Las bicicletas con capacidad para transportar pasajeros, llamadas popularmente bicitaxis o tricitaxis, se han convertido en una alternativa de empleo para más de 15 mil personas que, en los últimos seis años, han ingresado cerca de 5.000 de estos vehículos a Bogotá, según las organizaciones de bicitaxistas de la capital.
A pesar de que son considerados de gran importancia en ciudades como Nueva York, Barcelona, Frankfurt y Ámsterdam, y de que en Bogotá hay cerca de 30 asociaciones de bicitaxistas, actualmente dichos pequeños vehículos de tracción humana operan bajo la sombra de la ilegalidad.
Su proliferación como servicio de transporte fuera de la ley ha generado una problemática de fondo con los conductores de servicio público autorizado, quienes los perciben desorganizados y como una competencia desleal.
Ante la situación, la Secretaría de Movilidad de Bogotá ha manifestado la necesidad de que el Ministerio de Transporte busque rápidamente una alternativa, pues no hay instrumentos que controlen esta actividad, insegura para los pasajeros y los propios conductores.
Tricitaxi en regla
Mientras en la capital el tema se le salió de las manos a la Secretaría de Movilidad por la falta de aplicación de una normatividad para los mencionados vehículos, Carlos Fuentes, estudiante de Diseño Industrial de la Universidad Nacional en Palmira, junto a la Fundación Paz y Bien (del distrito de Aguablanca en Cali), diseñó un moderno tricitaxi que cumple con las normas técnicas y de funcionamiento del transporte público.
"Más que solucionar un problema, buscamos mejorar la situación de movilidad que viven a diario los habitantes de las zonas marginadas de Aguablanca, quienes deben caminar muchas cuadras para llegar hasta un paradero. Por tanto, nuestro propósito principal es suplir esas necesidades con un tricitaxi que tenga las características de calidad y reglamentación", comenta el diseñador industrial Carlos Leonardo Fuentes.
El "3CAB Trici Taxi", como se denomina el proyecto, es un moderno vehículo para el transporte de pasajeros: se acciona por pedales, tiene una sólida cabina con capacidad para dos personas, una silla ergonómica para el conductor, frenos de disco, espejos retrovisores, parabrisas, luz delantera, cinturones de seguridad y hasta pito, componentes que exige la normatividad.
Para el profesor Boris Villamil, director del proyecto de grado, "este diseño se hizo pensando en la aplicación de los conocimientos del Diseño Industrial en la determinación del uso, forma, conformación y procesos de producción de objetos que mejoren la calidad de vida de los usuarios, en este caso, ofreciendo a los habitantes de las zonas marginales de Aguablanca un servicio ágil, cómodo, seguro y sostenible desde lo ambiental y lo económico".
El proyecto se realizó en siete meses y hace parte de una práctica profesional que el estudiante de Diseño realizó en la Fundación Paz y Bien de la ciudad de Cali, como parte de un proyecto de movilidad orientado a las necesidades de sus habitantes.
"Se elaboró en alianza con la Universidad Javeriana de Cali, y está enmarcado dentro de un modelo de justicia restaurativa para el trabajo con jóvenes en situación de vulnerabilidad social. Por ello, los incluirá como una forma temporal de empleo", comenta Alba Estela Barreto, directora de la fundación.
Articulación con el MIO
Si bien la proliferación de bicitaxis en Bogotá es algo inevitable e incluso podría extenderse a otras ciudades del país, el estudio sobre Movilidad en bicicleta en Bogotá, realizado en el 2009 por la Cámara de Comercio, sugiere que las ventajas de este transporte se podrían aprovechar sustancialmente con la revisión de la normatividad.
El informe menciona que "no debe descartarse la posibilidad de vincular a los "bicimóviles" o "tricimóviles" para prestar servicios de transporte público complementario al sistema tradicional", y concluye que, "en caso de utilizar estos vehículos para el transporte de pasajeros, la ciudad debe procurar que sean "bicitaxis" modernos, con un componente de diseño llamativo y condiciones altas de seguridad".
En ese sentido, el tricitaxi cumple con la normatividad existente para las motocicletas, triciclos y bicicletas "contemplada por Icontec y el artículo 94 de la Ley 769 de 2002", y fue presentado a la Alcaldía de Cali como propuesta de un medio alternativo que puede ser articulado al Sistema de Transporte Masivo (MIO) de la ciudad.
"Si este vehículo se vincula al MIO, los habitantes de las zonas marginadas del distrito de Aguablanca llegarán rápidamente a las estaciones y no tendrán que caminar largas cuadras para abordar el servicio público. La propuesta es estudiada por el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, quien le ha manifestado a la fundación su interés por ejecutarla lo más pronto posible", asegura Carlos Fuentes.
Si así ocurre, Cali se convertirá en la primera ciudad del país en implementar de manera legal este ecológico transporte, al que no le han valido sus amplios beneficios ambientales, sociales y turísticos, para llamar la atención del Ministerio de Transporte Público, lo que ha incrementado la ilegalidad en Bogotá.
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