Combinar ejercicio aeróbico y de resistencia, medida eficaz contra la prediabetes
La combinación de actividad aeróbica con resistencia es un buen predictor para reducir variables relacionadas con el azúcar en la sangre. THIBAULT SAVARY / AFP
Cuando una persona tiene prediabetes su nivel de azúcar en sangre es elevado, pero no lo suficiente para ser diabetes. Fotos: Unimedios
La diabetes tipo 2 se ha convertido en uno de los principales problemas de salud mundial.
El ejercicio físico es un programa económico que está al alcance tanto de los pacientes como de los profesionales en salud que lo recomiendan como la mejor opción.
En pacientes con prediabetes, el ejercicio físico junto con dieta ayudan disminuir el IMC.
Ivonne Carolina Hernández Bermúdez, magíster en Fisioterapia del Deporte y la Actividad Física de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), explica que la prediabetes sucede cuando una persona tiene un nivel elevado de azúcar en sangre, pero no lo suficiente para ser diabetes.
Generalmente en ayunas este nivel de azúcar está entre 100 y 125 miligramos por decilitro (mg/dL), y por encima de este valor ya se considera diabetes tipo 2, enfermedad que se ha convertido en uno de los principales problemas de salud mundial, pues con ella aparecen complicaciones crónicas en el sistema vascular, es decir en arterias, venas y vasos sanguíneos, que inciden en la calidad de vida de las personas.
En estos pacientes, el ejercicio físico se convierte en una alternativa diferente a los medicamentos para prevenir la prediabetes.
“Además, cuando se practica acompañado de buenos hábitos alimenticios, es un buen predictor de control y regulación del azúcar en sangre, así como de la disminución del índice de masa corporal (IMC), medida de asociación entre el peso y la talla de una persona, utilizada para estimar la obesidad”, explica la magíster.
En una revisión sistemática de artículos científicos relacionados con el tema del ejercicio y su aporte en la prevención de la prediabetes, la magíster Hernández tuvo acceso a 1.400 estudios asociados.
En estos encontró 20 estudios que incluían las variables analizadas en la investigación, como por ejemplo la glucosa plasmática en ayunas (prueba que mide el nivel de glucosa en la sangre en un momento concreto), y variables secundarias como la hemoglobina glucosilada (concentración de azúcar en sangre) y la glucosa posprandial (nivel de glucosa en sangre tras las comidas), además de características como el peso y el IMC.
“A partir de ahí hicimos una base de datos con la información más relevante –teniendo en cuenta año, país, población, autores y variables– a la que se le aplicó un análisis estadístico”.
La actividad física se caracterizó en tres grupos principales de ejercicio: el ejercicio aeróbico continuo, el cual tiene porcentajes de intensidad entre el 70 y 75 % de la frecuencia cardiaca máxima de una persona; el ejercicio aeróbico interválico con una intensidad entre el 85 y 90 %; y el ejercicio aeróbico de resistencia, que son ejercicios de fuerza que involucran grandes grupos musculares con un porcentaje de intensidad mayor al 50 %.
A partir de esa clasificación se encontró que los niveles de glucosa en la sangre en un momento concreto disminuyen principalmente en los pacientes que hacen ejercicios interválicos, mientras que los ejercicios que tenían entrenamiento de resistencia tuvieron un efecto protector ante la concentración de azúcar en sangre.
“El principal impacto del ejercicio físico es que es un programa económico y al alcance de todos, incluidos los pacientes y profesionales de la salud que lo recomiendan como una alternativa eficaz. Sin embargo, el desconocimiento sobre qué prescribir o cómo hacerlo, hace que no se le dé la importancia que merece”, concluye la magíster.