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Desarrollo Rural

Con una mejor administración, fincas lecheras de Ubaté serían más competitivas

    Un diagnóstico realizado en 384 fincas lecheras de Ubaté mostró que aunque sus operaciones diarias son eficientes –con una producción diaria de 1 millón de litros de leche– carecen de herramientas que les permitan sistematizar la información productiva para evaluar e identificar a los animales que limitan su capacidad, y de paso su rentabilidad, por ejemplo. Este aporte abre la puerta a nuevas estrategias para mejorar la competitividad en la región, crucial para el abastecimiento lácteo del país.

    El estudio de Diana Paola Portillo Hoyos, magíster en Producción Animal de la Facultad de Medicina Veterinaria y de Zootecnia de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), evidenció que la operación de estas fincas se caracteriza por la falta de herramientas adecuadas para evaluar y contextualizar el desempeño productivo. Por ejemplo, el 80 % de los productores utilizan métodos rudimentarios para registrar información e identificar a los animales, como llevar los registros en un cuaderno.

    “Este déficit en la sistematización y trazabilidad limita su capacidad para tomar decisiones estratégicas, lo que afecta tanto la rentabilidad como el potencial productivo porque no tienen claro cuánto producen sus vacas y cuánto les representa esa productividad en términos económicos”, afirma la estudiante, quien analizó cómo se organizan las tareas y los procesos internos en una empresa para que todo funcione bien.

    En su trabajo evidenció que aunque existen algunas diferencias, los sistemas de producción lechera presentan condiciones productivas similares. Generalmente los productores poseen fincas pequeñas, con una media de 2,5 hectáreas y un promedio de 4 vacas en ordeño de razas especializadas como Normando y Holstein. La mayoría de estos sistemas están situados en terrenos de ladera, a altitudes entre los 2.500 y 3.000 msnm, y dependen especialmente de la ganadería como fuente de ingresos.

    Indicadores de desempeño

    Para medir la gestión administrativa, la magíster aplicó un modelo de madurez empresarial que mide la capacidad de la empresa para administrar sus recursos, con base en la norma ISO 9001:2015, la cual se refiere a una especificación internacional que establece los requisitos para un sistema de gestión de la calidad (SGC) en cualquier organización, independientemente de su tamaño o su tipo.

    En dicho modelo se incluyeron aspectos como contexto de la organización, liderazgo, planificación, soporte, operación, evaluación del desempeño y mejora. Este enfoque proporcionó una estructura integral para valorar el cumplimiento de las prácticas de gestión y permitió clasificar a los productores en un nivel de gestión excelente, bueno, regular o deficiente.

    Además se relacionó el nivel de gestión administrativa con dos indicadores de desempeño: producción de leche por vaca al día –o sea producción de leche por unidad de área– y carga en vacas en ordeño por hectárea.

    Así se determinó que los productores clasificados en los grupos de desempeño más alto alcanzan una producción promedio de 56 litros por hectárea mientras que aquellos del grupo de desempeño más bajo producen en promedio 8,18 litros por hectárea, lo que muestra una significativa diferencia de 47,82 litros por hectárea.

    Mejor gestión produciría más ingresos

    Con respecto al comportamiento de los componentes de gestión, el modelo también muestra una correlación directa con la producción individual. Los productores en el nivel de gestión “excelente” presentan los mayores niveles de producción debido a su fuerte contexto, planificación robusta, soporte y operación efectivos, y una evaluación sólida. En contraste, los productores en el nivel de gestión “deficiente” muestran los niveles más bajos de producción debido a debilidades en estos mismos componentes.

    “Esta clara correlación indica que un mejor desempeño en los componentes de gestión conduce a una mayor eficiencia y productividad tanto en la producción por hectárea como en la producción individual por vaca. Por lo tanto, enfocarse en mejorar estos componentes puede resultar en incrementos sustanciales en la producción, beneficiando significativamente la economía de las explotaciones agrícolas”, indica la estudiante.

    La diferencia en los niveles de gestión entre los productores se refleja directamente en sus ingresos por ventas de leche. La diferencia de 47,82 litros por hectárea, a 2.000 pesos por litro, resulta en una diferencia de ingresos por ventas de 95.640 pesos por hectárea.

    La magíster propone mejorar la trazabilidad y la sistematización de la información en las fincas. “Por ejemplo, el 30 % de los productores no utiliza ningún método de identificación para los animales y el 44 % solo los reconoce por sus nombres”, anota. Esto limita la sistematización de datos esenciales como la producción de leche por vaca o el historial reproductivo, lo que dificulta el seguimiento del desempeño individual y colectivo.

    Además sugiere fortalecer la formación en evaluación y planificación, áreas que distinguen a los productores más exitosos. Estos cambios contribuirían a una mayor competitividad en el sector lechero, esencial para la economía regional.