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Educación

Con huerta escolar estudiantes aprenden cómo se transforma la materia

    En una institución educativa oficial de Santiago de Cali se demostró que la siembra de hortalizas en una huerta escolar sirve para enseñarles a los jóvenes cómo se transforma la materia. En este laboratorio vivo, cerca de 20 estudiantes de décimo grado entendieron mejor los cambios físicos y químicos que se dan en la naturaleza, entre ellos las características del suelo, la germinación de semillas y el desarrollo de tallos y hojas de cilantro, tomate y habichuela.

    En la enseñanza de las ciencias naturales es común que la transformación de la materia se aborde de forma fragmentada, dividiendo los cambios físicos y químicos como si fueran dos conceptos distintos. Esta situación puede generar concepciones erróneas en los estudiantes y dificultar el aprendizaje de fenómenos científicos más complejos en etapas posteriores de su formación.

    Ante esta problemática, el profesor de Ciencias Naturales Anthony Cruz, magíster en Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, realizó un estudio con más de 20 estudiantes de décimo grado de entre 15 y 17 años, de la Institución Educativa Santo Tomás (Cali), la cual se distingue por ofrecer formación técnica a más de 17 colegios de estratos socioeconómicos 1, 2 y 3.

    Como parte de su labor docente, el magíster desarrolló una propuesta didáctica para enseñarles a sus alumnos cómo se transforma la materia, para lo cual aplicó el “concepto estructurante de transformación”, en el cual la huerta escolar es el laboratorio vivo que integra los cambios físicos y químicos en diferentes etapas y actividades teórico-prácticas, y que les permitió a los alumnos observar directamente los fenómenos naturales y aplicar los conceptos aprendidos en situaciones reales de su entorno.

    Según el profesor Cruz, “el concepto estructurante se originó en 2006 cuando el investigador peruano Raúl Gagliardi lo definió como una construcción que puede transformar el sistema cognitivo del estudiante al facilitarle la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos a partir de la reorganización de ideas previamente concebidas. Para este caso se utilizaron modelos biológicos, físicos y químicos que explicaron la transformación y conservación de la materia”.

    Esta metodología no solo mejoró el aprendizaje en los estudiantes, sino que también fomentó la motivación y el interés por la asignatura, lo que demuestra la efectividad de aplicar un enfoque pedagógico más integral y moderno, el cual dividió en tres fases: pre-activa, inter-activa y pos-activa.

    En la fase pre-activa se perfiló el caso recolectando datos de la institución y de los estudiantes mediante entrevistas y observaciones. En la inter-activa se planificó e implementó la secuencia didáctica diseñada para la enseñanza del concepto de transformación, y la fase pos-activa consistió en reflexionar sobre el proceso para obtener los hallazgos y conclusiones.

    Mejor disposición para aprender

    La secuencia didáctica diseñada consistió en 9 actividades centradas en problemáticas relacionadas con la huerta escolar que incluyeron la introducción teórica al concepto de transformación, la exploración del entorno escolar, la estimación de la textura del suelo, la observación de la germinación de semillas y el seguimiento del crecimiento de las plantas. En la huerta sembraron tomate, cilantro, habichuela, lechuga y plantas medicinales.

    “Cada actividad se trazó para integrar cambios físicos y químicos, demostrando que estos fenómenos ocurren natural y simultáneamente en la naturaleza y no de manera aislada como se suele enseñar”, informa el profesor Cruz.

    La integración de actividades teóricas y prácticas en la huerta escolar aumentó el interés por las ciencias y mejoró la capacidad de los estudiantes para resolver problemas reales. Además, mejoró tanto sus competencias sociales y comunicativas, que los jóvenes eliminaron las asperezas que existían entre ellos gracias al trabajo colaborativo que llevaron a cabo en este escenario.

    Con esta propuesta los estudiantes estuvieron más concentrados que en el aula tradicional, la cual puede servir como modelo para otros docentes interesados en innovar en sus prácticas pedagógicas y fortalecer la comprensión de conceptos fundamentales en las Ciencias Naturales.

    “Trabajar con conceptos estructurantes ayuda a delimitar el currículo, es decir que con un concepto se pueden abordar varios fenómenos en distintas disciplinas a la vez, además de incentivar a los docentes a desarrollar actividades que movilizan a los estudiantes en la adquisición de nuevos conocimientos de forma agradable y aplicable para la vida”, agrega.

    A pesar de ser una herramienta didáctica valiosa, muchos maestros desconocen las potencialidades pedagógicas de las huertas escolares, las cuales han sido subutilizados en el contexto educativo.