Clínicas veterinarias y ganaderos, clientes potenciales de innovaciones de spin-off de la UNAL

Tener una patente es tener un derecho único y exclusivo sobre una invención, es decir sobre un producto o equipo que no existía hasta ese momento, y hasta ahora Reprofert tiene tres.

El producto patentado se llama Policryo, un diluyente para la criopreservación (mantenimiento de células o tejidos a muy baja temperatura) de espermatozoides –principalmente de equinos–, para utilizarlos luego en procesos como la inseminación artificial.

Las patentes obtenidas por este invento son: una en Colombia, otorgada por la Superintendencia de Industria y Comercio, otra en Argentina, concedida por el Instituto Nacional de la Propiedad Industrial, y una más en Europa, conferida por la Oficina Europea de Patentes.

“Lo fundamental de este desarrollo es la inclusión de una molécula antioxidante natural llamada isoespintanol, obtenida de una planta autóctona del Caribe colombiano”, explica el profesor Giovanni Restrepo Betancur, del Departamento de Producción Animal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNAL Sede Medellín.

Con la inclusión de esta molécula en la fórmula del diluyente común se logra una mejor protección de las células sexuales. “El isoespintanol nunca se había probado en este tipo de medios para células animales, nosotros lo hicimos y funcionó bastante bien, pues mejoró la supervivencia de los espermatozoides”, agrega el docente.

En la actualidad hay otra patente en trámite en Colombia, esta vez para FertThaw, un equipo que también forma parte del portafolio de la empresa. Se trata de un dispositivo para descongelar de forma optimizada material genético –embriones y pajillas con espermatozoides– preservado a bajas temperaturas.

Su desarrollo partió de un proceso académico en el que se profundizó en la importancia que tiene la descongelación del material biológico para la supervivencia de espermatozoides, óvulos y embriones que hayan estado sometidos a criopreservación en nitrógeno líquido.

El profesor Restrepo agrega que “quisimos desarrollar un equipo que realizara la descongelación de forma eficiente, con curvas optimizadas, en la mayoría de los casos, curvas rápidas”.

También precisa que hoy la descongelación se hace con agua, una técnica que acarrea riesgo de daño sobre las células. “Por eso, este equipo lo que hace es un calentamiento mediante un proceso de convección con aire caliente, omitiendo por completo el uso de agua”. El dispositivo ya existe como un prototipo funcional, listo para empezar su producción industrial y su comercialización.

Estos productos son clave en la industria porque permiten conservar a largo plazo muestras de semen, embriones, óvulos e incluso material biológico, como los tejidos propios de la reproducción, entre ellos el ovárico o el testicular.

“Todo esto se puede usar en tecnologías específicas como la inseminación artificial, la reproducción de embriones in vitro, y en técnicas avanzadas como la clonación y la transgénesis”, puntualiza el investigador Restrepo.

Otro campo del conocimiento en el que viene trabajando el grupo de investigación Biotecnología Animal (grupo de la spin-off) es el uso de criopreservación para crear un banco de germoplasma de especies animales en vía de extinción o en riesgo declarado.

“Esto nos permite, en un momento determinado, tener el material biológico necesario para repoblar, o incluso recuperar una especie extinta”. En este sentido los investigadores han podido abarcar algunas especies de marsupiales y han logrado conservar óvulos de una osa de anteojos.

El reconocimiento de la spin-off por parte de la Universidad avala su creación, pero entrará en funcionamiento cuando se constituya legalmente como empresa y llegue a acuerdos de uso de propiedad intelectual y laboratorios con las demás instituciones participantes.