Por primera vez en Colombia, con terapia neural se recupera paciente con secuelas de lesiones cerebrales
Las lesiones cerebrales pueden desencadenar diferentes afectaciones en el habla o en la movilidad de las personas. Fotos: archivo Unimedios.
Las secuelas pueden comprometer desde la movilidad hasta la pérdida de memoria.
La terapia neural utiliza diversas técnicas para estimular el sistema nervioso.
Mediante pequeñas inyecciones de procaína localizadas se restableció la funcionalidad de las “irritaciones” nerviosas.
Este aporte fue de la Maestría en Medicina Alternativa de la UNAL.
“En 2016 el paciente sufrió una caída por las escaleras desde un segundo piso. Como consecuencia, tuvo un hematoma subdural que le dejó parálisis facial, pérdida de audición, gusto y voz, además de compromiso motor y sensitivo en el hemicuerpo izquierdo”, relata la doctora Paola Artunduaga Cárdenas, magíster en Medicina Alternativa de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL).
Aunque requería rehabilitación física inmediata, el paciente no ingresó a ningún programa de rehabilitación sino hasta 3 años después de la lesión inicial, lo cual frenó una recuperación completa. Sin embargo, año y medio después del trauma se aplicó un protocolo médico que incluyó el análisis de la historia clínica y se dio inicio el tratamiento complementario.
A diferencia de la medicina convencional, que se centra en tratar los síntomas de las enfermedades, la medicina neuralterapéutica busca la raíz del problema identificando las “irritaciones” o alteraciones en el sistema nervioso que pueden estar generando desequilibrios en el organismo. Para ello se aplican pequeñas dosis de anestésico local en puntos específicos del cuerpo, con el objetivo de desbloquear estas interferencias y restaurar la función normal.
“Aplicamos pequeñas dosis de procaína al 0,5 % en las zonas donde se detectaron ‘irritaciones’ o pérdida de la funcionalidad de los nervios que estaban causando los déficits del paciente”, explica la doctora Artunduaga.
Para determinar las zonas a tratar se identificó el terreno irritado en cada consulta de control y se intervinieron estructuras nerviosas comprometidas. La “inervación” se refiere a la trasmisión de señales nerviosas para el control de la función de un área del cuerpo. Aquí por supuesto fue relevante la revisión de la historia de vida del paciente, incluyendo antecedentes médicos desde la infancia.
En el transcurso de 2 años de tratamiento con esta medicina alternativa, el paciente, además de recuperar su audición, gusto, voz y movilidad de su rostro, poco a poco fue mejorando la amplitud de movimiento en su brazo y pierna izquierda, así como la sensibilidad del hemicuerpo izquierdo.
“Cuando llegó por primera vez a consulta no podía mover varias partes de su cuerpo, especialmente de la zona izquierda; tenía que apoyarse en un bastón u otro elemento externo para dar algunos pasos. Ahora camina sin ningún apoyo adicional”, puntualiza la magíster.
“En cada sesión de la terapia neural logramos ver el progreso en la recuperación de los déficits motores, cognitivos y funcionales del paciente”, agrega.
La suma de estos resultados abre un camino prometedor para que la terapia neural complemente programas de rehabilitación para atender estos traumatismos complejos y que dejan a los pacientes con dichos déficits, que aparentemente son permanentes.
Por eso la investigadora enfatiza en que “el próximo paso es impulsar más investigaciones que validen estos hallazgos y permitan integrar la medicina neuralterapéutica en la atención a pacientes con traumas neurológicos para optimizar su recuperación física”.