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Los nuevos registros son: Amphidinium cartera, Alexandrium sp1, Alexandrium sp2, Gambierdiscus toxicus y Prorocentrum concavum.
Ernesto Mancera, profesor del Departamento de Biología de la U.N., afirma que los resultados obtenidos indican que el material orgánico flotante, que se desprende de las praderas marinas, es un importante sustrato para dinoflagelados y representa el vector más significativo para la dispersión de estos agentes de toxicidad en la isla.
"Estos organismos ingresan a la red trófica cuando los peces ingieren los pastos flotantes que contienen los organismos, y ellos, a su vez, son comidos por otros, incluso pueden llegar al ser humano", explica el investigador.
Las toxinas más conocidas son la paralítica, diarreica y neurotóxica, estas generan en los humanos problemas como diarrea y ciguatera (intoxicación alimentaria por ingesta de peces que se alimentan o viven en arrecifes coralinos).
Para el desarrollo de la investigación se seleccionaron siete sitios de muestreo a lo largo de la margen norte y este, paralelos a la barrera arrecifal y a las principales praderas marinas de la isla de San Andrés.
La metodología consistió en una recolección de muestras de materia orgánica flotante (drift), durante la época de mayor intensidad de vientos. Con ellas se identificaron los sustratos y posteriormente se sumergieron en solución 1:1 agua de mar filtrada y solución especial.
Luego de agitar las muestras para remover los dinoflagelados, se tamizó la suspensión con una malla, y el filtrado se observó en el microscopio óptico. De esta manera se encontraron cinco sustratos, dos especies de pastos marinos y tres de macroalgas.
Sobre los sustratos se identificaron doce especies de dinoflagelados no perceptibles al ojo humano, diez reportados como tóxicos causantes de diarrea, parálisis y ciguatera.
Según el profesor Mancera, en la isla se han presentado brotes, sobre todo en época de Semana Santa cuando las lluvias se incrementan y aumenta también la aparición de estos organismos por el exceso de nutrientes en el mar. Otro evento que coincide con los brotes es la cantidad de turistas que llegan para esa fecha a las islas.
"El problema radica en que en los centros de salud, el diagnóstico no se hace de forma correcta y se confunden los síntomas con intoxicaciones por descomposición del pescado", asegura.
Además, agrega que para mitigar el efecto de eventos tóxicos asociados a dinoflagelados en salud pública, pesca y turismo, es necesario diseñar un plan de manejo del material orgánico flotante que permita mejorar el entendimiento de su composición y dinámica temporal, monitorear las toxinas asociadas e implementar mecanismos de recolección y tratamiento.
Este problema será socializado en un seminario de orden nacional organizado por la U.N. y la Comisión Colombiana del Océano (CCO). Allí el Comité de Contaminación de esa comisión, junto al grupo Algas Nocivas del Caribe (ANCA) de la Unesco, del cual hace parte el profesor Mancera, realizará el taller sobre florecimientos agrarios nocivos. Esto se llevará a cabo el 5 junio en la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Asimismo, del 8 al 12 de junio, con motivo del Día de los Océanos, la U.N. desde el Departamento de Biología, realizará el mismo curso, en este caso con invitados internacionales como la doctora Beatriz Reguera, experta mundial en el tema.
Las inscripciones estarán abiertas hasta el 22 de mayo, los interesados deben escribir un correo a jemancerap@unal.edu.co