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Educación

Colegio IPARM formó parte del proyecto de cooperación Atlas 2030 con colegio sueco

    Aprender sobre sostenibilidad hoy es un gran reto para Colombia, por lo que buscar estrategias de educación de los jóvenes del país es fundamental para generar conciencia de esta problemática. En ese sentido, el Instituto Pedagógico “Arturo Ramírez Montúfar” (IPARM) fue elegido para formar parte de un proyecto de cooperación con Suecia para fortalecer la enseñanza de temas medioambientales y la movilidad académica.

    El proyecto, adelantado con la Escuela Bergsåkers en Sundsvall (Suecia), surge como una ampliación de la Agenda Mundial 2030 en desarrollo sostenible propuesta por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

    Cuatro estudiantes y cuatro docentes de bachillerato visitaron esta Escuela para aprender y contrastar la educación sueca con la colombiana en temas como el cuidado del medioambiente y la preservación de la naturaleza y los recursos naturales.

    Natalia Sánchez, profesora de biología del IPARM, señala que “el colegio fue elegido por el carácter único de su proyecto pedagógico, en el cual se tiene un vínculo directo con la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), lo cual permite tener una gran interdisciplinariedad en la enseñanza y la libertad para formular planes educativos en el aula”.

    “Lo que hacemos con los estudiantes es generar procesos de indagación alrededor de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, estableciendo un vínculo de aprendizaje con la forma en que se construye el entendimiento de la educación en ambas regiones”.

    Los ODS son 17 propósitos diseñados por la ONU en 2015 como un plan para lograr un futuro mejor y más sostenible para todos mediante el cuidado del medioambiente. Con estos se pretende para el año 2030: acabar con la pobreza, generar educación de calidad, tener energía asequible y no contaminante, y producir y consumir alimentos de manera responsable, entre otros.

    Fabián Reyes, profesor de ciencias sociales del IPARM, cuenta que “en una de las clases sobre el manejo del agua se hablaba sobre un problema de contaminación que tuvo esta región sueca entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, en donde el desarrollo industrial generó daños en los ríos; sin embargo por esa época lograron revertir la situación y hoy cuentan con aguas limpias”.

    “Los estudiantes suecos me preguntaron si en algún momento en nuestro país habíamos tenido ese tipo de problemas, a lo que yo respondí con el ejemplo de la contaminación del río Bogotá y las curtiembres del municipio de Villapinzón; los chicos quedaron impactados, no podían creer que aún sufriéramos dificultades que ellos superaron hace 100 años”.

    Por su parte Fernando Cuevas, estudiante de undécimo grado que realizó el intercambio, asegura que “la juventud sueca siente más responsabilidad por el cambio climático que la colombiana, tal vez porque consumen de una forma diferente a nosotros, por ejemplo utilizando más electricidad para la calefacción”.

    “Esta actitud se aplica en toda Europa, países como Alemania, Holanda e Italia generan proyectos estudiantiles valiosos para hablar de sostenibilidad y cuidado del medioambiente”.

    Siguiendo la discusión, Mariana Corredor, estudiante de décimo grado que estuvo en Suecia, explicó que “se hicieron exposiciones en ese país nórdico, enfatizando la importancia de seguir haciendo intercambios estudiantiles, teniendo como soporte la importancia de aprender sobre sostenibilidad, así como la riqueza cultural y educativa que se puede generar con estos lazos internacionales”.

    “Estas visitas también nos permiten ver en realidad como son estos países que a veces tenemos idealizados, y a su vez que ellos puedan conocer un poco más sobre la identidad y las cosas que hacemos acá”.

    El profesor Reyes explica que “nuestro concepto de sostenibilidad aún está en construcción, por lo que tratar con estos países que ya han adelantado un proceso importante es fundamental para que la educación aproveche no solo los lineamientos curriculares estructurados, sino en la práctica con acciones reales” .

    Por último, el estudiante Cuevas se refirió a las visitas a plantas hidroeléctricas, viendo cómo la industria y la energía se relacionaban para hablar de temas como la sostenibilidad, y además al hecho de que en toda las clases, sin importar si eran de matemáticas, cocina o ingeniería, se hablaba e introducía el tema medioambiental, tomándose el tiempo necesario para interiorizarlos de la mejor manera”.