Compostaje aportaría a la seguridad alimentaria en el barrio La Perseverancia de Bogotá
Incrustado en los cerros Orientales, sus pintorescas y empinadas calles y su célebre plaza de mercado han convertido a “la Perse” en un atractivo turístico de Bogotá. En 2020 la Secretaría del Hábitat lo designó como el primer ecobarrio, o barrio sostenible, debido a que allí se implementan prácticas para mitigar el impacto ambiental.
Sin embargo, durante su investigación, Tatiana Gutiérrez, magíster en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), constató que uno de los desafíos que afronta el sector se centra en la gestión de residuos, una de las problemáticas reiterativas con las que se encontró.
“La distribución arquitectónica del barrio se caracteriza por las calles estrechas y esto dificulta el acceso de los carros recolectores de residuos. Esta limitación ha llevado a que los residentes saquen sus residuos a cualquier hora, causando un desafío adicional en la gestión de los desperdicios”, dijo.
Además de estas dificultades, identificó una brecha significativa en la conciencia ambiental dentro del barrio. Mientras algunos habitantes son conscientes y comprometidos con la ecología del lugar, otros no sabían que viven en un ecobarrio.
Trabajando en estrecha colaboración con residentes, líderes ambientales y representantes institucionales, la magíster identificó dos huertas clave: Mutualitos y Santa Elena, además del compromiso ambiental de la Institución Educativa Distrital local IED Manuel Elkin Patarroyo, que desempeña un papel vital en la gestión sostenible de los residuos.
“Tanto las huertas como la institución educativa local han implementado procesos de compostaje, convirtiendo los residuos en valiosos recursos para la agricultura urbana”, destaca.
El compostaje es un proceso natural de descomposición de residuos orgánicos como restos de alimentos, hojas, e incluso de las podas de arbustos o árboles, que finalmente proporcionan un poderoso abono para fertilizar suelos y mejorar la calidad de los cultivos.
En el contexto de la seguridad alimentaria, ella manifiesta que hay una conexión directa entre la gestión adecuada de residuos y la producción sostenible de alimentos. “La recirculación de nutrientes beneficia tanto a las huertas como a la comunidad del barrio, y así es como se asegura una tierra fértil para producir alimentos nutritivos”.
Un beneficio adicional de esta estrategia es el ahorro en el costo de los alimentos. Durante el trabajo de campo, muchos residentes expresaron que la afluencia de turistas ha elevado los precios de los alimentos, dificultando el acceso a productos frescos.
La magíster señala que algunos objetivos que se deben empezar a materializar para garantizar la seguridad alimentaria en La Perseverancia; estos son: