Déficit cognitivo leve, secuela silenciosa del lupus
Aunque muchas veces este problema pasa desapercibido, los pacientes tienen dificultades tanto para relacionarse y cuidar de otros como en su vida laboral, para hacer actividades sociales y fijar datos o información, entre otras manifestaciones.
Así lo demuestran los resultados de la investigación de la doctora Manuela Rubio Rivera, médica especialista en Reumatología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
“En el HUN notamos que algunos de los pacientes con LES tienen dificultades cognitivas. Por ejemplo, a veces les hablamos y no prestan atención a lo que se les dice, o ellos mismos argumentan no rendir igual en el trabajo o en sus entornos familiares, por lo que indagamos si se trataba de una percepción nuestra o si existía una asociación entre esta enfermedad y las dificultades cognitivas”, describe la especialista.
Señala además que “después de una rigurosa revisión de artículos científicos sobre el tema, encontramos que en otros países han reportado a pacientes de lupus con un importante porcentaje de déficit cognitivo que impacta de forma importante en su calidad de vida”.
“El déficit cognitivo aparece como alteraciones en el pensamiento, el aprendizaje, la memoria, el juicio y la toma de decisiones. En una persona está ligado, por ejemplo, a la capacidad de conseguir empleo, dificultad para rendir en un entorno laboral o académico, o hacer interacciones con amigos o familias, entre otros entornos vitales, así que decidimos hacer un estudio con los pacientes con lupus evaluando cuál era la prevalencia del déficit cognitivo en su condición”.
El estudio contó con la participación voluntaria de 90 pacientes con lupus, a quienes se les solicitaron sus datos sociodemográficos como edad, estrato socioeconómico, nivel de formación escolar y profesional, entre otros, que pudieran estar relacionados con el déficit cognitivo.
También se les preguntó si conocían la enfermedad, qué tan activos estaban al momento de la entrevista, cómo era su perfil de enfermedad (cómo responden a ella), qué órganos les había afectado, qué anticuerpos o qué exámenes tenían positivos, hace cuánto tenían la enfermedad, qué medicamentos tomaban, si tenían otras enfermedades además del lupus, entre otros.
“Después del cuestionario les hicimos una prueba inicial de tamizaje que consistió en un test de 5 minutos para medir diferentes dominios de la cognición –como atención, concentración, capacidad visoespacial, cálculo, orientación, memoria inmediata, memoria a mediano plazo–, lo que nos permitió clasificarlos rápidamente; así sabíamos que las personas que lo aprobaban no tenían déficit cognitivo, pero quienes lo perdían sí podrían tenerlo”, detalla la doctora Rubio.
Para confirmar si los pacientes tenían o no deterioro cognitivo, quienes perdían la prueba de tamizaje pasaban a ser evaluados de forma más específica por medio de otros cuestionarios realizados por un equipo especializado.
“Además de esa prueba de tamizaje les hacíamos un cuestionario rápido y validado para evaluar si tenían depresión, y otro específico para medir la calidad de vida de estos pacientes”, menciona la investigadora.
En ese sentido, encontró que el 13 % de los pacientes evaluados tiene déficit cognitivo, un porcentaje que está dentro de lo estimado por otros países. Además, para sorpresa de los expertos, casi el 50 % de los pacientes mostraba depresión, una característica que aunque no formaba parte de la investigación, sí fue un hallazgo interesante. Sin embargo, según la doctora Rubio, aún se deben realizar otros estudios específicos que encuentren la relación entre el lupus y la depresión.
“Se sabe que por cada 9 mujeres con esta enfermedad hay 1 hombre, así que no es sorpresa que el 90 % de los pacientes evaluados en el estudio fueran del género femenino”.
“Esto se debería a que, aunque existe una predisposición genética para esta enfermedad, también existen factores hormonales que hacen a las mujeres más propensas a tener lupus”.
“Por ejemplo, se ha visto una relación directa entre los estrógenos y la posibilidad de que si se tiene una predisposición genética la mujer desarrolle lupus, por lo que muchos de los diagnósticos se presentan durante la adolescencia, ya que en ese momento es cuando se producen más hormonas capaces de activar o influir en los genes de predisposición para el desarrollo de la enfermedad”, explica la especialista.
El lupus no solo afecta los órganos del cuerpo, sino también varios sistemas, entre ellos el nervioso central; este caso se conoce como neurolupus y que tiene muchas manifestaciones.
“El neurolupus puede ser neurovascular –que altera el nivel de la circulación cerebral– o neuropsiquiátrico, en el que se presenta psicosis, depresión y déficit cognitivo, entre otras manifestaciones”.
Aunque el neurolupus neuropsiquiátrico se describió en 1992 ha sido poco estudiado porque es muy variable y la mayoría de los investigadores se han dedicado a estudiar únicamente el lupus neurovascular.