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Educación

Con robots hechos en clases la UNAL incentiva la curiosidad en niños araucanos

    Ni las carreteras destapadas ni las lluvias constantes han sido un impedimento para que las clases de robótica e informática y el acercamiento a la vida universitaria llegue a los colegios del departamento de Arauca. Desde allí, como un aporte a la educación en la región, egresados de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) les enseñan a los estudiantes la importancia del quehacer científico e incentivan en ellos la curiosidad.

    En el patio de la Institución Educativa José Antonio Galán, un grupo de niños de quinto grado se ubican orgullosos frente a un pequeño robot que acaban de crear. “3… 2… 1… ¡ya!”, grita el ingeniero eléctrico Luis Torres dando el pistoletazo de salida a lo que sería una carrera. El artefacto de Juan, un pequeño de camisa negra, fue el primero en cruzar la meta, por lo que su sonrisa ilumina el lugar.

    Los robots no son piezas ostentosas ni elegantes; los componen un par de ruedas y otra serie de elementos que quizás estaban sin uso. De ellos se desprende un cable que se conecta al control diseñado por los pequeños ingenieros. Quizá un tiempo atrás ninguno de estos jovencitos pensó que en su salón de clase diseñarían un objeto como este.

    Aunque ambas piezas son tan pequeñas que cabrían en la mano de sus creadores, tienen la grandeza suficiente para marcar posiblemente el camino de estos pequeños, uno que quizá incentive en ellos la curiosidad científica. ¿Por qué no creer que entre este grupo de estudiantes se encuentren los futuros profesionales que transformen el futuro de los Llanos Orientales?

    La imagen que con orgullo fue grabada por uno de sus instructores forma parte proyecto del “Promoviendo el pensamiento científico en estudiantes de primaria del departamento de Arauca”, liderado por la UNAL Sede Orinoquia y con el que se busca impactar a los niños de primaria a través de la robótica, biología, ciencia, tecnología y programación.

    Como Juan, 41 estudiantes de la Institución Inmaculada en Puerto Rondón (Arauca) recibieron por primera vez una clase de robótica. Algunos muestran con orgullo cómo un pequeño dispositivo que acabaron de crear enciende las luces al juntar dos cables.

    “Los niños se emocionan cuando ven las clases porque muchos reciben un énfasis en agro o en administración, pero no sabían lo que es la programación. Eso marca una diferencia en sus vidas académicas”, expresa Luis Torres, profesional de apoyo del Área de Extensión de la Sede Orinoquia y egresado de la Institución, quien forma parte de los instructores del proyecto.

    La iniciativa busca que la enseñanza vaya más allá de las aulas de clase, por eso, como todos unos universitarios, estudiantes de primaria del Colegio Simón Bolívar del municipio de Arauca y del Colegio Concentración Rural del municipio de Saravena ingresaron al campus de la Sede donde aprendieron sobre biodiversidad de flora y fauna de la mano del Herbario Orinoquense y la Colección Entomológica, un lugar que alberga una amplia colección de las flores e insectos de la región.

    Además, su curiosidad se expandió cuando pisaron por primera vez la Granja Experimental El Cairo, un espacio en donde se materializa la investigación sobre agro y ganadería. Con estos espacios los líderes del proyecto buscan que los estudiantes aprendan sobre cuidado ambiental, hagan buen uso de los recursos naturales e incluso prácticas autosostenibles.

    “En el tiempo que el proyecto lleva en marcha 41 estudiantes de Puerto Rondón, 40 de Cravo Norte, 39 de Fortul y 25 de Arauca han recibido las clases de robótica y electrónica, un trabajo que se hace en conjunto con otros egresados del Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama), quienes son los encargados de dirigir las clases” expresa.

    La apuesta de la UNAL se vuelve cada día más pertinente en medio de una educación básica que se enfrenta a la infraestructura precaria, las carreteras destapadas, el invierno que no da tregua, y claro, un conflicto armado que no cesa y que a diario roba las esperanzas en un futuro diferente. En esos espacios donde el futuro parece difuso, la Sede cree que con educación y acercando a los más pequeños a la experiencia universitaria, la realidad podrá ser diferente.

    “También se diseñaron las vacaciones científicas, una estrategia que busca que 30 estudiantes de Arauca vivan un día como científicos, de manera completamente gratuita. Ellos recolectarán insectos, trabajarán en electrónica y además visitarán la granja”, concluye el profesor Roberto Bernal de la UNAL Sede Orinoquia y director del proyecto.