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Desarrollo Rural

Empatía, insumo con el que crecieron heliconias de calidad en escuela rural del Valle del Cauca

    Las heliconias, plantas oriundas de suelos americanos, islotes del Pacífico y tierras indonesias, florecen imponentes en los jardines de la Escuela Rural Bolívar, del corregimiento del mismo nombre en el municipio de Pradera (Valle del Cauca). Allí, estudiantes y padres de familia recibieron capacitación para mejorar el sistema de producción, de modo que les permita obtener recursos económicos a través de su venta en fresco o en arreglos florales.

    El proyecto de la diseñadora industrial Johanna Andrea Merchán Avenía, magíster en Ciencias Biológicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, incluyó talleres de siembra, abonos y tratamiento de enfermedades, dictados mediante estrategias de comunicación de empatía y confianza. De la iniciativa formaron parte 15 estudiantes de primaria a noveno de bachillerato, de entre 6 y 16 años.

    La magíster relata que “en esta zona de país, la comunidad estudiantil proviene de familias víctimas de desplazamiento forzado y también viven migrantes venezolanos; afronta un importante registro de embarazos adolescentes, y todos aprenden en un único salón y comparten el mismo profesor”.

    Aunque la pobreza es generalizada, los hijos y padres trabajan en equipo para sembrar, cosechar y arreglar las heliconias para la venta, y también ofrecen cortes ornamentales para decoración.

    El objetivo de la tesis fue identificar las necesidades del grupo y del sistema productivo para establecer estrategias de comunicación que faciliten la transferencia de conocimiento científico con comunidades rurales.

    “Partimos de una población muy diversa, muchos padres de familia no sabían leer y los niños eran quienes les enseñaban y guiaban. Había una satisfacción constante frente al proceso de aprendizaje, fue enriquecedor, y el conocimiento que compartimos es fácil de adaptar a sus labores cotidianas”, manifiesta.

    Al hacer un balance, el profesor Omar Quevedo, encargado de la Escuela, informó que “el impacto fue grande porque antes sembraban de manera amontonada”. Cada 20 días un grupo de estudiantes cosecha las flores, una madre de familia las corta y el profesor las vende en el municipio, a 6.000 pesos la docena.

    ¿Cómo se desarrolló el proyecto con heliconias?

    La investigadora Merchán, becada por excelencia académica, realizó una visita inicial a la escuela para conocer las especies que estaban cultivando y analizar tanto las características del espacio y del suelo como las necesidades que tenían como productores.

    Al respecto, el profesor Manuel José Peláez Peláez, de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la UNAL Sede Palmira, señala que “los niños descubrieron las variedades y aprendieron a identificar las enfermedades de estas flores a partir de colores y formas. El género Heliconia L. agrupa más de 100 especies de plantas tropicales originarias de Sudamérica, Centroamérica y las islas del Pacífico, e Indonesia”.

    La diseñadora industrial simplificó el lenguaje técnico y académico de las investigaciones científicas con el apoyo de la metodología del Design Thinking (pensamiento de diseño), el cual trabaja con la empatía y estimula la creatividad colectiva. “La comunidad fue el centro de todo”, dice.

    Al proyecto se vincularon estudiantes de diversos programas de la UNAL Sede Palmira para aportar en la capacitación sobre temas agrícolas, y un psicólogo orientó el trabajo desarrollado con los niños que viven en un contexto social difícil.

    En los talleres se abordaron temáticas sobre la propagación ideal de la semilla, la diferencia de variedades, los abonos orgánicos, las enfermedades y los tratamientos.

    “Ellos producían las flores de manera empírica, por eso les enseñamos a reconocer las diferencias morfológicas entre variedades y cuál es su propagación ideal; a hacer abonos orgánicos; a conocer los cuidados especiales que deben tener en su manejo, y cómo tratar las enfermedades”, agrega la investigadora.

    Al cierre de los talleres se construyeron las memorias del proyecto, en las que se basó la creación de una cartilla para colorear.

    Para su trabajo, además del profesor Peláez, la magíster Merchán contó con el apoyo de la docente Nélida Janeth Ramírez Triana, de la Facultad de Ingeniería y Administración de la UNAL Sede Palmira.