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Política y Sociedad

Corrupción: una práctica antigua que preocupa al mundo y requiere acciones colectivas para superarla

    En el VI Foro Internacional sobre Probidad y Transparencia, de la Cátedra Colombiana de Ciudadanía, Integridad y Lucha Contra la Corrupción de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), expertos señalaron que entre los sectores económicos afectados por la corrupción, la salud, la energía y la construcción destacan como prioritarios en la formulación de estrategias que impulsen el desarrollo de una cultura de integridad, por ser vulnerables. Entre 2010 y 2023 se registraron en Colombia 57.582 denuncias relacionadas con actos corruptos.

    Sebastián Pérez, profesional especializado en anticorrupción de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), señaló que estos sectores suelen tener una exposición exacerbada a riesgos de corrupción, y por eso se han adelantado una serie de análisis y estudios para diagnosticarlos y a su vez hacer recomendaciones para hacerles frente.

    “En el sector de la energía eléctrica nos hemos enfocado en las zonas no interconectadas del país, que normalmente son de acceso remoto y no tienen acceso al sistema interconectado de energía; en salud, en la compra de medicamentos, dispositivos médicos y tecnologías de la salud, y en el de la construcción estamos haciendo el diagnóstico”, indicó.

    Por su parte Andrea Prieto, especialista en sector privado del Instituto de Gobernanza de Basilea, especificó que aunque las acciones en torno a dichos sectores son frecuentes, también están el de transporte y las pymes.

    “Aunque cada vez existe más regulación alrededor de las actividades de las compañías grandes, no hay una específica para las pequeñas y medianas empresas. Hemos conocido empresas que han implementado códigos de ética y espacios para las denuncias relacionadas con corrupción como medida para hacerle frente a esta problemática”, manifestó.

    Y es que la corrupción, aunque antigua, es una de las problemáticas que sigue siendo una preocupación de muchos países por el nivel de afectación que puede ocasionar a una sociedad.

    En el caso específico de Colombia, entre 2010 y 2023 se registraron 57.582 denuncias relacionadas con actos corruptos, según la Secretaría de Transparencia. Sin embargo, lo que resulta aún más preocupante es que el 93,99 % de estas denuncias no han culminado en condenas, el 89,7 % no tienen captura, y el 77,15 % están en indagación.

    Este fenómeno no es indiferente a experiencias que se pueden presentar en la cotidianidad. Por ejemplo, si usted compra un producto o adquiere un servicio que al final no cumple con las características prometidas, puede sentirse defraudado y perder la credibilidad del lugar en donde lo adquirió.

    De manera similar ocurre con las entidades públicas de un país que con frecuencia se ven sumergidas en casos de corrupción; al mostrar poca transparencia en sus acciones o decisiones, la desconfianza de los ciudadanos crece.

    El profesor Pablo Abril, vicerrector general de la UNAL, indicó que el trasfondo de la corrupción está relacionado con los valores éticos.

    “Este problema se asocia con el uso del recurso público. Cuando el fundamento ético es débil surgen problemas graves, y en la actualidad uno de ellos es la corrupción, vinculada al mal uso de los recursos públicos, y cuando alguien incurre en estas prácticas no solo se está enriqueciendo, sino que de paso nos está empobreciendo y afectando a todos. Por eso desde la Universidad abrimos estos espacios para fortalecer la ética de lo público con la sociedad en su conjunto”.

    Lina María Chacón Cancino, directora del Instituto Nacional de Investigación y Prevención de Fraude (INIF), reiteró que “en temas de corrupción, soborno y fraude siempre habrá que enfrentarse a un monopolio, una figura poderosa o de abuso de poder frente a nosotros. Hay que entender que la normalización de ciertas conductas desvincula todo lo positivo que hay en la sociedad”.

    A su turno Daniela Gallego, directora de Integridad y Gestión Ética en el Tecnológico de Monterrey, enfatizó en que “vivimos en tiempos polarizados y la corrupción es un asunto que requiere de la participación de todos pues van mucho más allá de las voluntades individuales; se requieren de medidas colectivas”.