¿Cómo se defiende la “falsa patoco”, serpiente autóctona del Caribe?
La “falsa patoco” es una serpiente común en zonas transformadas como potreros y bordes de caminos. Foto: Comunicaciones UNAL Sede de La Paz.
Estos reptiles, que muchos califican como “enemigos de los humanos”, controlan la población de roedores. Foto: Jeimi Villamizar, Unimedios.
La idea de observar su comportamiento surgió en el semillero Anfibios y Reptiles de la UNAL Sede de La Paz: Foto: Jeimi Villamizar, Unimedios.
La megadiversidad de Colombia incluye una gran cantidad de especies animales, entre ellas las serpientes. Foto: Jeimi Villamizar, Unimedios.
Estudiantes de Biología de la UNAL Sede de La Paz analizan comportamientos de diferentes animales. Foto: Jeimi Villamizar, Unimedios.
Aunque existe la falsa creencia de que la primera reacción de una serpiente es morder o atacar, los estudiantes del semillero Anfibios y Reptiles de la UNAL Sede de La Paz constaron mediante 10 sesiones, cada una de 30 segundos, que esto no es tan cierto en el caso de la falsa patoco, también conocida como polvo de tabaco (Dryophylax gambotensis), autóctona del Caribe colombiano. Dichas acciones consistieron en simular amenazas depredatorias leves e invasivas para hacerlas reaccionar.
“Se utilizaron 9 serpientes, entre ellas 8 neonatos (3 machos y 5 hembras) y una hembra adulta. El experimento implicó simular la amenaza de un depredador mediante movimientos rápidos de la mano que se aproximaban constantemente al individuo”, amplía Marian Daniela Guio Sierra, una de las jóvenes investigadoras.
Así evidenciaron que cuando las serpientes se sienten presionadas, atacadas o en peligro, su primera reacción no es el ataque sino la evasión, solo atacan cuando se sienten en alto riesgo.
El biólogo Teddy Angarita, profesor del semillero, manifiesta: “se trata de un estudio de ciencias básicas que busca explorar cómo es el comportamiento defensivo de muchas especies de la región. Algunas no son venenosas, pero son ‘bravas’, por lo que las personas suelen matarlas o temerles”.
“Queremos determinar el repertorio de comportamientos defensivos de estas serpientes y luego, en estudios más avanzados, ver si estos obedecen más a una señal histórica de la descendencia, de los linajes a los que pertenecen, o si de pronto responden a algún factor ecológico por los hábitats que ocupan”.
La “falsa patoco” es una serpiente de hábitos crepusculares (que entran en actividad durante el atardecer y el amanecer), común en los bordes de los bosques tropicales y en zonas transformadas como potreros y orillas de los caminos. Aunque su veneno es de baja toxicidad para los humanos, la mordedura provoca dolor e hinchazón en la zona afectada, por lo que se debe atender con celeridad.
A pesar de ser una serpiente común, es muy poco lo que se conoce en torno a su historia natural y comportamiento. “Por eso este estudio busca identificar, describir y cuantificar los comportamientos defensivos que despliega esta especie cuando se siente amenazada, en aras de ayudar con su conservación”, recalcó la estudiante Guio.
Como animales estrictamente carnívoros, las serpientes regulan poblaciones de un importante número de especies, incluidas aquellas que se consideran como plagas de cultivos o que transmiten enfermedades, como roedores, caracoles, arañas e insectos.
Las serpientes más abundantes en el Caribe no son venenosas. Las guardacaminos son las más comunes e incluyen los géneros Lygophis, Erythrolamprus y Mastigodryas. Su patrón de color es similar a un sombrero vueltiao.
También está la víbora de sangre; en este grupo se encuentran las especies Clelia clelia y Pseudoboa neuwiedii, que no son venenosas y reciben este nombre por su color rojo intenso, además son ofidiófagas, o sea que se alimentan de otras serpientes, entre ellas algunas venenosas. Otra especie común es la boa constrictor.