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Con pequeños ríos se generaría energía en Zonas No Interconectadas del país

    Con el caudal de ríos como el Orinoco, Apaporis, Meta y Atrato pueden generarse cerca de 20.000 gigavatios por hora, lo que es casi el 40 % de la energía que produce Colombia en la actualidad. Vichada, Vaupés, Guainía, Guaviare y Chocó, departamentos con menor cobertura eléctrica del país, serían los mayores beneficiados.

    Las Zonas No Interconectadas (ZNI) impiden que la población residente en dichas regiones tenga un acceso a la energía eléctrica constante y de calidad, lo que afecta la calidad de vida. Más de la mitad del territorio nacional está “desconectado” del sistema energético, el cual se distribuye sobre todo en la región andina.

    “Hacia municipios como San Felipe (Guainía) y Medio Atrato (Chocó), el acceso a la infraestructura eléctrica es poco, o casi nulo”, agrega Julián Andrés Jiménez Toro, magíster en Ingeniería - Recursos Hidráulicos de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín.

    En lugares como los mencionados se utilizan plantas diésel (que emiten gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono o CO2) para tener una disponibilidad de energía promedio de ocho horas diarias, que representan altas tarifas.

    “Entre las causas de que así sea está la baja densidad poblacional y, por ende, el riesgo económico que implica invertir allí. Sin embargo, experiencias de otras latitudes, como en el sudeste asiático, muestran que, una vez se pone energía eléctrica las regiones empiezan a crecer y se impulsa el desarrollo”, anota el magíster.

    Mediante cálculos matemáticos, basados en el caudal y el ancho del afluente, y la revisión de mapas hidrográficos, el investigador encontró que los ríos Orinoco, Guaviare, Meta, Tuparro, Tomo, Vichada, Apaporis, Isana, Papunaua, Papurí, Querarí, Tiquié, Taraira, Vaupés, Atabapo, Inírida, Negro Guayabero, Atrato, Baudó y San Juan son aptos para establecer pequeñas centrales hidroeléctricas que abastezcan de energía a los departamentos con menor cobertura del país: Vichada, Vaupés, Guainía, Guaviare y Chocó.

    De las 118 pequeñas centrales hidroeléctricas que hay en Colombia solo tres están en ZNI: dos en Chocó y una en Meta. En estos lugares el terreno es muy plano y no es propicio para grandes hidroeléctricas con embalse.

    “Sin embargo, las pequeñas centrales representan una oportunidad de oro; con ellas se produce energía de forma sostenible y confiable, y para estos territorios que suelen ser selváticos, la generación con ‘hidro’ es lo más adecuado”, explica.

    Otro aspecto que tuvo en cuenta fue la tecnología que podría aplicarse. La más común utiliza turbinas Francis, que aprovechan el caudal (el fluir natural del agua), y las tipo Pelton que aprovechan la cabeza (la caída de agua de un punto A a un punto B).

    Según el magíster, hay una herramienta más nueva, con un costo de oportunidad bastante alto: la turbina vórtice. Para entender cómo funcionan pensemos en un remolino de agua que incrementa la energía potencial y cinética. Todo esto podría aplicarse con éxito en pequeños ríos colombianos, más allá del Magdalena y el Cauca.

    Con su uso se podría aprovechar la energía disponible en los ríos de topografía plana, que son cerca de 20.000 gigavatios por hora en un año, lo que es casi el 40 % de lo que produce el país en este momento.

    En relación con el tema financiero, señala que el panorama también es favorable. “El costo nivelado de electricidad (LCOE), indicador que muestra cuánta energía se produce por inversión total, arrojó que este sería de 0,3 dólares por kilovatio/hora que, si se compara con otro sistema energético, es muy económico, incluso más que poner una turbina eólica o un panel solar”, destaca.

    En el ámbito nacional, la Ley 1715 del 2014 busca favorecer la conexión de las ZNI y la implementación de fuentes de energía no convencionales; esta destina fondos estatales que pueden ser aprovechados por los privados.

    Sería cuestión de aplicar a las convocatorias y recordar que el séptimo Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU hace referencia a la importancia de que se proporcione energía abundante y de bajo impacto ambiental para fomentar el crecimiento económico. “Las pequeñas centrales hidroeléctricas son un excelente mecanismo para ello”, concluye.