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Ciencia y Tecnología

Cristales púrpura en células cancerígenas identificarían eficiencia de las radioterapias

    El cáncer es la enfermedad más devastadora del mundo, y una de las formas para tratarla es mediante la radiación producida por máquinas especializadas; por ejemplo en las quimio o radioterapias las células dañinas se eliminan usando radiación. Sin embargo, no siempre se tiene claro el número de ellas que atacan y si se está produciendo un impacto favorable para el cuerpo. En Colombia, un método nuevo mejoraría la precisión de estas técnicas empleando los curiosos cristales púrpura que se crean en la mitocondria de las células.

    Así como a usted el médico le indica tomarse una pastilla cada 8 o 12 horas para tratar algún síntoma o afectación de salud, a los pacientes con cáncer que les realizan terapias con radiación se les somete a sesiones cada cierto tiempo, y con un nivel específico de grays (Gy), unidad de la dosis de radiación ionizante aplicada durante los procedimientos.

    La Organización Mundial de la Salud (OMS) posiciona el cáncer como la segunda causa de muerte en las Américas, estimando que en 2020 cerca de 4 millones de personas fueron diagnosticadas, y 1,4 millones murieron por la enfermedad; en Colombia tiene una incidencia de 182 casos y 81 muertes por cada 100.000 habitantes, y el de cuello uterino es el tercer tipo de cáncer más frecuente en el país y el segundo más común en mujeres.

    El físico Rafael Chona Perea, magíster en Física Médica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), diseñó y desarrolló el protocolo de un método nuevo, el “ensayo de viabilidad celular por reducción del compuesto MTT”, que es más sencillo y preciso que los procedimientos tradicionales para evaluar la radiación.

    El investigador encontró que el método puede analizar un número mayor de células cancerígenas; por ejemplo en el estudio se usaron alrededor de 5.000 pero podrían ser más, mientras que con otras metodologías se utilizan entre 100 y 1.000 en promedio según el caso específico y la dosis.

    Además el proceso puede ser más sencillo si se trabaja con multiscan, una máquina que automatiza los datos, lo que significa que no es necesario revisar manualmente si las células están muriendo con la radioterapia. En este estudio se trabajó con uno de estos aparatos, con el que cuenta el instituto donde se hizo la investigación.

    El método de cultivo clonogénico es el más utilizado para evaluar la capacidad de la radioterapia; este hace una serie de cultivos de las células para ver qué tanto crecen, para lo cual se ponen en unas cajas circulares pequeñas, algo así como pequeñas ciudades de células, y es como si un rayo de sol se posara sobre ellas, en este caso de radiación, y al cabo de un tiempo algunas pueden sobrevivir mientras que otras mueren.

    El proceso se basa en la capacidad de las células para reproducirse, pero al hacerlo trata de evaluar su desempeño por separado, que no es la mejor estrategia en una enfermedad como el cáncer, y es aquí donde aparece la alternativa del físico Chona, que tiene como protagonista a la mitocondria de las células.

    “El compuesto MTT se aplica a las células, y estas lo absorben haciendo que llegue a la mitocondria; allí se producen cristales de color púrpura, que serán el indicador principal para evaluar la supervivencia de las células cancerígenas”, asegura.

    Cuando se produce la radiación en las células, lo cual se hace con un acelerador lineal que dispara radiación ionizante hacia las pequeñas cajas, los cristales producen un tono cada vez más intenso, que en el experimento se evidenció cada vez que se impactaban con dosis de 2, 4, 6, y hasta 10 Gy.

    “El método tiene un margen de error del 10 % en la identificación de las curvas de supervivencia, que es aceptable para experimentos en radiobiología, ya que otras técnicas tiene entre el 5 y 15 %, lo que significa que tiene validez”, indica el magíster.

    Agrega que “este protocolo es muy versátil, es una especie de plantilla sobre la que pueden trabajar los interesados en probar el método en otro tipo de cáncer, ya que cada uno tiene sus especificidades, pero en cáncer de cuello uterino su eficacia es evidente.

    De hecho el físico Andrei Jaimes, colega del investigador Chona, está evaluando este tipo de cáncer con otra técnica, la braquiterapia, implementando el protocolo en dosis de 7 Gy en 4 sesiones de radiación, y 5,5 Gy en 5 sesiones, y encontró que con el primer esquema las células cancerígenas tienen menor supervivencia, conclusión a la que llegó que en parte con la ayuda del método del compuesto MTT.

    El experimento se dio gracias a un trabajo multidisciplinario de profesionales y expertos en biología y microbiología, del que se destaca la labor de la directora del trabajo, Josefa Antonia Rodríguez, así como de Vanesa Mejía y Génesis Rumbo, también de físicos, con la co-supervisión de María Cristina Plazas y el apoyo de Andrei Jaimes y Alexandra Pabón.