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Desarrollo Rural

Con imágenes multiespectrales identifican por primera vez la calidad del pasto en el Meta

    Para tener ganado de buena calidad es necesario alimentarlo con un forraje (pastos) óptimo. En la actualidad el monitoreo de las pasturas y su calidad no es el más preciso; para superar esta dificultad y tener un mejor control han surgido tecnologías como el sensoramiento remoto (uso de drones y cámaras multiespectrales), que arroja resultados en menos tiempo y evita perder dinero. Con esta metodología, una investigación determinó la oferta de forraje y la calidad nutricional en términos de proteína.

    Se estima que entre enero y julio de 2021 Colombia exportó 29.031 toneladas de carne bovina, lo que se traduce en unos 120 millones de dólares en ganancias. Además, la Federación Colombiana de Ganaderos informó que en 2022 se produjeron más de 709.000 toneladas en todo el país, y al menos 7.414 millones de litros de leche, lo que muestra la importancia del sector ganadero para la economía del país.

    Sin embargo, aún hay un vacío en el uso de tecnologías para hacer un mejor monitoreo de la calidad del forraje con el que se alimentan los animales, pues, por ejemplo, el Meta tiene más de 1,7 millones de hectáreas bajo el sistema ganadero de pastoreo, en las que existen problemas asociados con la degradación de las praderas, y por ende con la calidad de los pastos.

    Esto se debe a que habría una sobreutilización de estas zonas, es decir que el ganado permanece demasiado tiempo en una misma área, agotando el forraje y sus condiciones; además también puede haber mala distribución de los animales, y en las zonas con un mayor número de ellos es más factible que los suelos se erosionen.

    Asesoramiento remoto

    Debido al desconocimiento que se tiene sobre la oferta y la calidad del forraje, el investigador Raúl Alejandro Díaz Giraldo, magíster en Producción Animal de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), probó el sensoramiento remoto, una nueva metodología que nació como un desarrollo tecnológico importante en el mundo y que hasta el momento es pionera en cuanto a ganadería y evaluación de pasturas, pues se ha usado para determinar otras características en cultivos y zonas.

    Esta técnica consiste en el uso de drones con cámaras multiespectrales que sobrevuelan la zona de interés, y gracias al espectro de luz que captan se puede saber cómo están las pasturas de la zona, en especial las de tipo Urochloa humidicola CV Llanero –originaria de Zambia (África) e introducida en el país en 1978–, que ha demostrado buen crecimiento y adaptación a diferentes climas y condiciones, por ejemplo en el Meta.

    Así, la gestión del pastoreo que se realiza puede mejorar, pues las imágenes que toman los sensores les permiten a los ganaderos planificar y optimizar la distribución de los animales, y en especial determinar la calidad y la oferta de las áreas pastoriles evaluadas; esto fue lo que se realizó por primera vez en las instalaciones del Centro de Investigación La Libertad, de la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria (Agrosavia) en los Llanos Orientales.

    “Dada la necesidad que tienen los productores de realizar un buen manejo de las pasturas –puesto que es el alimento más económico para producir carne y leche–, y teniendo en cuenta los avances en el uso de los drones, monitoreamos áreas de pasto llanero, uno de los más extendidos en la región de la Orinoquia por su buena adaptación a los suelos ácidos de esta región”, asegura el investigador.

    Para ello se usó un dron Phantom 4 Pro, al cual se le adaptó una cámara multiespectral que toma información en tres bandas: roja, verde e infrarrojo, mientras que las cámaras convencionales no pueden detectar este último espectro de luz. Esto proporciona información sobre la salud y condición de los pastos, pues, por ejemplo, la clorofila que está en las hojas refleja la luz en esa región, y la calidad y cantidad de esta reflectancia mostrará un mejor crecimiento y valor nutricional, entre otros factores.

    Para el estudio se evaluaron 20 hectáreas que fueron sobrevoladas por el dron, el cual toma cientos de fotos por minuto del forraje, lo que se traduce en cerca de 2.400 datos recopilados y luego analizados en un software especializado para imágenes multiespectrales que determina lo observado allí e identifica los niveles de proteína de la pastura, un hecho sin precedentes que aporta al entendimiento de la calidad nutricional de este alimento para el ganado.

    “Esta información se cotejó en un arduo trabajo de campo en el que se analizaron las características principales del forraje para ver que estuviera en buen estado: altura de la planta, valores promedios de proteína cruda y concentración de lignina (polímero que en exceso puede dificultar la digestibilidad de los pastos y sus valores nutricionales)”, concluye el investigador.