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Desarrollo Rural

Combinación de tecnologías extiende vida útil del lulo hasta 15 días

    El manejo poscosecha de este fruto puede representar pérdidas de hasta el 50 %, por lo que, en una apuesta por hallar formas eficaces de conservación, por primera vez en el país se han combinado técnicas como: bajas temperaturas de almacenamiento, inyección de 1-Metilciclopropeno, compuesto químico que inhibe etileno, hormona de la maduración, y atmósferas o ambientes modificados; los resultados son promisorios.

    La variedad de lulo Solanum quitoense Lam forma parte de los frutos tropicales autóctonos de Colombia y Ecuador, por lo que encontrar la mejor manera de conservarla se convierte en una urgencia, pues el 74 % de estos cultivos pertenecen a economías campesinas tradicionales. Huila es el principal productor, seguido de Valle del Cauca y Antioquia.

    El lulo es “climatérico”, es decir que después de ser cosechado, mantiene un proceso activo de maduración, el cual es regulado por el etileno. Por eso, el enfoque para la conservación de esta fruta está casi centrada en la regulación e inhibición de dicho compuesto.

    Andrea Reyes Medina, candidata a magíster en Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), con la dirección de los docentes Helber Balaguera López y Diego Castellanos Espinosa, de la Facultad de Ciencias Agrarias, probó el almacenamiento a bajas temperaturas, un retardante de madurez conocido como 1-Metilciclopropeno (1-MCP), y atmosferas modificadas, con el objetivo de prolongar el tiempo de vida útil de lulo.

    Los frutos se recolectaron en un cultivo comercial de un año y medio de edad en Ramiriquí (Boyacá), en la vereda Poteros, finca la Loma. Estos tenían un color 75 % naranja y 25 % verde; estaban libres de daños mecánicos -golpes o magulladuras- y afectaciones por patógenos o insectos. La investigación se llevó a cabo en el Laboratorio de Calidad y Poscosecha y en el Laboratorio de Empaques y Vida Útil de Alimentos del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos de la UNAL (ICTA).

    La investigadora explica que, para determinar la temperatura ideal se utilizaron 90 frutos de lulo, teniendo en total tres tratamientos con grupos de seis frutos y cinco repeticiones por cada ensayo; los lulos se expusieron a 5, 8 y 18 °C (esta última es la temperatura ambiente del laboratorio); así, se evidenció que la temperatura de 5 °C era idónea para una mejor conservación.

    Por lo general, los agricultores ponen el fruto a bajas temperaturas de entre 7 y 7,5 °C, con una humedad relativa del 90 °C, lo cual le da al fruto un rango de 5 a 7 días de conservación al ser almacenado; sin embargo, aunque tiene cierta efectividad, no siempre funciona porque la tolerancia varía entre frutos, por lo que tener la temperatura ideal evita daños a causa del frío que se evidencian en el ablandamiento de la epidermis y la pulpa del fruto, así como en la aparición de zonas marrones.

    En este punto se necesitó hallar la dosis adecuada de 1-Metilciclopropeno, por lo que se aplicó a cada grupo de frutos con concentraciones distintas: 0.35 miligramos por litro (mg/l), 0.70 mg/l y 1 mg/l. De esta manera se encontró que la primera cantidad permitió una mejor regulación de la hormona de la maduración y evitó que se dañara.

    Con estos dos resultados solo hacía falta determinar el tiempo en el que se da el mejor desempeño y dos intervalos se tuvieron en cuenta: 10 y 15 minutos, en donde el último fue la pieza faltante para que los lulos estuvieran en su mejor punto; lo cual se verificó al medir el peso, la intensidad de respiración, la concentración de etileno, textura, entre otras características.

    Posterior a esto, los lulos se expusieron en empaques ubicados en una atmósfera enriquecida, tecnología que permite regular la concentración de oxígeno y dióxido carbono alrededor del producto, por lo que es un ambiente ideal para probar los hallazgos de las anteriores tres metodologías.

    “Se encontró que tanto los lulos almacenados en el ambiente modificado como los que no, presentaban mejor calidad en el almacenamiento y conservación de sus propiedades, en condiciones de 5°C, y la inyección de la dosis de 1-MCP”, concluyó la investigadora.