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Política y Sociedad

Coca: usos tradicionales, comercio y sustitución de cultivos

  • Campesinos que se hicieron presentes en el Foro Regional Sobre la Solución al Problema de las Drogas Ilícitas, organizado por la U.N. y la ONU, por solicitud de la mesa de conversaciones entre el Gobierno nacional y las Farc-EP.

  • David Curtidor, de Coca Nasa

  • Édgar Mejía, de Asocatragua

  • Mapa del Bajo Guaviare, dibujado por Wilson Bohórquez

  • Marcela Lobatón, de la Asociación de Agroproductores de Familias Guardabosques

  • Luz Dary Mogollón, de la Asociación de Agroproductores de Familias Guardabosques. Fotos: Felipe Castaño/Unimedios

Algunos de los campesinos que se hicieron presentes en el Foro Regional Sobre la Solución al Problema de las Drogas Ilícitas cuentan sus experiencias con la siembra de coca, y revelan un panorama más realista sobre el fenómeno de estos cultivos y la viabilidad de sustituirlos.

La estigmatización que rodeaba a la coca como principal causa de los problemas nacionales a raíz de la producción y el tráfico de cocaína, llevó en los años noventa a Fabiola Piñacué a emprender una ingeniosa lucha por la defensa de un derecho ancestral. 

Para los nasa (su pueblo), aparte de los usos alimenticios y medicinales de la coca, esta ha sido siempre "en esencia" un artículo de cambio, una moneda. Haciendo valer este principio comercial, Fabiola dio inicio en el Cauca a una empresa, Coca Nasa, que ya ha logrado un importante posicionamiento en el mercado nacional con productos derivados de la coca como té, harina, galletas, bebidas energizantes, gel analgésico y ron. 

"El comercio es cultura porque permite el intercambio entre los pueblos", nos explica David Curtidor, quien está vinculado desde hace varios años con el proyecto. 

Muy al oriente del Cauca, en el Bajo Guaviare, y colindando con el Guainía y el Vichada, el artículo de cambio no es la coca, sino la pasta base de la cocaína. Contrario a lo que piensa la gente, el hecho de que la pasta base se haya convertido al cabo de más de dos décadas en un sustituto del papel moneda no se ve reflejado en esplendor o riqueza. 

Según rememora Édgar Mejía "agricultor de la zona", sí hubo una época hacia el final de los años ochenta en la que se veían aterrizar camionetas cargadas de dólares, pero de eso ya hace mucho tiempo. Hoy su vereda está sumida en el atraso, con escaso acceso a la salud y la educación, y enfrentando la falta de infraestructura vial que afecta a todo el occidente amazónico. 

Como vocero de su comunidad, Édgar sueña con la posibilidad de dedicar sus tierras a otros cultivos, como el arroz, el maíz y la caña, ante todo porque anhela estar en el marco de la legalidad. "Mejor vivir legalmente, para poder vivir tranquilos", dice. 

Mientras tanto, Wilson y Pablo "compañeros suyos de la Asociación Campesina de Trabajadores del Bajo Guaviare (Asocatragua)" asienten afirmativamente, todos esperanzados en que con la debida asistencia técnica y de financiación, además de garantías para el transporte, el comercio de nuevos productos traiga de regreso la moneda corriente y se lleve definitivamente de sus vidas las transacciones en gramos de pasta base. 

En el Meta, subiendo hacia el norte, el sueño de Édgar y sus vecinos ya se convirtió en una realidad para otras comunidades. Cansados de las fumigaciones y de vivir en el riesgo permanente de ser objeto de la extinción de dominio y de procesos de penalización, los habitantes de Puerto Rico renunciaron a la siembra de coca para iniciar un proyecto lechero, que ya empieza a erigirse como modelo ejemplar de la sustitución de cultivos en el país. 

Marcela Lobatón y Luz Dary Mogollón, miembros de la Asociación de Agroproductores de Familias Guardabosques, cuentan cómo con esta iniciativa han ganado mucho más que estabilidad económica. La paz y la tranquilidad han sido su mayor recompensa. 

"Sí se puede vivir de cultivos legales, aunque el Gobierno no nos haya cumplido todo lo que nos prometió", dice Marcela. "Vivir en la legalidad es como pasar del infierno al cielo", complementa Luz Dary.