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Ciudad y Territorio

Conductores reconocen conductas riesgosas, pero siguen incurriendo en ellas

    Aunque la mayoría de los 260 conductores entrevistados en Bogotá –de entre 16 y 80 años– calificaron como “mal” o “inadecuado” exceder la velocidad, usar el celular al conducir o cruzar los semáforos en rojo, entre otras conductas riesgosas, continúan realizándolas. Este resultado podría ser una de las causas de las altas cifras de accidentalidad y siniestralidad en la ciudad.

    “Que una personal evalué una conducta particular como mala, no necesariamente implica que dejará de hacerla; esto aplica en el caso de los conductores encuestados en Bogotá”, afirma Jennifer Dayhanna Sánchez Fajardo, magíster en Psicología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).

    Comúnmente en el contexto vial se suele acudir a la palabra “imprudencia” para calificar los comportamientos que se pueden considerar inadecuados por parte de conductores de diferentes medios de transporte en la vía.

    A través de la psicología del tránsito se intenta identificar y comprender conductas y actitudes habituales (racionales o impulsivas) en materia de movilidad, para marcar una pauta que permita mejorar la calidad de vida de todos los usuarios de las vías.

    En su trabajo de investigación, la psicóloga Sánchez analizó, mediante un formulario digital, las actitudes hacia el riesgo y la percepción de dificultad al conducir y la frecuencia para cometer infracciones de 260 conductores en Bogotá (61 % hombres y 39 % mujeres).

    Para la recolección de datos sociodemográficos se incluyeron preguntas relacionadas con edad, sexo, estrato socioeconómico, nivel educativo, tiempo de experiencia conduciendo, categoría de la licencia y tipo de conductor (particular, profesional ocasional o profesional de tiempo completo).

    También se recogieron datos relacionados con información vial, dirigida a contar con el reporte de los participantes en relación con el número de accidentes que han tenido en los últimos 6 meses (su tipo y gravedad), la cantidad de comparendos impuestos en los últimos 6 meses y desde su experiencia como conductor y el reporte de infracciones de tránsito que han cometido, aunque no hayan tenido una sanción (comparendo) por ello.

    Así mismo, consultó en el sistema de registro de infracciones de tránsito (Simit) de la Federación Colombiana de Municipios, las ciudades con mayor número de multas de tránsito, discriminadas por el tipo de infracción, y otra, estimando las infracciones más frecuentes en todo el territorio nacional.

    “Esta información fue consultada con el objetivo de contar con los datos más actualizados posibles en el contexto de la investigación”, anota la magíster, y agrega que para elaborar el cuestionario se apoyó en herramientas como las escalas de frecuencia de conductas de riesgo en la conducción, de actitudes hacia las conductas de riesgo en la conducción y de dificultades percibidas en la conducción.

    Infracciones

    Los datos obtenidos indican que el 83,1 % de los conductores consultados no reporta haber sufrido un siniestro vial en los últimos seis meses de 2021 (año en que se consignaron las respuestas), mientras que el 11,9 % manifestó haber sufrido un siniestro vial y el 5 % dos o más siniestros viales.

    De dichos siniestros reportados, el 66,7 % fue un choque, seguido de la caída del ocupante con un 14 %, volcamiento con el 7 % y atropello con el 3,5 %. Frente a la gravedad del siniestro, el 88 % implicó solo daños materiales, el 10 % heridos y un siniestro con fallecidos.

    En cuanto a las conductas denominadas como riesgosas en la conducción, uno de los hallazgos importantes a los que llega esta investigación es que, aunque los conductores valoran dichas conductas como “malas” o “inadecuadas”, siguen incurriendo en ellas. Este podría ser una de las causas de las altas cifras de accidentalidad y siniestralidad en la capital.

    Otro hallazgo se relaciona con las diferencias que se encuentran entre los comparendos de mayor frecuencia en Bogotá (los cuales siguen un patrón similar al que se tiene en el país) comparados con las infracciones que reportan los conductores consultados.

    “Aunque la muestra de esta investigación no es significativa en términos del número de participantes, sí establece una buena aproximación a los comportamientos que tienen los sujetos mientras conducen y que son más usuales de lo que se reporta en función de las multas de tránsito interpuestas”, anota la magíster.

    En este sentido, indica que “los comparendos obedecen a la sanción administrativa derivada de la trasgresión de una norma, dan un acercamiento apenas parcial de la realidad de la población, las infracciones obedecen a conductas, y como tal, suceden todo el tiempo mientras se tienen interacciones particulares”.

    “Por eso no sería sorpresivo entonces que un mismo conductor cometa 5, 10, 15 o más infracciones a las normas de tránsito en un recorrido de una hora y que por ello no tenga un solo comparendo registrado; y si esta conducta se asume con menor riesgo de sanción podría replicarse en el tiempo hasta asumirlo como comportamientos normalizados”, concluye.