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Medioambiente

Delfines de río, en riesgo de desaparecer por hidroeléctricas y mercurio

    Del 2011 al 2018 en la cuenca del Orinoco la población de delfines rosados se redujo drásticamente, de 1.016 quedaron tan sólo 654 ejemplares. Esta especie en peligro de extinción se encuentra amenazada por las hidroeléctricas, la presencia de mercurio en los ríos y el cambio climático. A pesar de su importancia, la conservación de este mamífero no es prioridad. En medio de una discusión del Plan Nacional de Desarrollo se necesitan acciones urgentes.

    Delfines de río, delfines rosados o toninas, así son conocidas estas especies de mamíferos que, en Colombia habitan desde Puerto Leguizamo (Putumayo) hasta Arauca, y que llevan 11 millones de años evolucionando.

    Un mamífero que es vital para medir la conservación de los ecosistemas, hoy se encuentra en riesgo de desaparecer. Para Federico Mosquera-Guerra investigador del grupo Ecología del Paisaje y Modelación de Ecosistemas (ECOLMOD) de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Bogotá una de las principales amenazas que enfrentan los delfines son las hidroeléctricas.

    “La construcción de hidroeléctricas libera depósitos naturales de mercurio producto de la remoción de cantidades de tierra, lo que ingresa al agua. Esto pasa a los peces, a los delfines de río e incluso a los humanos que se alimentan de bagres y pirañas”, indica.

    A esta conclusión llega en su tesis doctoral luego de instalar pequeños transmisores satelitales a 24 delfines del género Inia durante 103 días en 2020. En Colombia, Perú, Bolivia y Brasil encontró que las represas hidroeléctricas aíslan a los animales del cauce principal y además afecta la migración de peces, que son su principal fuente de alimentación.   Además, encuentra una disminución inminente de esta especie en la cuenca del Orinoco donde anualmente se estima que haya una reducción del 7,14 %.

    El mercurio es otra de las amenazas que afrontan los delfines de río. En la investigación se evaluaron 46 ejemplares de los cuales 13 pertenecían al río Orinoco. Tomando como registro su peso y estimación de edad se tomaron muestras para el análisis donde encontró que todos presentaron una concentración de mercurio; “los delfines tienen una presencia 40 mg sobre kilogramo de mercurio lo que supera 80 veces lo recomendando por la Organización Mundial de la Salud”, añade.

    Este metal pesado llega a los delfines a través de la bioacumulación debido a que se alimentan de peces que tienen presencia de mercurio lo que se empieza a acumular en su organismo. En estos mamíferos provoca alteraciones en el sistema nervioso, malformaciones y anorexia debido a que se acumula en el hígado, lo que dificulta la asimilación de nutrientes.

    Asimismo, debido a la variabilidad climática los delfines en la Orinoquia se están quedando “varados” en los caños y que de no auxiliarse tienden a fallecer.

    “Las hembras y los juveniles son los que se varan con mayor frecuencia, sucede porque la hembra va a una zona para alimentarse de peces, donde solía ir, pero cuando llega el nivel del agua ha bajado drásticamente y el animal queda en pocetas aislados del río principal, concluye el investigador de ECOLMOD”.

    Acciones urgentes en el Plan Nacional de Desarrollo

    El pasado 21 de marzo comenzó formalmente en el Congreso de la República la discusión sobre el PND. El plan gira en torno a cinco ejes y uno de ellos es el “ordenamiento territorial en torno al agua”.  Sobre este punto el doctor en Ciencias Biología, Federico Mosquera-Guerra asegura que es necesario empezar por procesos participativos de restauración de los recursos hídricos y que se tomen acciones para proteger a los delfines de río.

    “Las cuencas de la Orinoquia y del Amazonas -donde habita esta especie- están siendo degradadas por la deforestación, la minería ilegal, la contaminación urbana e industrial y la ausencia de acciones de protección. Una de las especies afectadas son los delfines de rio, considerados un sensor biológico que permite medir la conservación de los ecosistemas”, menciona.

    Añade, que la modificación del hábitat y la disminución de los delfines indica que los cuerpos de agua de la cuenca de la Orinoquia son susceptibles a eventos extremos de variabilidad climática que impacta, entre otras cosas, en la reducción de alimento para estos mamíferos acuáticos.

    La variabilidad climática son cambios del clima predominante de una zona. “La Orinoquia es una de las regiones más vulnerables por estas amenazas. Por eso es importante que el Plan Nacional de Desarrollo genere procesos de entendimiento en torno al agua, pero no viéndolo solo como un líquido, limitándolo al acceso al agua potable y distritos de riesgo.  Es necesario un enfoque integral que conciba los ecosistemas y la biodiversidad”.