Tres décadas después de que los científicos norteamericanos Thomas Lovejoy y Edward Wilson pusieran en boga el término "biodiversidad", definido como la riqueza y variedad de organismos en la Tierra, hoy el tema álgido es la pérdida de los mismos y lo poco efectivos que han sido los mecanismos internacionales para contrarrestar su desaparición.
En 1992 había surgido el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) en la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro (Brasil), convirtiéndose históricamente en el primer esfuerzo mundial para la protección de la biodiversidad, ratificado por 192 países. Posteriormente se celebró la Cumbre de Johannesburgo (Sudáfrica) en el 2002, donde quedó sentada la intención de reducir significativamente la pérdida de biodiversidad durante los siguientes ocho años.
Pues bien" llegó el 2010 y aunque se dice que el 11% de la superficie del planeta está resguardada, según la lista de áreas protegidas de Naciones Unidas, "los esfuerzos que se iniciaron con el CDB no han tenido resultados específicos. La UICN reconoce que las metas fueron muy débiles y temas como la globalización y el cambio climático hicieron que la banca internacional volcara su atención hacia ellos, dejando rezagada la biodiversidad", aseguró el biólogo Luis Guillermo Baptiste, profesor asociado de la Universidad Javeriana.
Entretanto, el Estudio Económico de los Ecosistemas y la Biodiversidad, que analiza el impacto global de esta pérdida en las finanzas del planeta, ha revelado que en 50 años el Producto Nacional Bruto mundial podría verse reducido en un 7%, si se continúa con el ritmo actual.
Cuenta Atrás de la UICN reúne cerca de mil organizaciones gubernamentales y no gubernamentales alrededor del mundo para frenar la desaparición de biodiversidad, teniendo como meta principal el 2010. En una visita a Colombia, organizada por el Instituto Alexander von Humboldt, Sebastián Winkler, presidente de Cuenta Atrás, hizo duras críticas a la forma en que los Estados han abordado el tema y propuso soluciones prácticas que conducirían a que sea efectiva cualquier meta trazada en pro de la diversidad biológica.
UN Periódico:¿Por qué los acuerdos para proteger la biodiversidad no han generado el impacto esperado?
Sebastián Winkler: Porque las metas de biodiversidad no tienen compromisos económicos que estimulen un gran impacto social; les faltan los dientes y lo grave es que suenan como si fueran un compromiso voluntario que además es muy suave. Son solo declaraciones de buena intención de los gobiernos que no conducen a nada.
Hay que aceptar que la lucha por la pérdida de biodiversidad no es tan conocida como el Protocolo de Kioto, por ejemplo, que cuenta con mecanismos financieros específicos que mueven acciones concretas.
UNP: ¿Cómo se le ponen dientes a estas metas?
S. W.: Primero, dándole más importancia a los ministerios del Medio Ambiente, pues son tratados como "los niños pobres entre los demás ministerios". En realidad, son los jovencitos de las instituciones gubernamentales, pues generalmente tienen 20 ó 30 años en casi todos los países.
En segundo lugar, se debe desmitificar aquello de que la biodiversidad es un asunto solo de medioambiente, pues también incluye a otros ministerios como Hacienda y Agricultura, con los que se deben crear estrategias conjuntas para generar políticas efectivas.
UNP: ¿A qué se refiere con aquello de una crisis silenciosa?
S. W.: La crisis de la biodiversidad es un hecho, sus efectos prometen ser devastadores. Es silenciosa porque la gente no la siente tan bruscamente como el calor o el frío que provoca el cambio climático, pero las cifras no mienten.
La Lista Roja de la UICN, que muestra el estado de los organismos vivos en el planeta, dice que actualmente existen 44.000 especies en peligro. Eso significa que están amenazados 1 de 8 pájaros, 1 de 4 mamíferos y 1 de 3 anfibios, etc. Es realmente alarmante.
Por otro lado, la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, que contó con la participación de casi 1.400 científicos de todo el mundo, arrojó que las consecuencias de las transformaciones del entorno, en el 2005, dejaron dos tercios de nuestros ecosistemas amenazados. Esto es mucho más alarmante porque son esos medios los que nos proveen servicios vitales como el agua.
UNP:¿Qué es lo más peligroso de esta crisis?
S. W.: Cuando una especie desaparece, lo hace para siempre. La evolución de la naturaleza nos ha ofrecido información genética que la humanidad ha utilizado como inspiración para crear alta tecnología, como base para el descubrimiento de medicamentos que han cambiado la calidad de vida de los humanos, y como impulso para el desarrollo económico de algunos países. El peligro de perder todo ese conocimiento genético significa perder todo lo anterior también: eso es lo más grave.
UNP: ¿Cuáles son los retos urgentes?
S. W.: Se debería trabajar lo más pronto posible en la prohibición de la pesca de arrastre y crear una red global de áreas protegidas marinas en lo que respecta a los océanos.
Es necesario establecer un fondo para la conservación de las selvas tropicales, en el cual se pague un rubro a los agricultores para cuidar dichas zonas.
Es tiempo de pensar en negociar un sistema pos"Kioto, diferente al protocolo anterior, que funcione y frene de forma efectiva el cambio climático, que tira por la borda cualquier inversión económica que se haga para proteger el planeta.
UNP: ¿Cuál es el enemigo número uno de la biodiversidad?
S. W.: Sin duda, el violento modelo económico actual del planeta que desemboca principalmente en la fragmentación del hábitat, representado en nuevas carreteras y edificios.
UNP: ¿Qué relación hay entre gobernabilidad internacional y biodiversidad?
S. W.: Tenemos nuevos países que representan las economías emergentes, como India, Brasil y China. No coincidencialmente son territorios megadiversos. Lo anterior muestra que hay una convergencia entre economía y biodiversidad en medio, no de un G8, sino de un G20, una oportunidad inmensa para generar un cambio en el mundo.
De los 17 países megadiversos, 6 son de Latinoamérica (Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela), y aquí el problema es que no veo un protagonismo mayoritario de la región, están desaprovechando esta coyuntura.
UNP:¿Qué debería hacer Latinoamérica?
S. W.: Volver a la conciencia sobre la propiedad ética de la biodiversidad, postulado que se firmó en el CDB, en el 92, en Río de Janeiro. Debido a su posición geográfica, su potencial y riqueza, Colombia debería asumir este liderazgo a nivel internacional.