Allí, durante muchos años, se depositaron todo tipo de desechos y basuras domésticas, industriales y peligrosas provenientes del Valle de Aburrá, y ahora se busca sanear el ambiente usando esa cobertura especialmente en el terreno con menos pendiente.
Según explicó Santiago Alonso Cardona Gallo, profesor asociado de la Escuela de Geociencias, esta es una cobertura que aislará las aguas lluvia de los contaminantes que allí se encuentran, y para lograr su "fórmula" los investigadores de la UN tomaron un modelo hecho previamente en la Universidad de Melbourne (Australia) y de la Agencia para la Protección Ambiental de los Estados Unidos de Norte América (US-EPA, por sus siglas en Inglés).
La meta es aislar los residuos para que no tengan contacto con la comunidad e, igualmente, facilitar que el agua de lluvia no tenga contacto con los desechos y así no afecte o contamine al río Medellín y algunas quebradas cercanas.
"Se hace con el fin de que el agua que cae durante todo el año logre ingresar a esta cobertura y una parte se vaya por transpiración a los árboles y otra sufra evaporación, lo que evita que se dirija hacia los residuos peligrosos y los arrastre", explicó el docente.
De acuerdo con Cardona, esta cobertura servirá, además, para cualquier tipo de residuos en rellenos sanitarios y de residuos peligrosos. En Colombia hay más de 338 botaderos de basura a cielo abierto.
El proyecto, que se adelantó con el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y con la Empresa de Desarrollo Urbano (EDU), tuvo un costo de 650 millones de pesos aproximadamente. "Estamos esperando iniciar la segunda etapa este año, que consiste en la implementación del diseño en ese cerro, primero en las parcelas para tratar el suelo contaminado y los lixiviados", anotó el profesor Cardona.
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