboratorio con agua y oxígeno, se clasifica la especie y con una aguja se extrae la sangre cerca las vértebras o a través de las branquias; para este proceso se aplicaron métodos como anestesia o corte desmedular para evitarle dolor al individuo. Con la muestra sanguínea y de algunos órganos se realiza el análisis, 17 hasta el momento, que se han adelantado con un protocolo de extendido, tinción y observación microscópica.

    Uno de los hallazgos preliminares es la identificación de la presencia de Myxozoa sp., parásito de la sangre presente en un pez curito silvestre, pequeño bagre que vive en aguas de poca corriente como caños y lagunas; aunque dicho organismo no infecta directamente la sangre de los peces, sí puede provocar una variedad de efectos adversos en su cuerpo, incluido daño o lesiones en sus tejidos, problemas de alimentación y crecimiento, debilitamiento del sistema inmunológico y eventualmente la muerte.

    Repercusiones e hipótesis

    En la Orinoquia se desconocen los síntomas o enfermedades asociadas con parásitos en los peces, por eso es necesario adelantar estudios como estos, pero para plantear algunas problemáticas el profesor Aponte señala que, “basándonos en algunos estudios de Brasil, en donde sí hay avances científicos de parasitología sanguínea y según sus ecosistemas, se ha encontrado que muchos síntomas asociados son anemia, pequeñas malformaciones, quistes y en algunos casos letargo en el sistema inmune”.

    El avance de esta investigación evidencia que la iniciativa del estudiante Vega representa un hito en el desarrollo científico de la región, sentando las bases para futuros estudios sobre la conservación de los ecosistemas acuáticos, la seguridad alimentaria, la salud pública en las comunidades que dependen del consumo de pescado y los desafíos específicos en salud de los peces y salud pública que enfrenta el país.