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Política y Sociedad

Construcción de embarcaciones, una tradición cultural que se pierde

    En las islas de Providencia y Santa Catalina la falta de procesos de creación local de embarcaciones de madera ha dejado la tradición cultural desarticulada de la realidad de las islas. La disminución de la producción de conocimiento local sobre los procesos de construcción, enseñanza, innovación y uso pone en riesgo la continuidad del conocimiento ancestral, que relaciona a los isleños con su entorno.

    Un estudio sobre el conocimiento tradicional en la construcción de la embarcación lanch identificó tres tipos de embarcaciones que representan la especialización y el refinamiento en cuanto al desarrollo de este oficio: la canoa, el catboat y la lancha, todas de construcción tradicional en madera y que jugaron un papel importante en la conformación de las actividades de las islas, como la movilidad y la economía.

    El diseñador industrial Omar Abril Howard, magíster en Estudios del Caribe de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Caribe, exploró los procesos de cambio y la producción del conocimiento local sobre estas embarcaciones, teniendo como referencia un periodo de más de 60 años, en el que se sitúan la canoa y el catboat como modelos que forman parte de la tradición cultural y que permitieron crear otros nuevos, como la lanch.

    “Esto quiere decir que han marcado la ruta en la construcción y constitución de este ejercicio de creación que está apoyado en la experimentación, la reinterpretación y las modificaciones de estos modelos como la base para la exploración de nuevas soluciones a las problemáticas; es decir, han servido para generar los conocimientos para que nuevos modelos emerjan en el contexto de las islas, con lo cual alimentan y contribuyen a la permanencia de la tradición”, explica el magíster.

    Importantes en el Caribe insular colombiano

    Según el investigador, “como muchos historiadores han referenciado, las embarcaciones han estado por mucho tiempo activas en el contexto histórico de las islas y en el mar Caribe. No solo han sido responsables de la movilidad, el comercio y la subsistencia, sino también de la construcción de la sociedad, pues en torno a ellas se han tejido relaciones”.

    Así, el trabajo inició con el censo visual de las embarcaciones de madera presentes en las islas: “se consideraron las más grandes (entre 2 y 8 m) y que tuvieran una estructura constructiva de madera; se tomaron datos del sector, la ubicación, el estado, la condición y la edad promedio de la nave, y por último se identificaron los dueños y constructores”, comenta el magíster.

    Así mismo, aplicando métodos de etnografía, entrevistas, cartografía y diseño se generó un inventario de embarcaciones de madera que integró aspectos como ubicación, constructor, dueño, características, estado y edad.

    Se contaron 42 embarcaciones, 9 de ellas son catboats con una edad promedio de 24 años de fabricación, y 30 tipo lanch con una edad promedio de 22 años, 14 de las cuales están abandonadas.

    “Esto evidencia que no hay un recambio de embarcaciones ni fabricación activa; se han detenido las dinámicas de transferencia de conocimiento, lo cual pone en peligro la continuidad de la tradición cultural”, agrega.

    Las embarcaciones son una herramienta de comunicación que evidencia la complejidad de las relaciones, y a pesar de los resultados obtenidos siguen arraigadas al pueblo de las islas, conservándolas sin importar su estado.

    “Esto se debe a que la elaboración de una embarcación se relaciona con cerca de tres generaciones de una familia, con lo cual el mantenimiento cobra mucha importancia dentro de los procesos sociales; esta práctica es la que permite que se transfieran los conocimientos, hay un valor simbólico”, comenta.

    “Los fenómenos e hitos que han contribuido a la conformación de los procesos de creación de embarcaciones son la columna vertebral de la tradición, como un ejercicio de la cotidianidad, y constituyen la base para su continuidad”, concluye el magíster.