Colombia retoma el estudio de “hormigas huérfanas”: identifican 10 posibles nuevas especies
El género Nesomyrmex (Wheeler, 1910) se considera “huérfano” por su desconocimiento científico. Se estima que en el mundo existen entre 20.000 y 30.000 especies de hormigas, muchas de ellas aún consideradas como “desconocidas” por no estar lo suficientemente estudiadas por la ciencia.
“De algunas se desconoce su biología e importancia, sobre todo porque no se recolectan fácilmente en campo y no hay muchos individuos en las colecciones entomológicas”, explica Brandon Steve Arredondo-Hoyos, magíster en Ciencias - Entomología de la UNAL Sede Medellín.
A raíz de este contexto, el investigador realizó un estudio con muestreos en 4 departamentos de Colombia, revisó más de 10 colecciones entomológicas nacionales y 1 de Brasil del género Nesomyrmex (Wheeler, 1910), cuyos últimos estudios en América Latina datan de hace más de 7 décadas.
“Son hormigas muy particulares: miden alrededor de 2 mm y se diferencian de la subfamilia Myrmicinae por sus mandíbulas con 3 a 5 dientes, antenas de 11 a 12 antenómeros (segmentos) y el posteropropodeo proyectado en forma de lóbulo, entre otras cosas”, explica el magíster Arredondo-Hoyos.
Para profundizar en el género, el investigador recolectó individuos en Puerto Wilches (Santander) en convenio con el Instituto Alexander von Humboldt; también en Santa Marta, Antioquia, Caldas, Risaralda y el Caquetá, con el apoyo de la Universidad de la Amazonia, y además recibió material fotográfico de otras instituciones y museos internacionales.
Este género es difícil de hallar en campo debido a su comportamiento y biología: caminan despacio, son muy pequeñas y tienen una coloración poco vistosa. “Además, se creía que las especies neotropicales solo habitaban en los árboles, pero con esta investigación comprobamos que algunas especies, como N. brimodus (Bolton, 1995), realizan sus nidos en el suelo”, agrega.
Esto último lo comprobó gracias al uso de una técnica propia del muestreo de artrópodos de suelo y subsuelo que emplea monolitos metálicos, unos cubos de 30 x 30 cm que se introducen en la tierra, de manera que al sacarlos se extrae un bloque de suelo que se revisa centímetro a centímetro.
“Este hallazgo nos deja muchas incógnitas ecológicas y comportamentales. Además, también vimos que algunas especies estarían asociadas con insectos plaga en cultivos de vainilla, lo que habría que confirmar con nuevos estudios. Son muchos los caminos que quedan por recorrer”, complementa el magíster.
Además de esta técnica, los investigadores implementaron la microscopía electrónica para revisar la morfología de los individuos con detalle micrométrico. “En la Universidad de la Amazonia está el único microscopio de barrido ambiental de Colombia. Gracias a él nos dimos cuenta, por ejemplo, de que unas protuberancias llamadas antes espinas o dentículos, son en realidad tubérculos. Así aportamos a una mejor definición del grupo”, señaló.
Gracias a la recolección de algunos nidos, el entomólogo pudo examinar variaciones dentro de una misma especie, tales como la coloración, que puede ir de café claro hasta café oscuro, casi negro, y además reconoció reinas y machos.
“Describimos por primera vez la reina de la especie Nesomyrmex pulcher (Emery, 1917), hallada en Caquetá, llamativa entre otras cosas por tener un cuerpo completamente opaco, sin zonas lisas brillantes y un contraste de coloración entre la cabeza con el resto del cuerpo. También encontramos 10 posibles nuevas especies para Colombia, pasando de 23 a 33 especies en el Neotrópico, desde México hasta Chile”.
Aunque estas especies también serían nuevas para la ciencia, se está a la espera de confirmarlo a partir de estudios más detallados y del análisis de mayor número de individuos. “De ser así, seríamos la región más diversa en este grupo, pues hasta el momento Madagascar tiene 31 especies descritas”.
Estos estudios son fundamentales para hacer análisis en áreas como la crisis climática, pues algunas de las especies encontradas son endémicas del bosque seco tropical, ecosistema clasificado como de alto riesgo. “La taxonomía es la base de todo lo que se hace en la biología: reconocer insectos de importancia agrícola, conservación de ecosistemas, bioindicadores, etc.”, señala el magíster Arredondo-Hoyos.
Esta investigación fue dirigida por el profesor Roberto José Guerrero Flórez, de la Universidad del Magdalena, y codirigido del docente Fernando Fernández, adscrito al Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la UNAL Sede Bogotá. También recibió el apoyo de instituciones públicas y privadas y de otros investigadores radicados en México, Estados Unidos, Brasil y algunos países de Europa.