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Ciencia y Tecnología

Crema de panela ayudaría a cicatrizar heridas de la piel más rápido

    Lo que durante muchos años formó parte de una práctica popular: echarse panela en un raspón o quemadura para que cicatrizara, la ciencia lo ha demostrado. Gracias a una investigación pionera en el país se ha obtenido y probado en laboratorio una crema elaborada a base de este tradicional alimento colombiano que promueve la curación de heridas incluso más rápido que otros productos o que las plantas medicinales como la caléndula.

    La cicatrización es un proceso mediante el cual se recupera la integridad de la piel; en esta, la acción de los glóbulos blancos –grandes defensores del cuerpo contra bacterias, infecciones y otras enfermedades– ayuda a que se formen nuevos vasos sanguíneos que oxigenan y llevan nutrientes a la herida, y así poco a poco la lesión se va regenerando. El proceso se potencia con productos como pomadas, parches o cremas.

    Pese al uso tradicional de la panela en el entorno familiar esta no se había estudiado para este propósito, por lo que Laura Martínez Contreras, magíster en Ciencias Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), elaboró una crema a base de panela comercial granulada para probar su efecto en la cicatrización de las heridas.

    Así, encontró que en apenas 6 días de tratamiento en ratas, el producto obtenido genera hasta un 80 % de contracción de las heridas, porcentaje importante frente al 56 % que produce una crema de caléndula y el 58 % de una mezcla de aceites, preservantes y otras sustancias.

    Una de las posibles razones de su efectividad se podría atribuir a la concentración de azúcares (sacarosa, fructosa y glucosa) que tiene la panela, los cuales participan en la limpieza de la herida y combaten potenciales infecciones.

    La investigadora explica que “en el estudio se puso a prueba la crema de panela en 18 ratas de laboratorio, a las que se les realizaban dos heridas en el dorso. Se realizaron tres experimentos: en el primero, a la herida no se le aplicó nada; en el segundo, a un grupo de murinos se les aplicó la crema de panela y crema de caléndula, y a un tercer grupo se le aplicaron los demás componentes de la crema de panela (aceites y demás) para evaluar que estos no tuvieran más efecto en la cicatrización que la panela”.

    “Los animales se monitorearon durante 12 días de tratamiento, con controles fotográficos cada tercer día para evaluar cómo iba la herida y con ello determinar si en efecto se estaba reduciendo el área de la lesión, que al inicio era de 1 cm2, muy grande para el cuerpo de las ratas”.

    Añade que “la herida traspasaba las 3 capas de piel, por lo que era una afectación importante, lo cual demostraría que la acción de la panela va más allá de lo netamente superficial, y tendría un buen potencial para cualquier tipo de heridas en humanos. Sin embargo, aún hace falta más investigación, ya que no hay mucho al respecto, y, de hecho, este proyecto es el punto de partida en el país para futuros estudios”.

    Encontrando la medida perfecta

    El primer paso para elaborar la crema es saber la cantidad indicada de panela para la crema. Según la magíster, cuando se llegó a un 70 % de panela en la solución de partida para hacer las diluciones, esta estaba en el límite de solubilidad, lo que significa que utilizar un poco más haría que no se disolviera y dificultara su evaluación en los ensayos microbiológicos realizados, en los que la concentración se reducía a la mitad.

    Esto se comprobó testeando diferentes concentraciones de panela en algunas cepas bacterianas: Pseudomona, Staphylococus y E. coli; allí, con un 35 % de concentración de panela se tuvo una disminución en el crecimiento de los cultivos, lo cual es determinante en las heridas porque en el inicio de cualquier curación existe el riesgo de infección por algunos de estos microorganismos.

    Además se realizaron diseños estadísticos para establecer la formulación final de la crema, a la cual se le evaluó el pH –cuyo balance es determinante para tener un ambiente propicio para la curación–, la viscosidad y la consistencia, que permite que el producto funcione en la piel. La crema elaborada se mantuvo estable a 30 °C y con porcentajes de humedad relativa del 65 % durante tres meses.

    “El próximo paso será obtener la patente de la crema, lo cual lleva cierto tiempo para que todo el proceso sea avalado, y en futuro tener la posibilidad de que algún laboratorio puedo comercializarla; esto es viable porque producir el tópico es sencillo y económico”, concluye la investigadora.