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Economía y Organizaciones

Control de la inflación, otro aporte de la Constitución de 1991

    En 1991 el Banco de la República se desvinculó del financiamiento fiscal directo y concretó su objetivo en la estabilidad macroeconómica, adoptando como objetivo la estrategia de control de la inflación, lo cual ha sido fundamental en estos 30 años.

    Así lo señala el profesor Iván Leonardo Urrea, de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) e investigador del Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID) de la Institución, quien destaca que la estabilidad de precios genera confianza en la sociedad.

    En su concepto, “si el banco central no hubiera asumido ese rol, el país tendría un sistema financiero inestable que comprometería el desempeño de la economía y no sería posible generar procesos de desarrollo de largo plazo”.

    El docente, uno de los 15 autores del documento “Efectos económicos de la Constitución del 1991, 30 años después”, manifiesta que el esfuerzo del Emisor ha permitido estabilidad de precios y un manejo responsable de la política financiera del país.

    Señala además que el margen de inflación entre el 2 y el 4 % que establece el Banco de la República para cada año es una cifra aceptable que permite propender por alcanzar el máximo nivel sostenible de la producción y el empleo.

    En Colombia la meta de inflación hace referencia al aumento de precios al consumidor (índice de precios al consumidor- IPC) a final de cada año, y es estimada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

    Con respecto a la situación del presente año, en agosto la variación mensual del IPC fue de 4,44 % en su medición anual y de 0,45 % en el cálculo mensual.

    “Aunque se está por fuera de pronóstico, se sigue manteniendo entre el rango previsto y la estimación más reciente que corresponde a septiembre que se ubicó en el 4,5 %”.

    “Tal incremento se ha dado no tanto por presiones internas sino externas como el incremento en los precios de algunas materias primas y la escasez de contenedores para el transporte de mercancías, que se convierte en un problema transversal en las economías, especialmente en pleno momento de recuperación” , explica el profesor Urrea.

    También recuerda que la inflación se define como el aumento generalizado en el nivel de precios de la economía, y por lo tanto es un asunto muy importante que incide de forma transversal en todos los sectores del país.

    “Cuando es baja y estable no hay problema: la gente se acostumbra y puede cubrirse. Sin embargo, cuando se dispara o es muy inestable, los asalariados y los retirados pierden, dado que sus remuneraciones se ajustan cada año. Pierde en general cualquier agente económico que tenga efectivo, porque cada vez podrá adquirir menos bienes y servicios”.

    El docente concluye que “debemos tener muy presente que el activo público de la estabilidad monetaria en Colombia, regalo de la Constituyente de 1991 y de un proceso histórico de más de un siglo, es un elemento que todos los colombianos y hacedores de política económica deben proteger”.