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Política y Sociedad

Deportistas profesionales, noqueados por falta de cubrimiento en salud

    Aunque el deporte suele estar asociado con tener una mejor salud, esta no es la realidad para algunos deportistas colombianos que no cuentan con una afiliación adecuada al Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) ni al Sistema General de Riesgos Laborales, por lo que las lesiones, enfermedades y discapacidades que sobrevienen a su práctica deportiva no se consideran de origen laboral. Además, la Ley 181 de 1995 –Ley del Deporte– solo concede estas garantías a quienes logren algún reconocimiento.

    En la actualidad no se tiene una base de datos con la que se pueda establecer una estadística del número de deportistas profesionales en Colombia, y si durante sus trayectorias han tenido acceso o no a salud amparados en la legislación.

    Sin embargo, esta falta de información no impide conocer con certeza cuántos deportistas –en disciplinas como boxeo, ciclismo o tenis de campo– tienen esta actividad como su labor profesional diaria.

    Por esta razón, Sandra Milena Araque, estudiante del Doctorado en Salud Pública de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), indagó mediante entrevistas a personas que se desempeñan en estos campos, cuál es su situación en cuanto a cubrimiento de salud, laboral e inequidad de género, entre otras variables.

    “Uno de los principales hallazgos es que los 9 deportistas profesionales que me contaron sus trayectorias de vida manifestaron que en el tiempo que llevan practicando sus disciplinas nunca han tenido la posibilidad de acceder a cubrimiento en salud o afiliación a una aseguradora de riesgos, como se consigna en la ley”, afirma la investigadora.

    La Ley 100 de 1993, con la cual se creó el SGSSS –o sea el cubrimiento de salud, aseguradora de riesgos y pensión– y que supuestamente establecía en sus renglones que los trabajadores profesionales (incluidos los deportistas) podían acceder por derecho a estos tres servicios, tampoco pareció subsanar esta situación.

    Incluso el artículo 148 de la Ley dicta que solo los deportistas “destacados” de escasos recursos tendrán pensión garantizada, lo cual excluye a una parte importante de los deportistas que durante su carrera no hayan tenido la posibilidad de ganar alguna medalla o campeonato, pero que sí han dedicado muchos años a su disciplina.

    Las entrevistas tuvieron una duración de alrededor de 130 min, con 6 hombres y 3 mujeres en deportes como ciclismo, boxeo y tenis, y de lugares como Bogotá, Santander, Villa Pinzón, Pacho, Montería y Sahagún. Ellos le contaron cómo ha sido su acercamiento al deporte, qué barreras e inequidades han tenido en este mundo laboral, y cómo  sienten que esto se ha mantenido con los años.

    Según la investigadora, la herramienta principal para analizar esta problemática son los determinantes sociales de salud, que en el campo de la salud pública tienen en cuenta factores asociados con el contexto económico, cultural y social de cada deportista.

    Desigualdad y desconocimiento

    “Entre los resultados se encontró que a mayor riesgo peor cubrimiento en salud; por ejemplo, los boxeadores, que a diario están expuestos a golpes que pueden resultar en traumas en el cráneo y en otras partes del cuerpo, están en el nivel más bajo del régimen subsidiado de salud, mientras que los tenistas, que tienen una mayor capacidad económica, pueden acceder a servicios de salud con el pago de medicina prepagada, que tiene una mejor calidad”, indica la investigadora.

    Así mismo, los deportistas desconocen por completo las leyes señaladas, por lo que prácticamente viven sus carreras sin saber que tienen el derecho a acceder a estos servicios, lo cual para la investigadora es muy diciente, porque “se ha normalizado que dentro del deporte se presentan lesiones, que en el largo plazo pueden generar deterioros cognitivos que se ven más como ‘heridas de batalla’ que como problemas reales”.

    “Un boxeador de 40 años tuvo problemas para contarme su historia, había momentos en que no recordaba o se confundía, pero él no lo veía como un problema asociado con su trayectoria deportiva, sino como algo aislado”, señala.

    Agrega que “además de los problemas en salud, sigue existiendo inequidad de género, pues los ingresos de las mujeres son más bajos, ya que se cree que su práctica es menos peligrosa, y en ocasiones es más probable que se retiren del deporte para llevar a cabo otras labores relacionadas con el hogar”.

    Por otro lado, en las jerarquías de poder hay una marcada tendencia a que la clase social determine el tipo de deporte que se va a practicar; en zonas costeras, por ejemplo, es más probable que el boxeo se tenga como una posibilidad de actividad profesional, mientras el ciclismo se da más en zonas rurales de departamentos como Cundinamarca, y el tenis en zonas urbanas.

    “El poder y las jerarquías también determinan estas oportunidades, ya que los deportes tienen requerimientos como equipamiento o uso de un escenario adecuado, los cuales requieren de una inversión económica, que en el momento no es la mejor para cubrir las necesidades deportivas del país”, enfatiza la investigadora.