Con 20 casos confirmados, viruela del mono es un riesgo inminente para Colombia
Aunque la viruela del mono –o símica– era una enfermedad frecuente en África, este año su propagación ha iniciado fuera de ese continente.
Los síntomas más notorios de la viruela del mono son las erupciones con ampollas en brazos, cara o piernas.
En el mundo hay 21.000 personas contagiadas; en Europa el país con más casos es España, y en América Latina ya se reportaron las primeras muertes en Perú y Brasil.
En comparación con el COVID-19, la vacunación va más avanzada, gracias a que las dosis contra la viruela normal también funcionan.
En el mundo existen alrededor de 16 millones de dosis de vacunas para tratar la enfermedad.
Jorge Alberto Cortes Luna, profesor de la Facultad de Medicina e integrante del Grupo de Investigación en Enfermedades Infecciosas de la UNAL, señala que “existen varias vacunas contra la viruela ‘natural’ que son efectivas contra la viruela del mono; estudios sugieren que la protección puede estar al rededor del 85 % o más, por lo que vamos mucho más adelante que con el COVID-19”.
Sin embargo, añade que “el problema es que la cantidad de vacunas disponibles para las pocas compañías farmacéuticas que lo producen alrededor del mundo sigue siendo muy limitada; eso quiere decir que la vacuna, en grandes cantidades, probablemente estará disponible en 2023, y para el caso colombiano tienen un costo elevado”.
Por otro lado, al referirse al estado de la enfermedad en el mundo, dice que se está ante la posibilidad de una nueva pandemia; el pasado 23 de julio la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó que el brote de la viruela del mono debe ser considerado como una emergencia mundial de salud.
Dicha decisión ha sido esencial para que los países tomen medidas más estrictas. Por ejemplo, en Colombia, “el Gobierno debe darle el poder a la comunidad médica y a los servicios de salud para hacer el diagnóstico correcto y atender a la población afectada”.
En este momento el país cuenta con 9 laboratorios de salud pública departamentales con capacidad diagnóstica y otros 10 centros de diagnóstico ubicados en instituciones académicas como universidades.
La viruela símica se detectó por primera vez en África en 1970. Existen dos cepas genéticamente diferenciadas del virus: la de la cuenca del Congo (África central) y la de África occidental; las infecciones humanas con esta última parecen causar una enfermedad menos grave respecto a la del Congo.
La viruela símica es una zoonosis causada por el virus de la viruela símica, del género Orthopoxvirus, que incluye al virus variola (causante de la viruela); se caracteriza por erupción o lesiones cutáneas que suelen concentrarse en la cara, las palmas de las manos y las plantas de los pies.
Tradicionalmente se transmite por contacto directo o indirecto con sangre, fluidos corporales, las lesiones de la piel o las mucosas de animales infectados.
Debido a esto, el profesor Cortés recomienda evitar el uso compartido de ropa, toallas o sábanas o cobijas contaminadas, los abrazos y besos, así como reducir el número de parejas sexuales.
Según la OMS, hasta el momento el 98 % de los casos en todo el mundo se ha dado a causa de relaciones sexuales entre hombres. La letalidad es de apenas el 1 %.
“Es una enfermedad difícil de controlar, debido a que su tiempo de incubación es de hasta 2 o 3 semanas, lo que quiere decir que cuando yo identifico un paciente con la enfermedad seguramente él se infectó una semana atrás, y ya ha podido propagar el virus a más personas”, explica el experto.
Así mismo, considera que “como sociedad y como gobierno debemos pensar en estrategias de salud pública con gente preparada y experta en el tema para controlar mejor este tipo de enfermedades, y además reconocer como humanos que este es un problema ecológico”.
“Lo que hacemos hoy en el Amazonas, la destrucción de los hábitats naturales y el comercio de animales afectan la naturaleza y nos ponen en contacto con especies portadoras de virus y bacterias que desembocan en estas emergencias de salud en el mundo”, asegura.
Según el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en Colombia el tráfico ilegal de especies afecta a 234 especies, 76 de mamíferos, 27 de reptiles y 9 de anfibios; el país ocupa el segundo lugar del mundo en el tráfico de especies.
Aquí radica la importancia de generar mejores controles de este tipo de prácticas, con el fin de no producir afectaciones como la que se está viviendo hoy en día con la viruela del mono.