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Crustáceos: colección sin par

  • La primera especie que la docente Rocha describió

  • se colectó en una expedición realizada por un grupo de biólogos a Ciudad Perdida, en la Sierra Nevada de Santa Marta en 1982.

Cangrejos, camarones y langostas, en su mayoría de agua dulce, hacen parte de la Colección de Crustáceos del Instituto de Ciencias Naturales de la UN. Un total de 16.000 ejemplares reúne la muestra más completa y representativa del patrimonio nacional y de la diversidad colombiana.

Comenzando los años 80, el quehacer investigativo de la Universidad Nacional de Colombia en ciencia y tecnología la llevó a crear un espacio propicio para conocer la biodiversidad del país. Muestra de ello es el Instituto de Ciencias Naturales (ICN), creado para realizar estudios en diferentes grupos de flora y fauna, que sirvan de fundamento para organizar proyectos y programas de estudio.

Este hecho motivó a la profesora Martha Rocha de Campos, bióloga y hoy curadora de la Colección de Crustáceos del ICN, a profundizar en la fauna colombiana. Fue así como el profesor Germán Galvis, debatiendo con la experta sobre temas relevantes de investigación, le sugirió crear el área de cangrejos. Teniendo en cuenta que ella previamente había trabajado con ostrácodos (crustáceos diminutos), la idea le pareció interesante y desde ese momento comenzó a materializar el proyecto.

Sin embargo, cuando inició el análisis taxonómico del escaso material de camarones y cangrejos que existía en la colección de peces, enfrentó serios problemas al tratar de interpretar las claves de identificación.

Dos de los referentes de la época para el estudio de los cangrejos de agua dulce eran el doctor Gerhard Pretzmann, de Austria, y la Colección del Museo de Historia Natural de Viena.

A este experto, la académica de la UN le manifestó su interés por profundizar en el tema. Lo mismo hizo con otro importante carcinólogo, el doctor Gilberto Rodríguez, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), en Caracas.

El desconocimiento que Pretzmann tenía sobre Colombia lo llevó a enviarle la carta de invitación por barco, pues pensaba que en el país no había servicio de correo aéreo. La misiva tardó tres meses en llegar.

No obstante, de Venezuela le contestaron rápidamente, hecho que le permitió a la docente realizar su pasantía en el vecino país. La también bióloga recuerda que el doctor Rodríguez tenía un conocimiento muy completo de los cangrejos de agua dulce y de su biogeografía. "Era un investigador de amplio reconocimiento internacional en el campo", recuerda.

Con visitas periódicas al laboratorio en Caracas, a la nueva alumna le fue transmitido ese cúmulo de información y experiencia, que en la actualidad esta materializado en la colección de crustáceos más importante de Colombia.

Referente para estudios

El acervo lleva más de 30 años y es punto de referencia para estudios taxonómicos, consultado por investigadores nacionales y extranjeros. Actualmente se registran para Colombia 134 especies de crustáceos decápodos (presentan 10 pares de apéndices torácicos), de los cuales 53 son nuevas especies para el país, descubiertas y descritas por la profesora Rocha, quien recientemente encontró también un nuevo género para la región del Chocó, al que le asignó el nombre de Colombiathelphusa.

El incremento considerable del número de especies para el país es fruto de las continuas investigaciones que ha desarrollado el grupo de la docente. La colección cuenta en la actualidad con más de 16.000 especímenes sistematizados en la base de datos institucional Specify y debidamente identificados mediante códigos de barras, que se pueden consultar en el enlace www.biovirtual.unal.edu.co/ICN/ en la sección de Invertebrados.

La primera especie que la experta de la un describió y que es resguardada en el ICN, se colectó en una expedición realizada por un grupo de biólogos a Ciudad Perdida, en la Sierra Nevada de Santa Marta, en 1982. Carlos Mejía, docente de la Universidad de los Andes, colectó un cangrejo macho. El espécimen pequeño, de color café y perforado con un alfiler en su abdomen para sostener una de sus extremidades resultó ser una nueva especie y fue nombrado Chaceus davidi.

Animales grandes, pequeños, para algunos exóticos y para otros tenebrosos, hacen parte de esta compilación, herramienta importante para el adelanto de estudios y la formación de nuevos investigadores. "Además, constituye un testimonio y un legado para las futuras generaciones, sobre la diversidad de una parte importante de nuestra fauna colombiana", destacó la profesora Rocha.

La importancia biológica de estos animales radica en que algunos grupos se consideran como bioindicadores de la calidad del agua, lo que permite utilizarlos en estudios de impacto ambiental. Así las cosas, el hecho de que estas especies habiten determinada zona hídrica indica que el ecosistema se encuentra en condiciones óptimas.

Alta diversidad

Dentro de este patrimonio se rescata la especie Pseudothelphusidae, conocida como "familia montana", hallada desde el nivel del mar hasta los 3.000 metros. Se encuentra ubicada en las Antillas Mayores y Menores, México, Centroamérica, Colombia, Venezuela, el norte de Brasil, Ecuador y Perú.

Según la académica de la UN, Colombia presenta la más alta diversidad de especies: 89 registradas y de ellas el 92 % son endémicas, es decir, propias y exclusivas de determinadas regiones. Muestra de ello es el género Strengeriana, conformado por 16 especies y considerado el segundo con los caracteres morfológicos más primitivos de la familia.

Esta característica contrasta con Hypolobocera, representado por 25 especies en el país y uno de los más avanzados desde el punto de vista evolutivo. Ha sido hallado en Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú.

También se encuentran cuatro familias de camarones de agua dulce, entre las cuales se destaca la Palaemonidae, con 25 especies, muchas de ellas de importancia económica para el país.

Finalmente, otro de los grupos endémicos que se pueden observar es el Neostrengeria, conformado por 25 especies de la cordillera Oriental. "De este se destaca la especie Neostrengeria macropa, conocida como "cangrejo sabanero", incluido como vulnerable en el Libro Rojo de Invertebrados, debido a la contaminación de su ambiente natural y a la explotación indiscriminada de lagunas y embalses en la Sabana de Bogotá", señala la investigadora.

La profesora Rocha espera que, con la divulgación de este patrimonio, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, las entidades regionales y la sociedad velen por la conservación de los ecosistemas, pues es la única manera de preservar la fauna del país, entre la cual figuran "nuestros cangrejos y camarones de agua dulce".